Muchas personas vivimos con el constante temor de las pérdidas, bien sea en términos físicos, materiales o espirituales. En ese sentido, tal vez uno de los miedos más comunes sea el de perder la visión, por lo que no es de extrañar que el glaucoma cause temor general.
El glaucoma es una enfermedad óptica que consiste en la pérdida gradual de la capacidad visual y que puede conllevar a la ceguera, caso en el que sus efectos son irreversibles, pero existe la posibilidad de tratarla y detenerla si se detecta en fases iniciales.
Esta enfermedad se produce por un funcionamiento inadecuado de los procesos oculares. De acuerdo con la explicación de la Academia Americana de Oftalmología (AAO), “generalmente, se produce cuando se acumula fluido en la parte delantera del ojo. El exceso de fluido aumenta la presión en el ojo y daña el nervio óptico”.
Tipos de glaucoma
Según la Academia Americana de Oftalmología existen dos tipos de glaucoma.
- Glaucoma crónico de ángulo abierto: es el más frecuente. Se produce de forma gradual, cuando el sistema de drenaje óptico comienza a funcionar deficientemente como consecuencia de un exceso de fluido intraocular que no drena como debería y que genera un “aumento de presión en el interior del ojo que daña al nervio óptico”, señala la Fundación de Investigación del Glaucoma (GRF, por sus siglas en inglés).
- Glaucoma de ángulo estrecho: aunque menos común, avanza con mucha más rapidez que el anterior. Se produce porque el iris se encuentra “muy cerca del ángulo de drenaje en el ojo”, afirma la AAO. Esto conlleva a una obstrucción total del drenaje óptico, que forja un aumento muy acelerado de la presión ocular interna.
Aunque ambos tipos de glaucoma requieren de la intervención oftalmológica, el de ángulo estrecho es “una verdadera emergencia ocular y debe llamar al oftalmólogo de inmediato; de lo contrario, pudiera quedarse ciego”, alerta la AAO.
Síntomas
La Fundación de Investigación del Glaucoma (GRF) sostiene que, en el caso del glaucoma gradual no se presentan síntomas evidentes, pues, la visión periférica es la primera en afectarse, lo que significa que la deficiencia visual es imperceptible. No obstante, “con el tiempo, su visión central (directa) también se empezará a perder”, agrega la GRF.
Por su parte, en los casos de glaucoma de ángulo estrecho, al producirse lo que la AAO llama un “ataque agudo”, sí se presentan síntomas notorios, como los siguientes:
- La visión repentinamente se vuelve borrosa.
- Dolor intenso en el ojo.
- Dolor de cabeza.
- Dolor estomacal acompañado de náuseas y vómitos.
- Visión de anillos o aureolas como arcoíris alrededor de las luces.
La AAO advierte que algunas personas desarrollan el glaucoma de ángulo estrecho, también de manera progresiva, pero no presentan síntomas antes de padecer un “ataque agudo”.
Factores de riesgo
Tanto la AAO como la GRF concuerdan en que todas las personas estamos expuestas a padecer glaucoma. Sin embargo, existen varios factores de riesgo.
Especialistas señalan que el principal factor de riesgo es el antecedente familiar, caso en el cual se deben realizar chequeos ópticos dos veces al año, luego de pasar la edad de 35 años.
Pero el antecedente familiar no es el único factor de riesgo. También debes estar alerta si eres mayor de 60 años, si tienes miopía, si tienes padecimientos de la tiroides (hipertiroidismo e hipotiroidismo), si eres diabético o si has sido sometido a tratamientos con esteroides.
Finalmente, algunas fuentes indican que los hispanos de avanzada edad, así como los ascendientes africanos poseen un elevado factor de riesgo de sufrir glaucoma.
Tratamiento
La ceguera causada por glaucoma es irreversible, por lo que resulta vital la detección temprana. Caso en el cual sí pueden aplicarse medidas para frenar la pérdida de la vista.
Según la AAO, “en general, el glaucoma se controla con gotas para los ojos”. Se trata de gotas que o ayudan a disminuir el fluido óptico o permiten la reducción de la presión interna del ojo. Lo que deriva en un mejor drenaje.
Cirugía
En algunos casos, los pacientes con glaucoma requieren cirugía, que puede ser quirúrgica o con rayos láser. Según la AAO, la cirugía de ojos por glaucoma puede clasificarse de la siguiente manera.
- La cirugía láser de Trabeculoplastía: se implementa para casos de glaucoma de ángulo abierto y se implementa con el fin de que el “ángulo de drenaje funcione mejor”.
- La cirugía láser de Iridotomía: se usa en casos de glaucoma de ángulo estrecho y consiste en la creación de un orificio en el iris, con el uso del láser.
- Cirugía quirúrgica de Trabeculectomía: en este procedimiento, se “crea un pequeño pliegue en la esclerótica (la parte blanca del ojo)”, además de una especie de bolsillo en la ampolla de filtración que está debajo del párpado superior. Con ello, se logra drenar el ojo a través de esa ampolla, hacia los vasos sanguíneos, disminuyendo la presión óptica interna.
Recomendaciones
Ya que, en general, el glaucoma es asintomático los médicos indican el chequeo óptico anual, independientemente de la edad. Así mismo, la GRF recomienda “exámenes integrales para despistaje de glaucoma alrededor de los 40 años”.
Finalmente, si cuentas con uno o más de los factores de riesgo, es vital que los exámenes para despistajes de glaucoma lo realices desde los 35 años.
Deja un comentario