El mal aliento o halitosis es un tema sensible del que nadie quiere hablar. Se estima que afecta hasta a al 50% de la población, con grados variables de gravedad.
Muchas veces las personas que tienen mal aliento son completamente inconscientes del problema hasta que se lo comunica alguna persona alrededor, lo que resulta en incomodidad social y vergüenza.
Existen remedios convencionales para tratar el mal aliento, como el uso de enjuague bucal, los sprays para el aliento, mentas y la goma de mascar, pero estos sólo funcionan durante un período de tiempo muy corto.
Para terminar con este problema de forma permanente, es necesario abordar las causas subyacentes del mismo, por lo que a continuación analizaremos una amplia gama de razones que pueden provocar mal aliento, desde trastornos potencialmente mortales hasta problemas menos graves que pueden remediarse fácilmente.
Condiciones médicas asociadas con mal aliento
Muchas enfermedades pueden causar mal aliento, incluyendo infecciones del tracto respiratorio, tales como neumonía o bronquitis; así como infecciones crónicas de sinusitis, reflujo ácido crónico, diabetes no controlada (que se caracteriza porque las personas presentan aliento característico de “olor afrutado”, enfermedad renal crónica (olor a pescado/amoníaco) y por último, fallo hepático.
Otra condición médica es la “Xerostomía” o boca permanente e inusualmente seca, que también puede causar mal aliento. La saliva sirve para humedecer la boca, neutralizar los ácidos producidos por la placa, y lavar las células muertas que se acumulan en la lengua, las encías y las mejillas. Si no se eliminan, estas células se descomponen y causan mal aliento.
Además, debes saber que la xerostomía puede ser un efecto secundario de muchos medicamentos (incluyendo antidepresivos, diuréticos y aspirina), así como de problemas en las glándulas salivales, ronquidos crónicos o respiración continua a través de la boca.
Incluso la gente normal produce menos saliva mientras duerme, lo que lleva a la boca seca al despertar y al temido aliento de las mañanas. La situación empeora para aquellos que duermen con la boca abierta. Asimismo, la falta de sueño y la hidratación insuficiente durante las horas de vigilia también pueden provocar sequedad en la boca y mal aliento.
Mala salud oral
El mal aliento persistente puede ser un signo de advertencia de caries dental y de enfermedad de las encías (periodontitis). Las personas que padecen de esto a menudo tienen espacios entre sus dientes y encías, donde la comida puede quedarse atrapada, lo que lleva a la proliferación de bacterias. En la mayoría de los casos, el mal aliento proviene de estas bacterias, que inducen olores que residen entre los dientes y las encías, así como en la lengua.
La enfermedad de las encías se presenta en dos etapas: gingivitis y periodontitis.
La gingivitis es una forma leve de la misma, que causa inflamación de la encía, más específicamente en la parte de la encía alrededor de la base de los dientes. La causa más común de la gingivitis es la mala higiene bucal. Los buenos hábitos de salud bucal, como cepillarse al menos dos veces al día, usar hilo dental diariamente y obtener una limpieza dental regular, pueden ayudar a prevenir y revertir la gingivitis.
La gingivitis, si no se trata, puede progresar hasta convertirse en periodontitis, que es una infección de las encías grave que daña el tejido blando y destruye el hueso que sostiene los dientes. La periodontitis puede causar la pérdida de dientes e incluso un mayor riesgo de enfermedad cardíaca.
Mala Salud intestinal
El sistema digestivo comienza con la boca y es el hábitat de billones de bacterias beneficiosas que influyen en muchas de las funciones del cuerpo, incluyendo la capacidad de combatir enfermedades. Se estima que el 80% de nuestro sistema inmunitario reside dentro del intestino.
La proporción de bacterias buenas y malas es crucial para determinar nuestro grado de inmunidad. Cuando tenemos una salud óptima, nuestros intestinos deben tener alrededor de 85% de bacterias buenas y 15% de bacterias malas. Desafortunadamente, ciertos factores pueden diezmar las bacterias buenas, permitiendo que las bacterias malas proliferen en el intestino, por ejemplo:
- Tomar antibióticos de amplio espectro.
- Comer carne de granja que contenga antibióticos en dosis bajas
- Beber agua del grifo clorada y/o fluorada
- Usar jabón antibacteriano
- Consumir productos que han sido rociados con pesticidas
Candidiasis
El mal aliento también puede provenir de un crecimiento excesivo de un hongo que tenemos en nuestra boca de manera regular; pero que cuando se multiplica en exceso provoca la candidiasis.
La cándida se encuentra normalmente en pequeñas cantidades en el cuerpo humano. La sobreproducción de esta, particularmente en áreas cálidas y húmedas como la boca, la garganta, la piel y los genitales, suele ser el resultado de:
- Tomar ciertos medicamentos, incluyendo antibióticos, píldoras anticonceptivas y corticosteroides orales.
- Tratamientos contra el cáncer que comprometen el sistema inmunológico.
- Tener afecciones como diabetes o VIH/SIDA.
- Comer una dieta rica en azúcar, granos refinados y alcohol.
Alimentos que causan Mal Aliento
Cebollas y ajo. Si comemos alimentos con olores fuertes, Estos olores tienden a permanecer en nuestro aliento. A medida que nuestro sistema digestivo descompone estos alimentos, los compuestos sulfúricos se absorben en nuestro torrente sanguíneo y, finalmente, entran en nuestros pulmones, causando mal aliento. Ciertos hábitos, tales como: cepillarse, hacer gárgaras con enjuague bucal, o tomar una menta, ayudan a cubrir el olor, pero este no desaparecerá completamente hasta que la comida salga de nuestro cuerpo.
Atún enlatado. De alguna manera, el atún proveniente de una lata metálica produce aliento a pescado. Para combatir este problema, es bueno echar un poco de jugo de limón en el pescado antes de comerlo. Este olor es causado por la trimetilamina (TMA), y el ácido en el limón ayuda a unir el TMA al agua, diluyéndola.
Café y bebidas alcohólicas. Pueden causar sequedad en la boca y permitir que las bacterias se multipliquen ya que hay menos saliva para lavarlas. Por lo tanto, es bueno tomar mucha agua después de consumir estas bebidas.
Alimentos pegajosos. Los caramelos y otros tipos de alimentos pegajosos pueden adherirse a los dientes y causar decaimiento y mal aliento. Se aconseja evitar estos alimentos o al menos cepillarnos los dientes después de comerlos.
Alimentos y bebidas azucaradas. Cubren nuestros dientes y debilitan los mismos. Por lo que también se recomienda cepillarse los dientes después de consumirlos para evitar consecuencias negativas a nuestra salud bucal.
Fumar tabaco. Aparte de su propio olor característico, las partículas del tabaco se acumulan en nuestros dientes y conducen al crecimiento de bacterias, de la misma manera que los alimentos.
Remedios para el mal aliento crónico
Para combatir verdaderamente el mal aliento, debemos ocuparnos de tratar la causa de su problema, por lo que realizamos para ello posteriores recomendaciones:
Mejorar la higiene bucal: para ello, se debe tomar en consideración lo siguiente:
- Cepillarse dos veces al día.
- Utilizar hilo dental al menos una vez al día, aunque preferiblemente después de cada comida para eliminar las partículas de alimentos pegadas entre los dientes y las encías.
- Enjuagarnos siempre con agua después de comer o beber algo dulce.
- Raspar nuestra lengua (con un dorso del cepillo de dientes) una vez al día para eliminar el crecimiento excesivo de bacterias en la superficie de la misma.
- Tomar una pastilla probiótica que contenga estas dos cepas de buenas bacterias: Streptococcus salivarius K12 y Streptococcus salivarius M18. Algunos estudios han encontrado que son muy eficaces contra el mal aliento.
Así mismo, es bueno beber agua durante todo el día para prevenir la xerostomía. Tengamos en consideración que los enjuagues bucales a base de alcohol realmente hacen que la boca se seque, lo cual agrava el problema.
Mejorar nuestra salud intestinal, aumentando las buenas bacterias. Para esto, es importante:
- Comer alimentos fermentados todos los días. Estos incluyen todo tipo de verduras fermentadas o al escabeche, yogur sin azúcar, kefir (leche fermentada) y kombucha (té fermentado).
- Tomar un suplemento probiótico diariamente para aumentar el número de bacterias buenas.
A la vez, debemos evitar tomar antibióticos a menos que sea absolutamente necesario, así como evitar exponernos a dosis bajas (pero recurrentes) de antibióticos y plaguicidas comprando carnes y productos orgánicos.
Si ya padecemos de un crecimiento excesivo de cándida, debemos cambiar nuestra dieta, eliminando los azúcares y los granos hasta que nuestro problema se haya resuelto. Para casos graves, es posible que también tengamos que recurrir a medicamentos antifúngicos o hierbas para deshacernos de la cándida.
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