Se calcula que en la actualidad hay un niño por cada cuatro que tiene problemas visuales. Y no significa que hoy en día las cifras vayan en aumento, sino que antiguamente no se disponía de los medios para detectar muchos de los problemas de visión en niños pequeños. En la actualidad existe la especialidad de oftalmología pediátrica y se cuenta con una serie de avances tecnológicos y científicos que permiten detectar problemas en la visión aún en bebés muy pequeños. Esto representa una gran ventaja ya que muchos de estos problemas pueden tratarse en forma temprana logrando sorprendentes resultados.
Es por eso que podemos ver incluso algunos casos en que niños y/o bebés desde muy temprana edad llevan lentes. Cuando los niños son tan pequeños por lo regular no se presentan problemas para que las usen sobre todo si les han quedado bien graduadas y les ajustan a la perfección. Generalmente las dificultades surgen cuando los niños están en edad escolar o preescolar ya que el uso de anteojos puede hacerles sentir inseguridad, rechazo, etc.
En estos casos el secreto es manejar la situación de manera que si el niño asocia el uso de lentes con situaciones o sensaciones negativas entonces hay que tratar de sustituirlas por otras que sean positivas. Esto puede no resultar una tarea sencilla, pero tampoco es imposible.
Lo principal es que tu hijo tenga muy claro que el uso de las gafas no es algo voluntario sino que es necesario para su salud y bienestar, y explícale de manera amable, y nunca con regaños o castigos, que las gafas lo van a ayudar a solucionar su problema. En cambio si deja de usarlas lo más probable es que este se agrave o se complique.
El método de refuerzo positivo rinde mejores resultados que el reprenderlo o castigarlo. Esto significa que cada vez que lo veas utilizando sus lentes reciba una muestra de afecto, un elogio, etc.
En la actualidad hay muchos personajes infantiles que llevan lentes y sus imágenes pueden ser empleadas para que los niños se habitúen a usarlas y a ver a otros niños que lo hacen.
Al momento de escoger los lentes de tu hijo, es muy importante que se le permita intervenir en la selección del modelo, color, etc. Si le gustan es más probable que se sienta seguro con ellos. De ser posible preséntale algunos de materiales de nuevas tecnologías, que son ligeros, resistentes y de excelente ajuste. De esta manera se sentirá tan agusto con ellos que llegará el momento en que estará completamente habituado a usarlos.
Trata de tener un par de repuesto. Es muy frecuente que se de la situación de que los niños dañen o extravíen las gafas, y en este caso puede ser que realmente esto suceda debido a las actividades propias de los niños, pero también puede ser que ellos mismos lo hagan en forma intencional para no tener que usarlos.
Cuando los niños llegan a la adolescencia, o incluso en la preadolescencia, previa evaluación del oftalmólogo, en muchos casos puede recomendarse el uso de lentes de contacto, pero esto debes consultarlo con el especialista.
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