Aunque hace muchos años se les atribuían los problemas de la visión a personas de la tercera edad, hoy en día estas no son afecciones exclusivas de la vejez.
Las enfermedades que afectan la visión son muchas y muy variadas. Por esta razón, en este artículo te mostraremos las más comunes.
Los problemas que tienen mayor incidencia entre las personas son los de refracción, la acción que se realiza cuando la luz pasa de un objeto hacia otro. Ocurren cuando la curvatura de la forma del ojo evita que la luz haga contacto directo con la retina, lo que ocasiona que la visión se vea alterada, y las imágenes se distorsionen.
Como se mencionó anteriormente, una de las causas más comunes de este tipo de afecciones es el envejecimiento de la retina, lo cual es una característica de la vejez. No obstante, en las personas de menor edad también pueden existir factores que ocasionen esta condición.
Ahora bien, debes saber que los errores de refracción son aquellos que ocasionan múltiples problemas de la vista, entre los que destacan la miopía, el astigmatismo, la presbicia y la hipermetropía.
Para que tengas una idea más clara de todas estas condiciones, a continuación te mostraremos en qué consiste cada una de ellas.
Vista borrosa para objetos lejanos: la miopía
La miopía es una de las condiciones más comunes que se detectan cuando la persona hace mucho esfuerzo en la vista, sobre todo para observar objetos lejanos.
Las personas que padecen de miopía pueden perder la capacidad de reconocimiento facial a distancias largas, y su vista puede reducirse a observar cosas en un diámetro sumamente cerrado y limitado.
En contraste con ello, los objetos cercanos pueden ser vistos perfectamente, sin necesidad, incluso, de usar lentes para leer. Esto se debe a que la luz se enfoca delante de la retina, cuando debería hacerlo justo en el mismo lugar de ella.
Imágenes borrosas y estiradas: el astigmatismo
Las personas que padecen esta condición ven las imágenes (tanto las cercanas como las lejanas) de forma borrosa y con una sensación de estiramiento que incomoda.
Esta enfermedad no es propia de los adultos, pues estudios médicos han afirmado que cada vez son más los niños que la padecen. Sus causas aún no están claras, pero la forma del ojo que padece de astigmatismo sí ha sido estudiado.
Te lo explicaremos de la siguiente manera: la curva del ojo debe tener la misma redondez en toda su extensión, como si fuese un balón de baloncesto, pero un ojo con astigmatismo suele curvarse un poco más, como una pelota de fútbol americano.
Esta condición hace que la córnea no reciba los estímulos de luz adecuados, por lo que los objetos se distorsionan y dan la sensación de que son más estirados de lo normal.
El enfoque cercano es muy difícil: la presbicia
A diferencia de los dos problemas de la visión mencionados anteriormente, la presbicia sí es una condición que está directamente relacionada con la edad. Esto ocurre de esta manera porque al pasar los años la córnea se va envejeciendo, y así mismo su capacidad funcional.
El principal indicio de la presbicia es la dificultad que se desarrolla para enfocar los objetos cercanos, así como también los textos. Las personas que padecen esta condición se encuentran casi imposibilitadas para leer y para especificar cualquier cosa que esté cercana.
Todo esto tiene sus causantes en que el lente de la retina envejece y ya no puede adaptarse cambiando de forma (como sucede en la juventud) para enfocar los objetos que están más cercanos, aunque sí es posible que pueda observar los más lejanos.
Borrosos en la lejanía y claros en la cercanía: la hipermetropía
La hipermetropía, junto con la miopía, es uno de los errores de refracción más comunes que suelen aparecer en cualquier etapa de la vida.
Esta condición se trata, básicamente, de poder ver con claridad los objetos lejanos mientras que los cercanos se vuelven sumamente borrosos.
Sin embargo, la definición mencionada es subjetiva, pues cada persona experimenta la hipermetropía de manera distinta.
Si tú padeces de esta condición es posible que no sientas cambios algunos en la visión, sobre todo si eres una persona en edad juvenil.
Ahora bien, también existen casos donde la hipermetropía puede obstruir la visión tanto cercana como lejana. En este contexto, se necesitará la ayuda de un médico especialista para buscar soluciones acertadas.
Sin embargo, si crees que alguno de los problemas mencionados está afectando tu visión, debes consultar a tu médico oftalmólogo u optometrista de confianza, quien podrá tratar tu caso y ayudarte a ver mejor a través de distintos métodos.
Un seguro para tus ojos
Las consultas oftalmológicas son indispensables para detectar a tiempo cualquier anomalía ocular que afecte tu visión.
Las revisiones constantes ayudarán a conservar la salud de los ojos en el tiempo. Por eso, es importante contar con un seguro de visión que te permitirá mantener tu tranquilidad, debido a que estarás respaldado ante algún tratamiento o eventualidad.
Existen muchas pólizas de este estilo en el mercado. Elige aquella que mejor se adapte a tus necesidades.
Los ojos son uno de los sentidos más importantes del cuerpo humano, y protegerlos te permitirá mantener tu calidad de vida. Con tu póliza, podrás disfrutar de consultas y otros servicios oculares sin que afecten en demasía tu presupuesto.
¿Cómo saber si necesitas de un seguro de visión?
A grandes rasgos, es importante contar siempre con un seguro de salud. Sin embargo, podemos enumerar dos motivos por los cuales deberías considerar en protegerte con una póliza dental.
Primero, si hay antecedentes de problemas visuales en tu familia, lo cual significa que pudieras tener alguna predisposición. Segundo, si pasas mucho tiempo frente a la pantalla de un móvil o de un computador (algo cada vez más común). En cualquier caso, disponer de una póliza te permitirá controlar cualquier situación que se presente.
Fuente:
nei.nih.gov
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