La conjuntivitis es un padecimiento de los ojos cuya causa está ligada a infecciones y alergias. Aunque el organismo de la persona afectada cuenta con el poder de curarla, existen formas de dar punto final a la situación, medidas para hacer más veloz el proceso y eliminarla antes de lo esperado.
Esta es una de las principales dolencias en la vista para el ser humano, la cual, junto a otras enfermedades de mayor peso (miopía, hipermetropía, astigmatismo, cataratas) puede manifestarse a temprana edad.
Debes saber de qué se trata
Lo primero es el reconocimiento. La conjuntivitis es de varios tipos, así que el primer paso es saber cuál se padece. Es preferible documentarse sobre esto antes de aplicar algún tratamiento errado y que las cosas vayan de mal en peor.
Entre los síntomas para determinar la misma está el color rojo de los ojos, vidriosos, como cuando se llora. La sensibilidad aumenta y se padece de vista cansada. La exposición a la luz causa molestias, además de constante picazón.
La viral es muy común y delicada. Dada su formación, es muy sencillo contagiar a otras personas, por eso se recomienda el uso de lentes de sol para evitar contacto directo con los ojos de otros. Su duración normalmente es de siete días, pero existen casos en los que alcanza las tres semanas.
La bacteriana, por su parte, presenta una secreción que es viscosa, con terminación de colores verde y amarillo. Con esta lo mejor es que un médico especializado en oftalmología se haga cargo pues el ojo afectado bien podría mejorar con la medicación indicada.
La alérgica no es contagiosa, pero viene acompañada de síntomas que hacen pensar en gripe dada la aparición de goteo nasal.
Manos a la obra
Una vez conocida la conjuntivitis que se padece, toca el turno del tratamiento a seguir.
Siempre es buen momento para consultar a un doctor para hablar del caso, sobre todo si viene acompañada de otras dolencias, como molestias pronunciadas en los ojos o problemas de vista.
El cambio de color, a rojo normalmente, también invita a llamar al especialista. Lo propio si después del uso de antibióticos no mejora el hecho.
Desde casa puede tratarse, siempre y cuando se trate de la alérgica. Incluso se puede conseguir algún medicamento sin receta, el cual puede ser exitoso. En cuestión de días se notarán los resultados. Otro tipo de medicamento que en primera instancia puede ayudar es el antialérgico, cuya composición evita la inflamación del tejido ocular.
Cuidado casero
Una de las acciones a desarrollar es la de la limpieza del ojo. Esta en especial para la bacteria, pues se debe tomar en cuenta la constante secreción que este tipo de conjuntivitis muestra, todo en pro de eliminar la mayor cantidad de bacterias posible.
La persona siempre debe lavarse las manos tanto antes como después de dicho acto para evitar el contagio de otras zonas o personas.
Aplicar gotas para los ojos también es recomendado. Gran parte de estos productos no son contraproducentes dada su composición además de tener como finalidad reemplazar las lágrimas, manteniendo hidratada el área.
Usar componentes fríos (compresa, por ejemplo) para aliviar la vista es otra opción. Esto se recomienda como una herramienta para usarse con algo de presión sobre los ojos.
Los Lentes de contacto, en caso de ser de uso diario, deben ser removidos inmediatamente hasta que pase la enfermedad. Durante los días de padecimiento no ayudan; todo lo contrario, aumentan algunos riesgos. Para disipar dudas, en una óptica pueden ayudar a dar con el mejor producto para su limpieza.
En el caso de las mujeres, la zona debe estar ausente de cosméticos pues pueden infectarse y volver a maltratar los ojos a corto plazo. Es preferible también la ausencia en el lugar de trabajo o estudios para evitar contagiar al resto de las personas del entorno.
Consulta al médico
Cuando las cosas no pueden resolverse desde casa, es hora de tocar otras puertas.
Un especialista bien puede guiar al infectado para acabar con su padecimiento. El uso de medicinas recetadas y el óptimo uso y cumplimiento del tratamiento es una fórmula infalible.
Por ejemplo, para la conjuntivitis bacteriana seguramente recomendará un ungüento antibiótico que ayude a despejar todo mal. Si bien su aplicación es capaz de empañar la vista por sus componentes, en aproximadamente media hora todo vuelve a la normalidad.
Las gotas con receta siempre darán en el clavo. Este ataca las bacterias de manera directa, por eso su frecuente recomendación. Incluso, se indica que las muestras de mejoría hacen gala apenas 24 horas después de su uso.
A diferencia de las que se consiguen sin receta, muchas de estas contienen esteroides, específicamente para aquellas alergias más fuertes. La exploración ocular puede dar con otras situaciones y ante ellas otra serie de suministros para acabar con todo. Una pomada puede ser exitosa en varios casos.
El herpes también puede estar detrás de la conjuntivitis. En ese escenario tan particular, el especialista puede recomendar al paciente algún tipo de medicina antiviral, esto con la misión de atacar a su vez otra serie de condiciones que hayan debilitado el sistema de la persona afectada.
Paciencia como mejor acompañante
Es bien sabido que la rápida detección de la conjuntivitis y su veloz tratamiento logra limitar sus opciones y acabarla más temprano que tarde. Sin embargo, los tiempos de recuperación pueden extenderse un poco más de lo pensado.
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