Alrededor de 80 millones de personas en todo el mundo, llevan puestos lentes de contacto para mejorar la visión, la mayoría expresa que los lentes blandos son más cómodos, muchos lo que no saben es que esta herramienta ha evolucionado desde hace más de 500 años.
La historia muestra, como desde su concepción en el siglo XVI hasta nuestros días, ha sido posible perfeccionar una innovación tan útil para millones de personas.
Los lentes de montura convencionales para corregir la visión han existido durante cientos de años. Desde antes que Leonardo Da Vinci, que es quizás la figura más importante del período renacentista, postulara su teoría que trata sobre la refracción de la córnea, expresando que sus capacidades podrían ser alteradas colocando el ojo dentro de un vaso lleno de agua, ésta se publicó en el año 1508, siendo Da Vinci el primero en reconocer que la calidad refractiva de la córnea humana podría ser manipulada.
Las primeras versiones de este concepto de visión correctiva que normalmente requerían sumergir los ojos en agua eran difíciles en la práctica, Leonardo describió dos aplicaciones de su descubrimiento una con un tazón de vidrio lleno de agua en el que la persona sumergía la cara, mientras que la otra opción era un hemisferio de cristal lleno de agua y llevado directamente sobre el ojo. Al igual que el tornillo aéreo de Da Vinci que presagiaba el desarrollo del helicóptero moderno, sus lentes de agua servirían de base para desarrollar innovaciones que tendrían lugar siglos después.
Avances en el siglo XVII
Los próximos pasos hacia el desarrollo de los lentes de contacto que conocemos hoy en día, se dieron durante la década de 1630, en este caso por otro hombre considerado como una de las mentes más grandes de su siglo, René Descartes quien publicó un tratado médico en 1636, pensó en una lente colocada directamente sobre el ojo atada a un tubo largo lleno de agua, ampliando los conceptos anteriores de Da Vinci, pero al final era poco práctico porque el tubo impedía que el usuario parpadeara, un dato importante es que Descartes fue el primero en darse cuenta que la córnea del ojo y no la esclerótica (la parte blanca del ojo) era el único sitio donde la manipulación de la luz refractiva era útil para la corrección de la visión.
En el momento que se presentó al mundo una lente que se podía usar directamente sobre el ojo durante más tiempo, el agua quedó fuera de la ecuación y permaneció la pieza de vidrio, es verdad, eso parecía ser muy incómodo para cualquiera, pero estos lentes de cristal se construyeron para cubrir tanto la córnea como la esclerótica, evitando que los ojos recibieran el oxígeno que tanto necesitan, creando inflamaciones, los primeros modelos de lentes de contacto en vidrio se volvieron dolorosos para los usuarios sobre todo 30 minutos después de colocárselos.
Mejoras en el siglo XIX
Luego en 1827 el británico John Herschel propuso corregir una córnea irregular, mediante el uso de cápsulas de vidrio llenas de gelatina animal, no sería hasta la década de 1880 que las técnicas de vidrio avanzaron hasta el punto que la lente podría coincidir con la curvatura natural del ojo; pero las lentes de vidrio no solamente cortaban el flujo de oxígeno a los ojos del usuario, también generaban malestar e incluso mucho dolor, la mayoría de las lentes eran demasiado pesadas y presentaban una fragilidad natural que hacia la propuesta peligrosa para su uso directo en los globos oculares.
Llegan los materiales plásticos en el siglo XX
La década de 1930 vio las primeras lentes de contacto construidas a partir de materiales plásticos, lo que permitió una mayor flexibilidad, durabilidad y permanencia sobre la córnea del usuario, paso un período de tiempo y en 1936, salieron los lentes esclerales que incorporaban elementos plásticos en la típica lente de cristal , pero en 1938 todos los contactos de plástico se estaban construyendo a partir de un nuevo material conocido como polimetilmetacrilato que era mucho más fácil de moldear, increíblemente delgado y mucho más seguro.
A lo largo de los años las deficiencias con el material plástico comenzaron a ser evidentes, era impermeable al aire por lo tanto no entregaba la cantidad adecuada de oxígeno a los ojos generando molestias con el tiempo, la próxima generación de lentes de contacto se construyo a partir de un material conocido como hidroxietilmetacrilato (HEMA), el primer tipo de plástico hidrófilo conocido como «hidrogel» creado para su uso con lentes de contacto.
Últimos avances tecnológicos
HEMA era un plástico capaz de retener la humedad, los hidrogeles absorben hasta un 90% de su peso en agua haciéndose más suaves y flexibles, en 1970 Bausch & Lomb llevaron los lentes de hidrogel al mercado americano por primera vez. Después las innovaciones no se hicieron esperar como los lentes desechables, con desgaste extendido, coloridos e incluso dispositivos electrónicos que se conectan a tú teléfono inteligente cambiando el color del iris y proporcionando corrección automática de la visión, poco a poco el hombre ha mejorado los inventos de hace cientos de años adaptándolos a su era actual.
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