¿Por qué los niños necesitan comer alimentos crudos para tener dientes sanos? Es una pregunta que seguramente nunca te has planteado, pero no te preocupes, seguro muchas personas saben poco del tema.
Es muy común saber que realizar ejercicio es una excelente rutina para desarrollar huesos y articulaciones fuertes. Sin embargo, pocos de nosotros nos detenemos a pensar en cómo la masticación es de hecho un ejercicio para nuestra boca y estética dental. Por ejemplo, cuando vas al gimnasio para desarrollar los huesos y ganar masa muscular y que sean más grandes, de igual manera sucede con tus dientes y mandíbula cuando comes.
Nuestra dieta alimenticia juega un papel importante en el crecimiento de las estructuras esqueléticas de la dentadura que albergan nuestros dientes. Cuando comemos alimentos que nos obligan a masticar, promueve un crecimiento normal y sano de la mandíbula y los dientes.
Sin embargo, existen otros aspectos que debemos desarrollar y formas en las que podemos lograr la evolución de la mandíbula, como técnica principal para permitir tener dientes rectos y sanos.
La mandíbula y los músculos faciales
No podemos dejar saber nada sobre nuestra anatomía facial y dental, por ejemplo, nuestra mandíbula y sus articulaciones son una de las articulaciones más frecuentemente que se distribuyen por nuestro cuerpo. Ya que es responsable de todos los movimientos de la boca y la cara, incluyendo la importante que tiene para la respiración, hablar, masticar y tragar.
Constituida por un complejo grupo de músculos, nuestra articulación de la mandíbula está diseñada para generar hasta 120 libras de fuerza. La relación entre la fuerza ejercida por nuestra articulación mandibular y el desarrollo óseo es bastante importante.
Las personas que hacen ejercicio regularmente saben que lograran tener huesos más fuertes y un desarrollo óptimo de la columna vertebral como apoyo e influencia principal para la ejecución de los movimientos musculares.
La mandíbula y el desarrollo óseo
Al igual que las fuerzas que imprimimos en nuestros músculos para desarrollar musculatura, por ejemplo, el bíceps y el codo, estudios han demostrado que la fuerza ejercida por la mandíbula desarrollará las dimensiones de la cara, específicamente las presiones musculares que se ejercen desde los huesos de la mandíbula superior e inferior.
Realizar un ejercicio mandibular adecuado te ayudara a lo largo de tu vida, ya que el ejercicio y el movimiento articular impide la degeneración ósea que produce enfermedades como la osteoartritis. Cuando una articulación está inactiva puede perder su capacidad natural de desarrollarse correctamente.
Mientras que la relación con el ejercicio y la salud de las articulaciones entendemos como beneficia todo el cuerpo, rara vez conocemos estos principios cuando se trata de las coyunturas de la boca.
La alimentación y la formación facial desde el nacimiento
Cuando conocemos el papel que la masticación juega en la promoción tanto en el crecimiento óseo como en el desarrollo de la mandíbula, entendemos lo crucial que es para nuestra salud dental. Para que los dientes tengan suficiente espacio entre ellos, debe existir una mandíbula adecuada que les permita desarrollarse sin torcerse.
A medida que conocemos que el desarrollo de la mandíbula finaliza a los 12 años, comprendemos lo importante que es comenzar a masticar alimentos que favorezcan el desarrollo de la mandíbula. Desde el nacimiento, los hábitos alimenticios de un bebé tendrán una influencia directa en la evolución de la mandíbula.
Es sabido que la lactancia materna desarrolla el paladar del bebé a través de la succión y los movimientos musculares necesarios para extraer leche del seno materno. Un paladar mal desarrollado, se asocia comúnmente con el apiñamiento de los dientes superiores y esto puede ser más común en los niños que no son amamantados.
Las dietas procesadas son perjudiciales para los dientes
Una vez que un niño ha superado la etapa de la lactancia materna, la transición a la dieta de alimentos sólidos que requieren masticación les ayudará a desarrollar fuertes músculos faciales que a su vez les permiten crecer con una mandíbula inferior muy fuerte.
El mundo ha experimentado un cambio significativo en la forma en que los niños consumen los alimentos. Las dietas actuales se basan ahora en alimentos refinados que han eliminado las propiedades masticables. Además, de la lactancia materna la dieta de un niño debe consistir en alimentos que requieran ser masticados en la medida de lo posible.
Para los niños pequeños lo ideal es cortar las frutas y verduras frescas en lugar de machacarlas, todo ello para que aprendan a masticar durante el movimiento que se realiza para comer. Lo más importante es limitar algunos de los hábitos alimentarios modernos que han cambiado la forma en que usamos nuestra mandíbula durante la degustación de la comida.
Comidas favorables y otras evitables
Las comidas que debemos evitar suministrarles a los niños son las comidas enlatadas, jugos, alimentos procesados o triturados, y no acostumbrar al niño a la alimentación con biberón o tetero.
La comida cocinada es una excelente manera de mejorar la absorción de nutrientes en muchos alimentos y debe constituir una buena proporción de la dieta en los niños. Sin embargo, puedes incluir una buena porción de alimentos crudos en cada comida, asegurándote de que la mandíbula está suficientemente estimulada por la acción de masticar.
Los alimentos crudos para una buena salud dental pueden ser la zanahoria, pimiento rojo, repollo, calabacitas y las manzanas entre muchas más.
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