Son técnicas y métodos médicos adaptados a los procesos quirúrgicos para administrar los medicamentos correspondientes a la cavidad vítrea.
Esta zona se encuentra en el área posterior del globo ocular. Las inyecciones localizadas forman parte de los procesos más prácticos, útiles y eficaces para tratar determinados padecimientos visuales.
El desarrollo y práctica de estas nuevas técnicas se inició en la década de los 80. En esa época, se emplearon las investigaciones necesarias para determinar la vialidad y utilidad de estos procesos.
Gracias a estos descubrimientos, las inyecciones intravítreas han sido de gran ayuda para tratar múltiples enfermedades oculares. Por ejemplo, la retinitis.
Cuándo son necesarias
Las inyecciones intravítreas son empleadas para tratar distintas enfermedades oculares. Sin embargo, solo son viables o recomendadas cuando los daños en el ojo alcanzan niveles elevados.
Los medicamentos indicados suelen tener alta efectividad. Su composición química es la ideal para tratar ciertas enfermedades.
Algunos de ellos también se administran vía oral o endovenosa. Pero, en esos casos, no son tan efectivos como se requiere.
De hecho, para lograr los resultados obtenidos con las inyecciones intraoculares, se deben administrar medicamentos muy fuertes por vía oral. Estas dosis son pautadas por el médico oftalmólogo encargado.
Fármacos inyectables
Existe una variedad limitada de fármacos inyectables. Cada uno es efectivo para un problema determinado. Algunos de ellos son:
- Antibióticos para el control de bacterias u hongos en el interior del ojo, como las denominadas endoftalmitis.
- Fármaco antiVEGF. Estos medicamentos son suministrados para tratar enfermedades responsables de la degeneración macular relacionada a la edad. También en casos de oclusiones venosas de retina e incluso para la retinopatía diabética.
- Son medicamentos utilizados para reducir la desinflamación en el órgano. También es útil para reducir plasma en los vasos de la retina cuando existen edemas maculares.
Proceso para las inyecciones
Aunque se considera una intervención intensa, es bastante sencilla y apenas requiere de unos cinco minutos. Sin embargo, por seguridad del paciente, el procedimiento debe llevarse a cabo en el quirófano.
Las condiciones de asepsia de estos espacios reducen los peligros de infección y daño en el órgano. Antes de la inyección, se emplea una anestesia tópica para reducir el dolor e incomodidad durante el procedimiento.
Las inyecciones intraoculares no requieren de cuidados postoperatorios especiales. Al finalizar la intervención, solo serán recetados ciertos medicamentos. Por ejemplo, antibióticos por un par de días.
Riesgos del proceso
Estas inyecciones son altamente efectivas. Sus riesgos o complicaciones son extremadamente bajos.
Sin embargo, los inconvenientes tienden a ocurrir al momento de la inyección. Por ello, una preparación y acondicionamiento previo adecuado reduce a cero cualquier incidencia.
Requisitos necesarios
Como para todos los procedimientos operatorios invasivos, es muy importante que el médico cirujano cuente con una amplia experiencia. Sobre todo, para evitar accidentes o perjuicios indeseados.
Tu especialista debe contar con el dominio de estas técnicas para la cirugía de ojo. Ello reducirá significativamente los riesgos y complicaciones durante y después de la operación.
Enfermedades visuales
Agujero macular
Es un padecimiento del ojo que aqueja la mácula. Esta forma parte del área central de la retina. También es la que permite leer o reconocer caras, ya que hace posible la visión central.
Degeneración macular
Es una enfermedad del ojo producida por el deterioro o daño en la mácula debido a la edad. La mácula es una película de tejido de color amarillento con sensibilidad a la luz.
Es la responsable de proporcionar la agudeza visual. Gracias a ella, es posible percibir ciertos detalles. Cuando esta película se deteriora, la visión pierde su nitidez y se vuelve borrosa o turbia.
Diabetes Ocular
Forma parte de los padecimientos oculares más regulares de cuidado oftalmológico en países avanzados. Es responsable de la ceguera en edades comprendidas entre los 20 y 60 años.
Retinopatía
Se estima que un 25% de los pacientes que padecen diabetes ocular también tienen retinopatía.
El porcentaje de incidencia de retinopatía crece conforme a la evolución de la diabetes. Esta enfermedad es capaz de afectar tanto a diabéticos tipo I y II.
Sin embargo, el riesgo principal para desarrollar retinopatía está relacionado con múltiples factores, tales como:
- Hipertensión
- Hipercolesterolemia
- Diabetes de cualquier tipo
- Edad del paciente
Miopía magna
Este padecimiento corresponde a un problema en la graduación en las dioptrías, también conocido como defecto de refracción.
Con la miopía, los objetos distantes son enfocados delante de la retina. Lo normal es que esto ocurra sobre ella. Es por ello que la visión lejana se torna borrosa.
La miopía magna o alta miopía se produce cuando se detectan ocho dioptrías en el ojo.
Oclusiones vasculares retinianas
Se produce cuando se forman obstrucciones en la vena principal de la retina. Cuando estas aparecen, la vena comienza a segregar fluidos que imposibilitan una visión clara. Cuando el líquido alcanza la mácula, la visión se vuelve borrosa.
Uveítis
Esta corresponde a una inflamación generada en el iris, la ciliar y la coroide. Estas estructuras forman el área blanca del ojo.
La inflamación en esta parte del ojo también genera daños en la visión. Principalmente si no es atendida con rapidez por un oftalmólogo.
Deja un comentario