Viene el verano, el buen tiempo y ¡la temporada de piscina!
Continuamente escuchamos que para tener una buena salud es muy importante tener buenos hábitos de vida entre los que se incluye el comer sanamente, descansar y dormir suficientes horas, evitar el estrés, y sobre todo llevar algún programa de ejercicio adecuado a nuestra capacidad, edad y condiciones generales de salud. Para algunas personas es fácil elegir el tipo de ejercicio que quieren y pueden hacer, pero para algunas otras se dificulta tanto por preferencias personales como por situaciones especiales de muy diversos tipos, como pueden ser dificultades motrices, clima, accesibilidad a instalaciones, y más.
Una de las actividades favoritas de muchas personas, tanto como ejercicio habitual como con fines de esparcimiento es la natación. Algunas personas son afortunadas y pueden practicarla a lo largo del año sin preocupación por las condiciones climáticas. Otros menos afortunados esperamos ansiosamente los meses de buen tiempo para poder acudir a alguna piscina y pasar agradables momentos tanto de ejercicio como de esparcimiento, sol, aire libre, etc.
Entre otras ventajas la natación es un ejercicio muy completo y puede realizarse incluso por personas con problemas de motricidad y casi sin restricciones de edad, ya que el agua minimiza y/o ayuda a superar dificultades originadas por el peso, la falta de fuerza, los impactos a las articulaciones, y muchas otras. La natación, la hidroterapia, aqua aerobics y muchas otras actividades pueden realizarse cuando hay una piscina disponible, y además de mejorar nuestra condición física nos beneficia en el sentido de que se liberan importantes cargas de estrés.
No olvides tomar en cuenta algunos riesgos.
Claro está que junto con los beneficios que resultan de ir a nadar, pueden surgir algunas complicaciones, y cuando se habla de ello inmediatamente pensamos en que nos podríamos ahogar, pero lo descartamos porque o ya sabemos nadar, o entramos al agua cuando hay un salvavidas cerca, o vamos con alguien que sabe, o simplemente nos mantenemos en áreas de poca profundidad. Todo esto está muy bien, pero el ahogarse no es el único riesgo en una piscina o alberca, como se le llama en algunos países.
¡Ah! También se nos puede dañar el cabello con las enormes cantidades de desinfectantes que tiene el agua de la alberca. ¡Claro que esto es importante! Pero existen multitud de tratamientos, acondicionadores y protectores para prevenir y reparar el daño. Y no debes tampoco olvidar usar bloqueador solar en el caso de las piscinas al aire libre, y cerciorarte de que sanitarios, regaderas y vestidores estén limpios y con una higiene en toda regla para evitar cualquier tipo de infección. Si ya consideraste todo esto, que a fin de cuentas nuestra madre y nuestras abuelas, y algunas veces nuestro padre, siempre nos enseñaron a inspeccionar todos estos detalles, crees que está todo arreglado para un buen clavado, ¡te equivocas!
Riesgos a los que puedes exponer tus dientes en una piscina.
En algunos países el tema de las demandas está a la orden del día, y las personas demandan a quien sea por lo que sea. Tal es el caso de alguien que inició una demanda contra un club deportivo por haberse fracturado dientes al tratar de bucear. La persona alegaba que al no haber habido personal o anuncio que le advirtiera que la piscina no ofrecía las condiciones necesarias para practicar el buceo tendrían que pagarle una fuerte indemnización ya que ella era extranjera y tenía que ir a su país con su dentista para que le restaurara las piezas dañadas. Esto impidió que continuara su viaje a otro país, etc, etc, etc. En resumidas cuentas la persona ganó la demanda y recibió una fuerte suma de dinero.
Pero una fractura dental no es el único peligro al que expones tus dientes, sobre todo si eres una persona que nada en forma habitual.
Las piscinas deben tener determinadas condiciones químicas para que se mantengan limpias de una gran cantidad de microorganismos, de tal manera que se pueda entrar en ellas sin riesgos de contraer alguna infección.
El nivel de acidez del agua es un factor importante para el agua se conserve en condiciones de higiene, y si eres un nadador frecuente en piscinas, entonces el esmalte de tus dientes puede estar en grave riesgo, así como tus encías. El riesgo en las encías es de contraer gingivitis o enfermedad periodontal. Y el de tus piezas dentales es el debilitamiento del esmalte, que ocasiona manchas e incluso caries.
Todo lo que se ha comentado aquí no es de ninguna manera para que evites practicar la natación. Es uno de los ejercicios más completos y debes sentirte afortunado si está entre las actividades que puedes practicar. ¡Continúa haciéndolo! Recuerda que otros deportes o actividades implican otros riesgos, como todo en la vida. Simplemente se trata de advertirte para que tomes las medidas necesarias y puedas seguir practicando tu actividad favorita.
Lo mejor es que acudas periódicamente con tu dentista y le comentes sobre las actividades deportivas que practicas, sean las que sean, para que te indique la mejor forma de prevenir los daños bucales que pueden derivar de dichas actividades.
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