Cuando en la familia hay niños pequeños es muy frecuente que nos asalten dudas y preocupaciones sobre su bienestar, educación y la mejor forma de atenderlos para que al crecer tengan las herramientas adecuadas y suficientes para enfrentar las diferentes situaciones de la vida. Cuidar de su salud implica no solamente vigilar su alimentación y llevar un control médico adecuado de vacunas, historial clínico, peso, estatura, etc. También incluye el cuidado dental aún antes de que aparezca el primer diente.
Conforme la dentadura de un niño se va completando es necesario que el odontólogo realice revisiones periódicas para determinar si su dentición lleva el desarrollo adecuado a la edad y condiciones de cada niño. A este respecto es muy importante que de preferencia sea un odontopediatra o dentista especialista en niños quien lleve a cabo las revisiones y dictamine los tratamientos y/o procedimientos a seguir. Por supuesto a los padres nos preocupa cuándo acudir con nuestros hijos al ortodoncista ya que en torno a este tema hay mucha desinformación.
En muchos casos la respuesta puede resultar muy obvia al observar algunos defectos o malformaciones en los dientes de los pequeños, pero el hecho de que no podamos percibir irregularidades no significa que la consulta con el ortodoncista quede descartada. Lo mejor es acudir a revisión dental una vez al año para que se lleve un seguimiento de la evolución y desarrollo de los dientes de cada pequeño. De esta forma cualquier irregularidad, por pequeña que sea, puede ser detectada y tratada debidamente. Cuando surge un problema y es atendido oportunamente es muy factible que la solución sea más sencilla y en consecuencia menos costosa.
La edad en la que los ortodoncistas recomiendan el inicio de la utilización de aparatos de ortodoncia, también conocidos como “brackets” puede ser muy variable, dependiendo del o los problemas que se vayan a tratar.
Una guía básica para saber cuándo acudir con nuestros hijos al ortodoncista puede ser si el pequeño se encuentra en alguna de las siguientes situaciones:
- El hecho de que el niño se succione ya sea el dedo pulgar o cualquier otro dedo y que esta sea una costumbre que se prolongue por largo tiempo.
- Cuando un niño en lugar de respirar por la nariz lo hace por la boca aun cuando aparentemente no tenga problemas respiratorios. Si esta situación se prolonga pueden surgir situaciones como malformación del paladar o de los maxilares, requiriendo tratamiento de ortodoncia.
- Cuando un bebé usa continuamente el biberón por más de un año.
- Cuando se prolonga demasiado el uso de chupetes (chupones). Se considera que no deben usarlos más allá de los 18 meses.
- Cuando se observa que el pequeño tiene la mordida cruzada, muy abierta o cuando las líneas de los dientes superiores e inferiores no coinciden.
- Cuando se observa ausencia de dientes permanentes.
Estas son solamente algunas características que pueden observarse, pero lo ideal es que si a los 7 años de edad no hemos observado ninguna irregularidad, entonces discutamos el tema con el odontopediatra, que es quien puede aconsejarnos sobre cuándo acudir con nuestros hijos al ortodoncista.
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