Elegir lo mejor no significa inclinarse siempre por lo más nuevo o lo más costoso sino seleccionar lo que dé mejores resultados en la práctica. Ahora hablaremos un poco de los cepillos de dientes manuales.
Elegir el mejor cepillo dental es algo a lo que debemos prestar atención ya que no se trata de escoger la última novedad en el mercado, pero tampoco inclinarnos por el más barato o por el que tiene nuestro color favorito. Claro está que el color sirve para identificarlo entre los cepillos de las demás personas con quienes vivimos.
El cepillo de dientes es la herramienta indispensable para la higiene bucal y de su forma y eficacia, junto con la técnica de cepillado depende en gran parte la salud de nuestra boca, no solamente de los dientes sino también de las encías. Una mala higiene bucal puede ser causante no solamente de caries dental sino de infecciones de encías y mucosas, mal aliento, etc.
El cepillo de dientes se forma principalmente de cabeza y mango. Las características del mango son importantes ya que debe poder sujetarse y manipularse con comodidad para que los movimientos de cepillado sean los adecuados.
El mango generalmente se estrecha hacia la cabeza del cepillo, lo cual es muy recomendable para un mejor acceso dentro de la boca. Esa parte aunque sea delgada debe ser firme para permitir la presión necesaria del cepillado.
La cabeza del cepillo dental es una de las partes primordiales ya que es donde se insertan las cerdas. Debe ser firme y en general se recomienda que sea más angosta del extremo o punta para permitir un mejor acceso a la parte posterior, aunque existen en el mercado algunos cepillos de cabeza muy voluminosa. Con ellos se recomienda precaución ya que pueden llegar a lesionar la parte interna y posterior de la boca.
Las cerdas del cepillo dental son sumamente importantes ya que son las que tienen contacto directo con los dientes y encías y por ende son las que efectúan el trabajo pesado.
En términos generales los cepillos que cuentan con un mayor número de cerdas son los que cubren una mayor superficie dental. Se clasifican en cuanto a su dureza y pueden ser duras, medias o blandas. Esto se determina por el diámetro de cada una de ellas. Las cerdas duras son las que mejor eliminan la suciedad pero pueden resultar agresivas con el esmalte dental y con las encías delicadas.
Las cerdas blandas son más amables con las encías y con el esmalte aunque son de corta duración. Entonces llegamos a la conclusión de que unas cerdas medianas pueden ser lo más adecuado. Pero eso no es todo en cuanto a las cerdas. Cada una de ellas debe tener redondeados los extremos ya que al corte quedan filos que pueden dañar dientes y encías.
Además se recomienda que un cepillo tenga intercaladas cerdas de diferentes largos para que se adapten a la forma, curvatura y distribución de los dientes, de manera que lleguen a cada rincón y eviten cualquier tipo de acumulación.
Recordemos cambiar periódicamente el cepillo dental y no usar el mismo por más de 3 meses. Además se recomienda conservarlos destapados para que se sequen entre cada uso y así evitar la proliferación de microorganismos.
Carolina Ruiz dice
Concuerdo con que los cepillos dentales con cerdas suaves son los ideales para el cuidado de nuestros dientes y encías y además les recomiendo el uso de cepillos con cabeza pequeña para poder llegar con mayor facilidad a las partes de menor acceso en la boca como los últimos molares.