El autismo es una condición especial del desarrollo que afecta significativamente la comunicación (tanto verbal como no verbal) y la interacción social, generalmente se detecta antes de los tres años de edad, por el aislamiento, la inmovilidad, la realización de movimientos o actividades repetitivas, movimientos estereotipados, resistencia al cambio ambiental o a los cambios en las rutinas diarias, y respuestas inusuales a experiencias sensoriales; naturalmente todo ello repercute de forma negativa en la interacción social y el rendimiento educativo.
Los pacientes autistas representan un desafío enorme para los padres y también para los dentistas, sobre todo porque la mayoría de los procedimientos en un consultorio dental implican el uso de luces brillantes, ruidos fuertes, y tocar la boca que es una de las partes más sensibles del cuerpo; haciendo que la mayoría de la gente en general se sienta incómoda o aprensiva con respecto a su tratamiento dental, imagina cómo se debe sentir un niño o adulto autista.
La hipersensibilidad a su entorno suele ser un rasgo distintivo para la mayoría de los pacientes con autismo, esto hace que el cuidado dental sea aún más difícil, ya que existe el riesgo de que reaccionen adversamente a la sobrecarga sensorial; a los pacientes autistas no les gusta el cambio en sus horarios diarios, nuevos ruidos, nuevas personas o nuevas actividades.
En el pasado, estos desafíos llevaron a la buena parte de los dentistas a rechazar a tales pacientes, pero en la odontología moderna este ya no es el caso, actualmente hay muchos dentistas que tienen formación para ayudar a sus pacientes con los desafíos especiales que vienen con el autismo.
Problemas dentales para los pacientes autistas
- Pobre higiene bucal: si bien no sólo ocurre en pacientes autistas, estos son más proclives a no cuidar su salud dental adecuadamente.
- Aumento de la caries dental: la mala higiene bucal y la caries dental van de la mano, pero para estos pacientes existe un mayor riesgo debido a que muchos padres y cuidadores usan dulces como recompensa por su buen comportamiento, y tienen el hábito común de almacenar los alimentos en la parte interna de sus mejillas. El aumento de la exposición a los azúcares, y dejar los carbohidratos en contacto directo con la superficie de los dientes durante períodos prolongados, conduce eventualmente a un aumento de la caries dental.
- Rechinado de dientes o bruxismo: mientras que muchas personas sufren de esto, una mayor tasa de pacientes autistas exhiben este comportamiento en comparación con la población general.
- Auto-lastimarse: muchos pacientes autistas muerden o pinchan sus encías, creando un nuevo problema dental, para esto es recomendable un protector bucal, siempre y cuando el paciente sea capaz de tolerarlo.
- Temas relacionados con la medicación: muchos pacientes autistas sufren de convulsiones, y por lo tanto necesitan tomar medicamentos para ello, estos medicamentos tienen el riesgo de conducir a la disminución de la producción de saliva, la cual se traduce en una boca seca, así como un posterior mal aliento y caries dentales.
Técnicas para el manejo de pacientes autistas en sillón dental
- Establece una visita previa para darles un tour: los padres, deben hablar con el dentista antes de tiempo para que este sepa un poco sobre el niño, incluyendo aquello que ayude a calmarlo y qué curso de acción tomar para algunos comportamientos, deja que el paciente vaya al consultorio dental para recorrer las instalaciones y que conozca los alrededores y la gente que allí trabaja. Permítele ver las bandejas, así como tocar todo lo que sea seguro tocar para él o ella, esto debe incluir la máquina de rayos x, para que estén familiarizados con la misma cuando lleguen para la cita real; conocer a todo el personal es muy importante.
- Mantén la visita inicial lo más corta posible: procura hacerla lo más rápida y menos invasiva que puedas.
- Siempre mantente en constante comunicación: el dentista e higienista debe explicar qué le va a suceder al niño, qué instrumentos se van a utilizar, cómo se siente, y cuánto tiempo va a tomar el procedimiento; el paciente autista debe sentirse libre de hacer preguntas, así como saber algunas señales de mano para que el dentista entienda si necesita un descanso, o si no puede aguantar más.
- Que sus padres estén en la habitación si es necesario: esto es ya una elección personal entre los padres (o representante legal) y el dentista, algunos pacientes manejan bien la situación con ellos presentes y otros no. Siendo este el caso, nunca temas insistir en estar presente durante la cita, tu hijo quizá necesite que estés allí, asegúrate de que el personal del consultorio dental se siente cómodo con la idea.
Posible uso de anestesia general, sedantes o inmovilizadores: los procedimientos dentales más complicados, como las extracciones dentales, los empastes dentales e incluso las radiografías se deberían realizar bajo sedación o anestesia general en caso de que sea probable que el comportamiento del paciente genere dificultad, de modo que estén las condiciones dadas para que el dentista proporcione una atención dental segura. La idea de usar correas no suena nada bien para la mayoría, pero los niños autistas, especialmente aquellos con Asperger, se calman con un pediwrap (inmovilizador pediátrico) apretado; a la vez que estos a menudo intentan “exprimirse” a sí mismos en un abrazo o buscan usar ropa apretada para calmarse en una situación intensa.
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