El sabor dulce es uno de los sabores más agradables para el ser humano aunque con la edad las preferencias se van personalizando de modo que no a todo el mundo le gusta el dulce por igual. Por otro lado se dice que cada uno de nosotros nacemos con la predisposición hacia lo dulce o lo salado e igualmente hacia el rechazo a lo amargo o lo ácido. Y es ese gusto por lo dulce y el placer al comerlo o beberlo lo que ha dado origen a la tendencia a llamar dulce a todo lo que nos resulta agradable o placentero.
Según estudios realizados se ha llegado a la conclusión de que en los niños el comer dulces y golosinas se origina principalmente por el crecimiento, y han visto que aquellos niños que se están desarrollando más rápidamente sienten un mayor impulso por alimentos dulces ya que las demandas de calorías aumentan. En términos generales está marcada necesidad de dulces va desapareciendo con la edad hasta casi desaparecer alrededor de los 16 años, aunque hay adultos que conservan el gusto por el dulce.
Por eso es tan importante saber balancear la dieta tanto de niños como de adultos para satisfacer todas las necesidades y requerimientos de la alimentación en las diferentes etapas, pero sin fomentar hábitos que puedan producir exceso de peso y otros desbalances que pueden dar lugar a graves padecimientos.
Algunas Enfermedades que se generan por el abuso de azucares son:
- Diabetes
- Obesidad
- Enfermedades Cardiovasculares
- Hipertensión arterial
- Caries dental
Pero esto no es lo único que debe preocuparnos respecto a los hábitos alimenticios. Hay que recordar que el proceso digestivo comienza en la boca. Los alimentos comienzan su transformación o descomposición al entrar en contacto con la saliva. Recordemos que en la boca hay microorganismos que no solamente producen ácidos sino que se reproducen, sobre todo si hay restos de alimentos, que es de lo que se nutren principalmente.
El exceso de placa y sarro, la higiene deficiente, etc., provocan una intensa actividad bacteriana que puede originar problemas como la caries y las enfermedades de las encías. Esto sucede aunque no comas demasiado dulce. Muchos alimentos al comenzar la digestión aunque no tengan azúcar añadida reaccionan químicamente en la boca produciendo sustancias que llegan a afectar el esmalte dental y que favorecen la formación de placa.
Entonces no solamente hay que evitar el exceso de azúcares en la dieta sino efectuar una cuidadosa higiene después de cada comida. Si te resulta incómodo o exagerado cepillar tus dientes después de tomar una bebida azucarada o cualquier bocadillo entre comidas lo mejor es meditar un poco sobre las consecuencias y tomar agua natural en abundancia después de cualquier clase de bocadillo. Eso al menos contribuirá a enjuagar un poco la cavidad bucal. Los especialistas recomiendan cepillar meticulosamente los dientes al menos dos veces al día, pero de preferencia después de cada alimento.
Entonces ten presente que puedes endulzarte la vida de muchas formas y no solamente comiendo dulces. Por esto mismo, cuida tus dientes, que además de servirte para masticar lo que comes brindan a tu sonrisa un toque que de tí depende que sea perfecta o que acabe con ella.
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