Los síntomas de ansiedad en los adolescentes usualmente son diagnosticados entre los 14 y 16 años. Sin embargo, en algunos casos el diagnóstico se da en edades más tempranas.
Generalmente, los síntomas de ansiedad en los jóvenes suelen ser crónicos y bastante notorios, pero tienen un buen pronóstico si son identificados y tratados a tiempo.
Los síntomas de trastorno por ansiedad en adolecentes comienzan en los períodos correspondientes a la pubertad. Una vez ha terminado la infancia, y comienzan a llegar las responsabilidades normales de la adolescencia, surgen miedos e incertidumbres en la personalidad y autoconfianza del joven.
Influencia sobre el adolescente
Algunas veces este trastorno suele confundirse con un estado de ánimo pasajero. Existen varios factores que influyen en el desarrollo de estas emociones.
La personalidad del adolescente, el entorno que lo rodee y su círculo social, tendrán influencia directa en el desarrollo de actitudes específicas ante los síntomas o niveles de ansiedad.
La evaluación del joven ayudará a determinar qué tipo de ansiedad tiene y por qué se está generando en él. Existen dos clases de ansiedad, la fisiológica y la patológica.
La fisiológica es aquella que se hace presente cuando se está ante circunstancias que representan un peligro latente. Por otro lado, la psicológica se desencadena sin la existencia de situaciones justificables.
Síntomas de ansiedad
Algunos de los síntomas físicos y emocionales detectados en la mayoría de los adolescentes que sufren de ansiedad son:
- Preocupaciones
- Sudoraciones irregulares
- Miedos
- Tensión muscular
- Inseguridad para tomar decisiones
- Taquicardia o palpitaciones aceleradas
- Temblores corporales
- Malas ideas sobre sí mimos
- Alimentación o vicios en exceso (fumar o beber)
- Problemas gástricos
- Pérdida del control
- Dificultad para respirar
- Déficit de atención o concentración
- Sequedad en la boca
- Jaqueca
- Depresión crónica
- Mareos y nauseas
- Intranquilidad motora
- Estados físicos estáticos
- Tartamudeo, entre otros
Trastornos frecuentes
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Trastorno por pánico
Este estado genera miedos involuntarios repentinos. Los ataques de pánico aparecen sin previo aviso y sin hechos justificables. Los síntomas de este trastorno son.
- Dolor en el pecho
- Falta de aliento o dificultad para respirar
- Palpitaciones
- Mareos
- Malestares estomacales
- Estados irreales de angustia por miedo a la muerte
- Problemas de tensión
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Trastorno obsesivo compulsivo
Este diagnóstico significa que el joven posee estados de pensamientos repetitivos e involuntarios (obsesiones), así como acciones imposibles de controlar por sí mismo (compulsiones).
En estos casos el diagnóstico en adolescentes es más sencillo. Es un cuadro psicológico que el joven será capaz visualizar como algo malo.
Por otro lado, los niños con diagnósticos de trastorno obsesivo compulsivo suelen angustiarse y afligirse cuando sus hábitos compulsivos intentan ser impedidos. Los síntomas de este padecimiento en niños suelen ser:
- Contar repetidas veces lo que hace.
- Arreglar, desarreglar y volver a arreglar las cosas.
- Aseo excesivo de las manos, entre otros.
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Trastorno de Estrés Post-Traumático
Los niveles de ansiedad en este caso se incrementan o surgen cuando el joven ha sufrido de incidentes en su pasado. Por ejemplo: abusos sexuales, violencia, recuerdo de imágenes traumáticas, desastres naturales, depresión, enojo o inestabilidad emocional.
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Fobias
Corresponden a todas aquellas fobias: a la oscuridad, sonidos, animales, espacios, condiciones ambientales, soledad, temor a las alturas, entre otras.
La intensidad de estos temores se incrementará en función a ciertas circunstancias. El temor a estar en contacto con estas fobias genera angustia y ansiedad en el joven afectado.
Esto provoca que el individuo cree estrategias que le eviten estar en contacto con sus miedos. Sin embargo, para que esto sea considerado como fobia debe cumplir dos parámetros.
- Malestar intenso.
- Limitación para el desarrollo de sus actividades diarias.
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Preocupación por separación
Corresponde a un miedo en desproporción a la edad del joven. La ansiedad surge cuando comienzan los temores por no poder separarse de los padres en cierto momento.
La preocupación por separación se manifiesta en tristeza, depuración, llantos, apatía, déficit de concentración, dificultad para relacionarse, reacciones o actitudes agresivas, entre otros.
La ansiedad por separación es recurrente en aquellos ambientes familiares donde sus integrantes son sobreprotectores con los niños. Esto genera problemas de autoconfianza y autonomía natural para su desarrollo.
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Fobia a la escuela
Corresponde a los miedos sufridos por el niño o adolescentes que le imposibilitan asistir de forma normal a la escuela por algún miedo irracional.
Este trastorno se produce a cualquier edad, sin distinción de sexo, y se intensifica al inicio de los períodos escolares. Los niveles de ansiedad y angustia se hacen más evidentes por las noches o al momento de salir de casa para ir a la escuela.
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Fobia social
En este caso el adolescente presenta problemas de autoestima provocando que se vea a sí mismo vergonzoso. Los ataques de pánico y ansiedad ocurren antes de presentarse la ocasión.
La invitación a salir y tener que hablar en público los aísla y encierra en cuadros de ansiedad o estrés. Usualmente, este trauma se debe a su autopercepción negativa en la cual se ven poco atractivos, incapaces, poco inteligentes, entre otros.
Por eso es necesario el reconocimiento y tratamiento oportuno, de manera que se manejen de la mejor manera estas situaciones.
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