La boca proporciona un ambiente hospitalario para muchos microorganismos, es cálido, rico en nutrientes, continuamente húmedo por la saliva y tiene un pH entre 6.75 y 7.25 ideal para estos seres diminutos, por lo tanto la cavidad oral es el hogar de múltiples bacterias y microbios tanto “buenos” como “malos” que viven en armonía.
La presencia de microbios es de hecho esencial para mantener la fisiología normal de la cavidad oral, si bien su presencia suele ser estable y mutuamente beneficiosa, si alguna fuerza externa cambia el equilibrio, los resultados pueden desencadenar la presencia de gingivitis, caries dental o enfermedad periodontal.
Actualmente se dispone del conocimiento y herramientas para mantener un balance saludable entre los microorganismos buscando mantener las enfermedades a raya, pero ¿Cuáles son esas herramientas? Las tienes en casa y ni siquiera te has dado cuenta, son todos los productos para cuidar tú salud dental, que van desde pasta de dientes hasta el enjuague bucal, sus formulas están diseñadas para optimizar el equilibrio de bacterias en la boca, conservar sus características beneficiosas y suprimir su impacto potencialmente dañino.
Por otro lado intentar mantener una boca ultra limpia, no es para nada favorable porque interrumpimos con el equilibrio natural microbiótico, dejando una puerta abierta para que microorganismos patógenos colonicen toda la boca, incluso son capaces de inmunizarse y hacerse resistentes a medicamentos y otras bacterias que normalmente mantienen el balance.
Un ejemplo son las biopelículas (placa) estas no son más que un ecosistema microbiano organizado, conformado por uno o varios microorganismos creando una superficie viva con características funcionales aisladas, cuando estos organismos están separados suelen ser dañinos pero juntos son una barrera para organismos potencialmente dañinos que provienen del aire, agua y alimentos con los que tenemos contacto constantemente.
Entre las principales bacterias que residen en la boca y han sido consideradas como “malas” se encuentran Streptococcus mutans, Tannerella forsythia, Porphyromonas gingivalis y F. nucleatum, por otro lado algunas de las bacterias que por el contrario se conocen por sus buenas funciones son S. sanguinis, S. oralis, Actinomyces naeslundii, Neisseria subflava y Veillonella dispar, sin embargo ahora se reconoce que se trata de una distinción entre buenas y malas totalmente artificial, por ejemplo la F. nucleatum tiene propiedades que benefician la salud dental pero al mismo tiempo se asocia con gingivitis y una serie de enfermedades graves en otras partes del cuerpo.
Diferentes investigadores en el mundo de la odontología indican que el concepto de “organismos patógenos» está realmente sobre utilizado, porque se compara con algo que no debería estar en el cuerpo y en las enfermedades dentales estos son organismos que han evolucionado a lo largo de milenios, para crecer y coexistir aunque sea en números bajos.
Un estudio reciente realizado en Reino Unido demostró que uno de los microorganismos que se consideraba dañino para la salud oral también tiene propiedades positivas, el F. nucleatum ¿Por qué? cuando esta bacteria entra en contacto con las células epiteliales orales se producen proteínas pequeñas denominadas beta-defensinas humanas, en pocas palabras son un grupo de péptidos antimicrobianos que matan bacterias, hongos y virus encapsulados, y representan la primera línea de defensa para el revestimiento de la boca. ¿Suena un poco contradictorio no? El problema esta cuando las bacterias dañinas independientes entran en contacto con el torrente sanguíneo, empiezan a viajar por todo el cuerpo dejando estragos en diferentes sistemas.
En una boca sana las biopelículas también realizan diferentes funciones positivas como por ejemplo ayudan a la formación del acido nítrico, para entender qué función cumple este ultimo debes tomar en cuenta que el 25% de los nitratos de las verduras vuelven a emerger en la saliva, luego en la boca los nitratos se convierten en nitritos, que a su vez se convierten en óxido nítrico el cual tiene infinidad de funciones importantes para mantener una buena salud, incluyendo ayudar a controlar la presión arterial.
Cuando el equilibrio natural en la boca cambia significativamente, las bacterias con efectos nocivos pueden comenzar a dominar, se cree que el pH y el estado nutricional son dos de los principales factores que impulsan el descenso a la enfermedad. Por ejemplo, en personas que tienen una dieta alta en carbohidratos simples o azúcares, el pH de la boca caerá con más frecuencia a niveles más bajos que en personas con una dieta más saludable, esto a su vez conduce a un aumento significativo en las bacterias tolerantes al ácido, tales como S. mutans y el desplazamiento de bacterias asociadas a la salud oral al pH neutro.
Al final del día todas las bacterias son necesarias así sean consideradas “buenas” o “malas” y forman parte del equilibrio natural, todos los extremos se consideran dañinos porque al tener solo agentes favorables no tendremos defensas para resistir una invasión de agentes patógenos, y al contrario cuando contamos solo con microorganismos dañinos aparecen dolores, inflamación y diferentes enfermedades bucales, ya es hora de derribar mitos y poner una barrera entre buenos y malos, es importante saber que todos son necesarios y así como coexisten en la naturaleza lo hacen dentro de nuestra cuerpo.
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