El dolor de muelas suele presentarse cuando existe la presencia de inflamación de la pulpa o nervio dental, especialmente, cuando se producen caries. Estas molestias suelen generar dolor e incomodidad en las personas.
Sin embargo, los dolores en las muelas también se deben a otros problemas. Por ejemplo, la gingivitis. Esta enfermedad corresponde a la contracción de las encías que deja expuesta la raíz del diente.
Una vez la infección en la encía avanza lo suficiente, su retraimiento es progresivo. Esto permite que se alojen ciertos microorganismos dañinos para tus dientes.
Estos agentes externos contribuyen al debilitamiento del sustento del diente. En el peor de los casos, la gingivitis conseguirá ocasionar la pérdida parcial o total de la pieza dental.
A pesar que el dolor de muelas es generado por múltiples factores, existen mecanismos que ayudarán a prevenirlo. De esta manera, evitarás el malestar y los problemas de salud bucal asociados.
Profundiza tu higiene
Mantener una higiene dental regular reducirá las posibilidades de alojar bacterias capaces de provocar dolor y enfermedades. El cepillado regular después de cada comida es beneficioso para tu boca.
El uso de cremas dentales ricas en flúor ayuda a mantener la integridad del esmalte dental. Esta es la capa externa del diente y, además, el mineral más fuerte producido por el cuerpo.
Su función es proteger los dientes de los procesos naturales. Por ejemplo, la alimentación. Sin embargo, algunos de estos alimentos contribuyen a su desgaste y pérdida.
La pérdida de esmalte dental también se traduce en dolores o sensibilidad dental. Adicionalmente, sin este valioso mineral el diente quedaría expuesto a bacterias letales para la pieza.
Existen algunas técnicas tradicionales y caseras que ayudan a controlar el dolor en las piezas dentales. Algunas de ellas, consisten en someter el área a temperaturas como el frío y el calor.
Efectividad de las temperaturas en el dolor de muelas
Las técnicas de frío o calor para aliviar los dolores ciertamente tienen su efectividad. Especialmente cuando se trata de:
- Articulaciones
- Músculos
- Ligamentos
Sin embargo, en el caso de los dientes, el proceso es más controversial.
Las prácticas de temperaturas para controlar el dolor de muelas llegan a ser contraproducentes. Sobre todo, si el problema se debe a la sensibilidad dental por presencia de caries.
Usualmente se suele pensar en aplicar compresas frías y calientes cuando el dolor de muelas alcanza su nivel máximo. Esto se traduce como una respuesta automática del cerebro para conseguir soluciones prácticas y rápidas.
Para determinar qué tan buena será esta técnica primero se debe conocer cuál es la causa o la razón que genera el dolor. El mejor diagnóstico siempre será el que ofrezca el dentista.
Diagnosticar la causa
Para conseguir buenos resultados en la reducción del dolor de muelas, primero deberás saber qué sucede con la pieza dental y sus alrededores.
Como mencionamos anteriormente, en su mayoría, el dolor de muelas se produce por la aparición de ciertas infecciones, bacterias, caries e incluso hongos. Cada uno de estos elementos tiene un rol perjudicial en tu salud bucal.
Es por ello que desconocer la causa o motivo que lo aqueja tendrá un impacto negativo a la hora de buscar soluciones “prácticas y rápidas”.
Aplicar compresas frías y calientes en el diente afectado conseguiría, en algunos casos, intensificar la molestia.
Para evitar exponerse a dolores agudos, te recomendamos consultar con tu médico dentista. Él será quien determine la causa y razón de tu dolencia, además de los procedimientos consiguientes para solucionar el problema.
Importancia del diagnóstico preciso
Una vez se conozca las razones del dolor, es momento de decidir qué hacer. Para ello, investiga correctamente los beneficios y problemas relacionados a las técnicas de frío y caliente.
Te aconsejamos que, antes de intentar cualquier procedimiento ajeno al odontólogo, primero consultes con uno. Una práctica equivocada intensificaría los problemas, así como el dolor de muelas.
Esta es la razón principal por la cual, en primera instancia, se debe recurrir al dentista para tener un diagnóstico preciso del problema.
Realidad del mito
Uno de los principales artículos fríos que se consiguen en las tiendas son los hielo packs. En su defecto, es viable hacer hielo en un molde de cubitos. Esta opción es la más empleada, pues se consideran los beneficios del hielo sobre el dolor.
Ciertamente, esta sustancia fría es capaz de inhibir el dolor. Sin embargo, debe aplicarse correctamente para evitar molestias y dolores intensos.
Por otro lado, las ventosas calientes calman el dolor en algunos grados. Su efecto se relaciona con su capacidad para eliminar ciertas bacterias que se alojan en la zona.
Cualquiera de estas alternativas funcionaría solo por un par de minutos u horas, quizás para lograr conciliar el sueño durante la noche.
Advertencias
Es importante tomar en cuenta que ninguna de ellas debe estar en contacto directo con la zona.
No es recomendable exponer las piezas dentales al frío excesivo o al calor extremo. Esto solo incrementará el problema y los dolores.
Si el dolor se produce por un diente fisurado o roto, el uso de estas técnicas es inaceptable. El frío o calor extremo entrará en contacto directo con el interior del diente y producirá dolores insoportables.
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