Lo primero a considerar, antes de saber los pasos que se deben seguir para hacer una cirugía ortognática, es determinar qué es exactamente. Las intervenciones maxilofaciales son procesos quirúrgicos empleados para corregir problemas de deformidad en la mandíbula.
Estas deformidades son denominadas dento-cráneo-maxilofaciales, las cuales son corregidas por las cirugías de este tipo. Dichas alteraciones faciales surgen en las primeras etapas de crecimiento de la persona y se detienen al finalizar la misma.
Los tratamientos combinados (ortodoncia y cirugía maxilofacial /ortognática) son indispensables para conseguir la apariencia deseada. Veamos paso a paso las fases del procedimiento.
Estos pasos son divididos en cuatro aspectos fundamentales para conseguir el éxito de la intervención.
- Planificación operatoria
- Intervención quirúrgica
- Postoperatorio
- Seguimiento y ortodoncia
Paso 1: planificación
Si bien cada una de las etapas del proceso juega un papel fundamental, esta primera fase de planificación y protocolo para la preparación del paciente es necesaria a la hora determinar el éxito de los resultados.
El encargado de llevar acabo la programación de este primer elemento para la intervención del paciente es el ortodoncista. Él será el responsable de todo el proceso quirúrgico.
Para lograr llegar a este punto, el paciente debe someterse a un tratamiento completo y específico de ortodoncia con una duración de un año aproximadamente.
La razón principal por la cual se implementan estas herramientas correctivas es para llevar a estudio previo la formación de los dientes sobre las bases óseas correspondientes.
Ahora, es importante conocer la diferencia entre ambas técnicas: ortodoncia y cirugía ortognática. La ortodoncia es empleada para corregir los apiñamientos dentales y, finalmente, alinearlos. Mientras que la ortognática es para corregir los huesos.
La intervención maxilofacial tiene como principal objetivo optimizar la mordida (oclusión) y con ello mejorar la apariencia o estética del rostro, dado que el crecimiento inadecuado de la mandíbula tiende a causar deformidades faciales.
Con este crecimiento incorrecto en los huesos maxilares de la mandíbula, los dientes que se desarrollan sobre ellas generan mala alineación y problemas en la mordida.
Es por eso que debe realizarse la ortodoncia antes de la cirugía. De lo contrario, los dientes no quedarán en la posición adecuada una vez se proceda a la operación. Esta intervención tendrá cambios significativos en la estructura ósea del rostro.
Esta es la razón por la cual el ortodoncista deberá hacer una evaluación completa que determine cómo se verá el resultado final en el rostro del paciente, con un examen facial en detalle.
Para evaluar el resultado final el dentista deberá optar por una evaluación radiológica, panorámica y estética de toda la cavidad bucal.
Una vez concluido el examen se procede a hacer las mediciones y cálculos necesarios para que el cirujano maxilofacial logre guiarse durante toda la intervención.
Algunos de los beneficios de esta operación es la mejora de las capacidades funcionales de la boca, así como la estética dental. El proceso dura aproximadamente cuatro horas y la operación no deja cicatrices.
Paso 2: intervención quirúrgica
Como este tratamiento es combinado por dos profesionales dentales (ortodoncista y cirujano maxilofacial), la comunicación y coordinación tanto antes como durante el proceso es fundamental.
Para el día de la operación, el ortodoncista deberá estar presente en el proceso para asegurarse que el médico cirujano trabaje con una interpretación precisa de los resultados evaluados (reducir el margen de error).
En toda la etapa de la operación el paciente estará bajo anestesia general. El cirujano deberá desempeñarse en el hueso maxilar de la boca para proceder con los cortes proyectados.
Todo el trabajo será efectuado mediante cortaduras o incisiones intraorales. Los beneficios de este método es eliminar cualquier rastro de cicatrices que sea visibles.
Por último, una vez se ha alineado la mandíbula según los parámetros establecidos por el ortodoncista, esta será fijada con placas y tornillos de titanio.
Paso 3: post-operatorio
La recuperación es breve. El proceso de sanación será de un mes aproximadamente, en mujeres es más lento que en hombres.
Sin embargo, para conseguir estos resultados el paciente deberá descansar de sus labores diarias por tres semanas, según el tipo de actividad que desempeñe. Por ejemplo, aquellas que requieren de un habla constante o actividades físicas de gran esfuerzo serán suspendidas por un período mayor.
En este proceso la etapa más complicada son las dos primeras semanas. No obstante, durante la recuperación es usual que los pacientes no presenten dolores o incomodidades mayores.
Algunos de los síntomas presentados durante las primeras semanas de recuperación son los siguientes.
- Hinchazón facial
- Dificultad para continuar con su rutina diaria
- Dificultad para comer (los alimentos ingeridos deberán ser líquidos y administrados por pipetas)
- Utilización de elásticos todo el día
- Dificultad para respirar en ciertas posiciones
- Dificultad para hablar con normalidad
Paso 4: seguimiento y ortodoncia
Una vez se ha finalizado el proceso de recuperación el paciente deberá continuar con la ortodoncia por dos años. De este modo se logrará obtener una estabilidad y oclusión correcta de la mandíbula.
El uso de ortodoncia garantizará que los dientes no vuelvan a su estado anterior. Una alineación perfecta concluirá el resultado de la operación maxilofacial.
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