En su cuerpo el ser humano cuenta con ciertos sentidos que le ayudan a experimentar sobre las diversas sensaciones, sonidos, sabores, colores y texturas a las que se está expuesto durante su vida. Estos sentidos, con los que cuenta el ser humano para disfrutar y experimentar de todo aquellos que nos ofrece el mundo y la vida, son el gusto, olfato, tacto, vista y oído.
Cada uno de ellos, nos permiten disfrutar de sensaciones distintas, por ejemplo, el olfato nos permite percibir distintos olores, además de desarrollar ciertas habilidades para saber con solo olfatear a que se vincula un determinado aroma, ya sea de algún alimento o fragancia. En cuanto al tacto, nos permite distinguir entre tantas texturas que pueden provocarnos diversas sensaciones, por ejemplo, acariciar el rostro de un bebé.
En lo que respecta a la vista, nos ayuda a observar la diversidad de colores y formas que nos ofrece la vida, ya sea admirar una pintura o un bello paisaje. El sentido del oído, por su parte, es muy importante ya que nos permite comunicarnos con el resto de los seres humanos, al escuchar lo que otros nos dicen podemos responder acertadamente a cualquier interrogante y establecer un diálogo normal.
En relación al sentido del gusto, nos permite distinguir y deleitarnos ante los distintos sabores de los alimentos y líquidos que consumimos. Sobre este último sentido, nos enfocaremos para explicar cómo funciona.
Cómo funciona
El funcionamiento del sentido del gusto inicia al momento de ingerir algún líquido o masticar cualquier alimento, cuando estos entran en contacto con la boca inmediatamente se liberan pequeñas moléculas que se disuelven en la saliva permitiendo que sean captadas por las células sensoriales que s encuentran en las papilas gustativas, que tienen como función detectar los sabores. Estas papilas gustativas se ubican en la punta, bordes y cuerpo de la lengua, así como en la parte superior de la boca y en la garganta.
Los seres humanos cuando nacemos contamos con alrededor de 10 mil papilas gustativas. Sin embargo, estas se suelen ir perdiendo conforme transcurren la vida, especialmente a partir de los 50 años de edad que en que hay un a mayor perdida y deterioro de ellas.
De modo que estas células gustativas cuando están en funcionamiento se encargan de enviar mensajes al cerebro para que este pueda interpretar los sabores, y además son capaces de distinguir entre lo dulce, agro, acido, amargo o salado.
De igual forma, las células ubicadas en la lengua son capaces de distinguir sobre las temperaturas de aquello que consumimos. Por ejemplo, si es caliente o frio. Para que esto pueda ocurrir las células gustativas trabajan en sintonía con el “sentido químico común”, que se componen de nervios que se nutren del resto de los sentidos y nos permiten disfrutar las sensaciones de los sabores.
Los trastornos más comunes
El trastorno que se repite más a menudo es aquel que involucra una sensación fantasma del sabor, este ocurre cuando la persona siente un sabor desagradable, pero sin tener ningún tipo de sustancia o alimento en la boca.
En otros casos, cuando la persona siente que comienza a perder la sensación sobre lo que consume ya sea acido, salado, agrio o dulce, este tipo de enfermedad es conocida como la Hipogeusia. Y cuando las personas no pueden detectar ningún sabor, se conoce como Ageusia. Sin embargo, este es poco frecuente, ya que por lo general se asocia a la pérdida del olfato y no del gusto.
Posibles causas de los trastornos
Los trastornos que afectan el sentido del gusto pueden llegar a desarrollarme por la avanzada edad de una persona o por alguna enfermedad, también hay casos donde se nace con el trastorno.
Estos trastornos pueden generarse a través infecciones respiratorias, por la exposición a radioterapias para combatir el cáncer en la cabezo o cuello. Al estar expuestos a algunos químicos como el utilizado en insecticidas, por efectos secundarios a la operación el oído, nariz o garganta, y por problemas dentales ocasionadas por una inadecuada limpieza bucal.
Diagnósticos sobre los trastornos
Cuando el trastorno es evidente lo recomendable es acudir a un otorrinolaringólogo para que determine cuál es alcance de la enfermedad, es importante no dejarnos llevar por lo que sentimos al consumir un determinado alimento y evitar hacer diagnósticos propios. El especialista aplicará procedimientos como medir la concentración de sabor más baja que la persona puede detectar, si puede distinguir entre distintos sabores o si el paciente puede notar el aumento de la cantidad de sabor que ingresa a su boca.
Métodos para tratar los trastornos
Puede suceder que el consumo de algún medicamento, sea el causante de la pérdida parcial del sentido del gusto, en este sentido es mejor consultar con el médico que lo indicó o suspender el consumo si fue automedicado.
Además, puede ocurrir que la causa de la pérdida parcial del sentir del sabor se deba a alguna otra enfermedad que afecta al resto de los sentidos, ya que estos suelen trabajar juntos. Por ejemplo, las infecciones respiratorias o alergias que causan la gripe, pueden hacernos perder momentáneamente la detección de los sabores, hasta tanto no trate y se cure de la enfermedad. Finalmente, hay que recordar que la higiene bucal es primordial para evitar trastornos de este tipo.
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