Los implantes dentales son la mejor opción que puedes tener para reemplazar los dientes perdidos. La odontología moderna ofrece este método como un sustituto bueno, duradero y de aspecto natural en comparación con otro tipo de dientes artificiales.
Los implantes dentales en realidad se integran al hueso del maxilar o la mandíbula y ayudan a mantener la salud, ya que el titanio con el que están elaborados se fusiona con los huesos.
En la actualidad existen más de 40 tipos de implantes dentales y son cada vez más la cantidad de personas en todo el mundo que eligen este método odontológico para sustituir los dientes caídos y fracturados, adquiriendo así una mejor calidad de vida.
¿Qué es un implante dental?
Los implantes dentales son los que funcionan como reemplazo de las raíces. Proporcionan una base sólida y fija para el diente ausente o también pueden servir como soporte de prótesis (puentes) removibles.
Para entender bien lo que es un implante dental, debes imaginarte un diente natural, el cual está conformado por dos partes.
La primera es la raíz, que se oculta dentro de las encías. La segunda es la corona, que es lo que se ve en la boca. El implante únicamente reemplaza la raíz dentro de la encía en el espacio del diente faltante, luego se agrega una corona con aspecto de diente natural.
Este tipo de trabajos se realiza a través de una pequeña cirugía con anestesia local. Es decir que se adormece únicamente el área en la que se implantará el diente postizo de una manera práctica y cómoda.
Generalmente el proceso es bastante tolerable y no deja heridas abiertas después de que se colocó el implante dental, por lo que se considera una operación mínimamente invasiva.
¿Qué ventajas ofrecen los implantes dentales?
Los implantes dentales proporcionan muchas ventajas, tanto de estética como de salud para las personas. Unas de las principales son:
- Buena apariencia: los implantes dentales tienen un aspecto natural que también es perceptible, ya que están diseñados para que se complementen con los huesos de la mandíbula, por lo que los sentirás como tus propios dientes.
- Son cómodos: en comparación con las prótesis dentales o puentes que pueden quedar mal ajustadas o moverse dentro de la boca, los implantes se mantienen fijos, lo que te permitirá hablar sin riesgos de que se te caiga un diente.
- Los alimentos se comen fácilmente: con otro tipo de prótesis comer puede ser un dilema, ya que puede haber dificultades al momento de masticar. Con los implantes se puede comer con confianza y sin dolor.
- Son más saludables: para utilizar puentes es necesario la reducción de los dientes. Esto no se aplica para los implantes dentales, ya que los dientes no se alteran para soportarlos, lo que mejora la salud dental prolongadamente.
- Son resistentes y duraderos: Los implantes duran muchos años. Es más, con el cuidado adecuado pueden conservarse toda la vida.
Sustitución de un diente permanente
La odontología ha avanzado mucho durante los últimos años, pero uno de los desarrollos más importantes y notables son los implantes dentales.
Antes de que estos surgieran, las opciones para sustituir dientes perdidos en las personas eran los puentes y las dentaduras postizas.
Los implantes son actualmente la opción más atractiva, estética y práctica para aquellos que debido a caries, fracturas o lesiones han perdido algún diente. Obtendrán un reemplazo permanente y resistente que puede verse y sentirse como un diente natural.
En la mayoría de las cirugías de implantes dentales, este se inserta directamente en el hueso y luego se cubre con los tejidos de las encías para que se integre al maxilar o a la mandíbula.
Este proceso depende de dos etapas. En la primera, el implante se destapa para enlazarlo a un conector denominado “pilar”, el cual permite que la encía se adhiera a él mientras se cura. Luego de que sane, sobre este pilar se coloca la corona.
El otro proceso de implantes dentales requiere una sola etapa, en la cual el implante queda expuesto sobre el tejido de la encía desde que termina la cirugía.
Los dos sistemas se consideran exitosos y son recomendables.
Debes tener presente que si evalúas hacerte un implante dental, tienes que contar con encías saludables y los huesos resistentes que los soporten correctamente.
Los huesos blandos o muy delgados no son capaces de sostener los implantes. Si este es tu caso, es muy probable que necesites un injerto de óseo.
Cuidados dentales a considerarse
Los cuidados que necesitas aplicar después de realizarte un implante dental son los de buenos hábitos de salud bucal.
Los dientes deben ser correctamente lavados con el cepillo, recuerda también usar hilo dental y hacer visitas continuas al laboratorio odontológico para evaluar que todo esté bien.
Al igual que para los dientes naturales, debes trabajar en conjunto con tu dentista para garantizar la durabilidad de los implantes.
También es recomendado el uso de productos de limpieza adicionales para mantenerlos en buen estado por el mayor tiempo posible.
Pese a que no están expuestos a las caries como los dientes reales, pueden desgastarse. Asimismo, la higiene oral sigue siendo fundamental para mantener las encías sanas, recuerda que estas rodean los implantes y le dan mayor firmeza.
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