Cuando somos niños sonreímos de manera espontánea con mucha facilidad, pero conforme vamos creciendo, aunque sigue apareciendo en nuestro rostro con espontaneidad, la sonrisa se vuelve cada vez menos frecuente que durante la infancia. Algunas de las causas de la desaparición de la sonrisa pueden ser las preocupaciones, el estrés, características de nuestra personalidad, y sobre todo la falta de seguridad en nosotros mismos, etc. Un grave problema con la sonrisa natural de los adolescentes y los jóvenes pueden ser los problemas bucodentales.
Innumerables estudios del comportamiento humano han demostrado que el reír y el sonreír puede tener una muy positiva influencia en nosotros mismos y entre las personas con las que interactuamos. La risa y la sonrisa pueden tener un efecto positivo en nuestra salud tanto física como mental así como en aspectos de nuestra vida, como lo son el social, el afectivo y el profesional, por mencionar algunos.
Sabemos que en el campo de la neurología se habla de las endorfinas, que son las responsables de ayudarnos a bajar los niveles de estrés y también de hacernos sentir felices y con sensación de bienestar.
El funcionamiento de nuestro cerebro y la forma en que interpreta las señales enviadas por el cuerpo es algo tan complejo que se ha demostrado que el simple movimiento de los músculos faciales para sonreír envía señales al cerebro que se interpretan como risa y hay una producción de endorfinas. Esto, aunque la sonrisa no sea auténtica, provoca el que la persona se sienta mejor.
Una hormona llamada cortisol es la responsable de que experimentemos estrés. Mientras los niveles de endorfinas sean altos, los de cortisol descienden y en consecuencia nos sentimos menos estresados.
Vemos entonces porqué después de una buena carcajada nos sentimos mucho mejor. Tan es así que las sesiones de risoterapia han tenido tanto éxito en la actualidad.
En cuanto al aspecto social la percepción, la interpretación y la manera en que los demás acogen una sonrisa natural o una sonrisa forzada o fingida puede ser muy distinta y producir diferentes reacciones en los demás, independientemente de cómo se sienta quien sonríe. Por ejemplo en los negocios o en las relaciones sociales una persona que sonríe de forma natural y espontánea tiene mayores posibilidades de inspirar confianza y aceptación que una persona que no lo hace.
Por otro lado, en situaciones desfavorables para varias personas, quien sonríe se siente mejor. Sin embargo esto puede ser malinterpretado por los demás, quienes pueden tomar a la persona sonriente como una persona desagradable, poco considerada, incorrecta, insensible etc., según la situación particular.
Ante esto te queda claro que tu sonrisa puede ser tu mejor carta de presentación o tu mejor aliada por lo que no debes descuidarla.
Una parte muy importante de tu sonrisa, además de tu mirada al sonreir es por supuesto la apariencia de tu boca. Por eso ¡cuídala!. Visita a tu dentista periódicamente para limpiezas, consultas, tratamientos blanqueadores y diagnósticos para que tengas una dentadura a toda prueba y puedas enfrentarte al mundo con la mejor de las sonrisas.
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