Las encías sangrantes son a menudo una causa de preocupación, tal y como deberían ser en la mayoría de los casos. Esta condición aparece cuando tus encías se tornan débiles. Algunas de estas causas son motivo de gran alarma, como podría ser el inicio de una periodontitis. En otros casos, las causas son fácilmente evitables y reversibles, por ejemplo, el cepillado o uso de hilo dental con demasiada fuerza. A veces las encías sangrantes son causadas por hormonas que pueden estar fuera de tu control inmediato.
Probablemente ahora te estés preguntando lo siguiente:
¿Qué opciones de tratamiento tengo para para las encías sangrantes?
Sin importar cuál pueda ser la causa, el primer paso para conseguir que estas sean tratadas, y la forma ideal para ello es ver a tu dentista. Él o ella será capaz de evaluar si la causa de sangramiento en tus encías es el resultado de la enfermedad misma o de algo más.
Tratamiento de la enfermedad periodontal
Si tu dentista determina que padeces de una enfermedad periodontal, hay muchos cursos de acción que te puede recomendar dependiendo de la gravedad de esta. Si te encuentras en las primeras etapas, la misma se puede revertir fácilmente con una buena higiene dental y varias visitas regulares al consultorio dental.
En los casos más severos, donde la enfermedad periodontal ha avanzado, tu dentista puede recomendar la ampliación o el aplanamiento de raíz para limitar la acumulación de placa y ralentizar la progresión de la enfermedad. La terapia periodontal progresiva puede ser necesaria para mantenerla a raya. En los casos más extremos de periodontitis, la cirugía puede ser necesaria para mantener la estructura de la boca y el hueso de la mandíbula, así como para salvar los dientes.
Otras opciones para el tratamiento de periodontitis
Si descubres que tus encías sangrantes no son causadas por un inicio de periodontitis, se recomiendan opciones de tratamiento menos extremas.
Si tu dentista determina que tus encías sangrantes son el resultado de prácticas inadecuadas de higiene bucal, él o ella te recomendará cambios en tu rutina de higiene dental. Estas recomendaciones pueden incluir lo siguiente:
Usar un cepillo de dientes suave. Los cepillos de cerdas duras (o rígidas) pueden arañar, dañar y debilitar tanto las encías como el esmalte de los dientes. Esto puede hacer sus encías y dientes más vulnerables a la periodontitis y las caries. Con un cepillo de cerdas suaves se previene la posibilidad de irritar, rasgar o lesionar las encías de una manera que las haga sangrar.
Practicar técnicas adecuadas de cepillado. Cepillar demasiado fuerte, usando el patrón de cepillado equivocado o no cepillarse los dientes y encías con movimientos lo suficientemente largos puede hacer que sus encías se lesionen, irriten y debiliten hasta el punto en que terminen sangrando. La técnica adecuada de cepillado de dientes recomendada por los dentistas incluye el uso de movimientos suaves y circulares sobre los dientes y las encías durante al menos dos minutos, como mínimo dos veces al día.
Implementar el uso diario del hilo dental. Muchos pacientes evitan el uso del hilo dental por temor a que sus encías sangren. Sin embargo, si practicas el uso diario del hilo dental, tus encías se fortalecerán al punto en el que dejarán de sangrar. El sangrado en las encías cuando se usa hilo dental por primera vez es totalmente normal, ya que es el resultado de tener encías débiles, problema que de no ser abordado y tratado, puede conducir a una periodontitis. Por estos motivos, se recomienda usar hilo dental por lo menos una vez al día, aunque preferentemente luego de cada comida.
Elegir un enjuague bucal de calidad. Si tu enjuague bucal contiene alcohol, deshazte de él. El alcohol seca la boca, lo cual acelera el desarrollo de la placa dental, que es causa de periodontitis. El uso de enjuague bucal sin alcohol no secará tu boca, a la vez que atacará el problema de sangrado, así como las bacterias malas y placa dental.
Evitar el tabaco y una dieta pobre. Los productos químicos agresivos que contiene el tabaco pueden irritar las encías, haciendo que se debiliten y sangren. El tabaco también decolora los dientes, de igual forma que una dieta alta en azúcares y carbohidratos simples aumenta el crecimiento y la formación de la placa, lo cual acelera el progreso de la periodontitis y el sangramiento en las encías. Del mismo modo, consumir snacks constantemente tampoco es recomendado, puesto que conlleva a la acumulación de placa.
Tener una mordida alineada. Si tu mordida no está bien alineada, hay una mayor probabilidad de que se forme una placa entre tus dientes y las encías, lo que puede causar un sangrado. Ciertos hábitos, tales como rechinar de los dientes o apretar la mandíbula pueden poner cierta fuerza adicional en los dientes y encías, desgastándolos y haciéndolos más vulnerables a las caries y otras enfermedades. Se recomienda que realices visitas regulares a tu dentista si tienes aparatos ortopédicos o prótesis dentales, ya que él o ella puede ajustar adecuadamente tu aparato para asegurar una mordida correcta y recta.
En pocas palabras, las encías sangrantes son algo que no se debe dejar pasar.
La causa de estas puede ser un síntoma de periodontitis, el cual puede conducir a problemas de salud oral, adicionales y graves.
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