Es natural que nuestra boca sea albergue de gran cantidad de bacterias, pero el exceso de las mismas, en parte por la falta de hábitos en la higiene dental, trae como consecuencia la aparición de las caries.
Cuando comienzan las caries no hay síntomas que permitan al paciente detectarlas, lo que hace que pasen desapercibidas, sin tratamiento oportuno y avancen hasta que ya es demasiado tarde, por eso lo mejor es acudir cada seis meses para que él o ella, realicen un examen minucioso y las identifique cuando apenas inician, así podrán atenderlas antes que sea demasiado tarde como veremos más adelante.
Las caries inician como una pequeña descalcificación del esmalte, una mancha banca que no se ve a simple vista, si se deja avanzar se convertirá en pequeños puntos negros, luego en más grandes y finalmente en una cavidad por la fractura del esmalte, que puede ser reparada por el Dentista mediante el retiro de la lesión y la colocación de amalgamas o resinas.
Si la caries no se atiende en esta etapa, llegará a la dentina y como es menos resistente que el esmalte avanzará muy rápidamente provocando cavidades, dolor con algunos alimentos como los dulces, el frío o el calor y el diente se irá destruyendo.
Se puede perder el diente
Luego de hacerse sentir en la dentina, la caries alcanzará la pulpa, habrá dolor desde moderado hasta intenso, sobre todo al acostarse y podría convertirse en infección, que alcanzará un nivel mucho mayor, intensificando también las molestias.
Si no se toman medidas a tiempo, la caries afectará otros tejidos con consecuencias mucho mayores que pueden llevar a la persona a perder el diente e incluso poner en riesgo su vida, por ejemplo cuando hay infección en los molares inferiores que se pueden diseminar hacia e cuello, situación conocida como “Angina de Ludwig”
Pero volvamos a las caries “normales”, prácticamente el 100% de la población mundial sufre de ellas y queremos que estés al tanto de todo lo que esto puede acarrear. Por eso, te presentamos los síntomas para que acudas con un Dentista u Odontólogo en caso de presentar alguno de ellos:
- Cambio de color. Una señal inequívoca. Cuando un diente pasa por esta clase de casos se pierde el color blanco natural que lo caracteriza, pasando a ser marrón en ocasiones y hasta negro si no se trata a tiempo. Esto casi siempre se convierte en la última etapa del caso y en el que la extracción suele ser la única opción.
- Sensibilidad dental. Padecer de caries trae consigo un debilitamiento de la estructura dental, ocasionando molestias y dolor en la pieza afectada. Esto se nota de manera más aguda si se consumen alimentos ricos en azúcar o bebidas frías.
- Cavidades o “Agujeros”. Debes echar un vistazo a tus dientes de vez en cuando. Si notas algún hueco en uno de ellos, no tengas dudas de que se trata de una caries.
- Mal aliento. Ni que te laves los dientes podrás controlarlo. Esto se debe a la cantidad de bacterias alojadas en la grieta causante de la caries. Sentirás además un desagradable sabor de boca.
- Absceso. También conocido como flemón dental, este es un punto crítico en el que el descuido lleva a que la grieta se haga cada vez más grande por la falta de tratamiento. Evita llegar a esta instancia.
Tipos de caries
No se trata de un problema genérico. Las caries también cuentan con su propia clasificación. Estas son cada una de ellas:
- De punto. Esta es la más común, la que fisura la pieza y la lleva a cambiar de color. Se nota directamente cuando se sufre de sensibilidad en la zona.
- Presenta una mancha blanca (color tiza) sobre el diente. Con el paso del tiempo cambia y pasa a ser amarilla, produciendo daño sobre el esmalte dental.
- Genera dolor de forma más veloz que el resto por su aproximación con la pulpa.
Tratamiento
Este se realizará dependiendo de la etapa en que se encuentre la caries y será determinada por el dentista.
Si está en una fase primaria, el especialista solo aplicará una pasta sobre la zona afectada, cerrando la grieta generada por las bacterias. Esto se concreta luego de limpiar cuidadosamente la región.
Cuando va más allá
Si el caso toma otro matiz, el odontólogo se verá en la tarea de atenderlo con un tratamiento de conductos, limpiando el área y colocando una pasta de porcelana para reemplazar el trozo de diente que ha sido infectado.
Como última instancia, el absceso normalmente se retira por completo el diente y se sustituye por un implante de la misma medida. El nervio debe ser retirado si alcanzó la pulpa. Esto va más allá de lo explicado anteriormente. La resolución trae como consecuencia la pérdida de sensibilidad en el lugar.
Prevención
Se puede dar un paso y adelantarse a muchos hechos en pro de nuestra salud. En el caso de la caries, la educación es importante con los más pequeños, para contar desde temprana edad con una dentadura saludable.
Sin embargo, esto es algo de lo que los adultos tampoco salen ilesos, así que es una obligación cuidarse a cualquier edad.
No olvides cepillar tus dientes después de cada comida, como también al despertar y antes de dormir. El dentífrico debe ser rico en flúor para poder ayudar a fortalecer la estructura.
Productos importantes
Adquiere herramientas que logren limpiar aún más cada diente. El hilo dental, usado antes del cepillado, es capaz de remover las bacterias ubicadas entre los dientes, esos difíciles lugares que el cepillo no alcanza.
El enjuague es otro gran aliado. Esta solución no solo refresca tu aliento, también puede acabar con las impurezas localizadas en la parte trasera de las muelas.
Visita a un especialista por lo menos dos veces al año. No importa si gozas de estos buenos hábitos, el dentista siempre debe mantener abierta tu historia médica y así darte los mejores consejos para que sigas presumiendo de tu sonrisa.
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