La vida de los seres humanos, desde el nacimiento conlleva cambios y transformaciones constantes, tanto de nuestro cuerpo como de nuestro entorno. Algunas veces estos cambios son muy sutiles pero otras pueden ser muy drásticas. Con frecuencia, si no estamos adecuadamente preparados para ellos, pueden ocasionarnos algún conflicto de personalidad o de algún otro tipo. Tal es el caso de la pérdida de los dientes de leche, que es un proceso del que nadie escapamos, y hay que manejarlo con sumo cuidado, como sucede con todos los cambios drásticos predecibles que todo ser humano va a tener a lo largo de su vida.
No debemos olvidar que la forma en que preparamos a nuestros hijos para ir enfrentando las diferentes situaciones que pueden surgir es determinante para que su desarrollo integral sea lo más equilibrado posible.
Cuando los niños tienen hermanos, primos o amigos un poco mayores que ellos o de la misma edad pero que han llegado antes a esta etapa pueden comprender mejor los cambios, por lo que posiblemente no tengan problema para aceptar que ellos a su vez van también a pasar por lo mismo. Pero cuando no lo han visto de cerca pueden llegar a experimentar algunos sentimientos que si no se manejan de manera adecuada llegan a dejar secuelas en su personalidad.
Recordemos que lo natural es que los dientes de leche comiencen a “caerse” alrededor de los 6 años. Esto no significa que sea una regla y que a todos les suceda justamente al llegar a esa edad. Hay niños que a los 5 años comienzan a mudar, y hay otros que no lo hacen sino hasta los 8 años. Si alguno de estos es el caso de tu pequeñín, tal vez no exista motivo alguno de preocupación ya que en términos generales esto puede ser normal. Pero la salud y el desarrollo de los niños no es algo para ser tomado a la ligera así que lo más conveniente es que sea el médico y/o el dentista quien emita un diagnóstico sobre el proceso de dentición de tu hijo y haga las recomendaciones necesarias.
Si habitualmente has acudido a citas de diagnóstico tanto con el pediatra como con el dentista, esto no será nuevo ni para tí ni para tu pequeño, pero si no lo has hecho aún, ¿qué mejor momento que este para hacer uso de tu seguro dental familiar e iniciar una relación entre tu hijo y el odontólogo?
Cuando el primer diente se “afloja”
Seguramente como buenos padres de familia todos estamos siempre al pendiente del estado físico de nuestros niños y habitualmente hacemos algunas revisiones para detectar cualquier situación irregular que pueda surgir. Pero por lo general no hacemos una rutina diaria de inspección meticulosa en ellos.
En el caso de los dientes, al acercarse la edad en que pueden comenzar a mudar, podemos ofrecer una buena explicación de lo que muy pronto les va a suceder. Si lo hacemos bien, lejos de crear en ellos algún temor o inseguridad, los vamos a hacer desear que el evento llegue pues será un indicador y mejor aún, una confirmación de que “ya son grandes”.
Cuándo explicar este tema a los niños
No podemos indicarte exactamente en qué momento abordar el tema de la muda de los dientes. Esto es algo que tú mismo podrás determinar. Aprovecha cualquier circunstancia que se te presente. Tú conoces a tu pequeño y sabrás reconocer el momento. Algunas situaciones que puedes lograr son:
- Si hay otros niños a su alrededor que ya hayan iniciado este período.
- Tal vez en alguna revista o publicación ves alguna imagen atractiva sobre el tema.
- Quizá en alguna película o en un programa de televisión aparezca algún niño en esa situación.
- O bien porque en la escuela se abordó el tema
- O porque simplemente un día llega y te dice que ¡tiene un diente flojo!
¿Cómo explicarlo?
Hablar a los niños sobre su salud y su desarrollo no implica dar una cátedra universitaria de anatomía. Simplemente se trata de ofrecer explicaciones claras, sencillas y sobre todo en un ambiente de armonía y cariño que lo haga sentir apoyado, seguro y comprendido. El hecho de que se vaya a enfrentar un proceso natural no significa que no se le dé importancia. Recuerda que para tu pequeño todo es nuevo, y las inseguridades se presentan ante lo desconocido. Para que tu hijo sea más adelante una persona segura de sí misma debe sentirse apoyado desde que es pequeño.
Es tan fácil como explicar que así como desde antes de su nacimiento se fue formando todo su cuerpo, también sus dientes lo hicieron aunque aún no estaban listos para aparecer y lo fueron haciendo poco a poco, y en forma temporal mientras los definitivos terminaron de formarse.
Puedes decirle que poco a poco a través de lo que come, lo que hace, cómo duerme, etc., su cuerpo se va desarrollando y fortaleciendo, y que sus primeros dientes solamente van a servir durante el período en el que los definitivos terminan de formarse. Que estos ya surgirán conforme vayan estando listos, y que para hacerlo van a “empujar” a los anteriores, que ya resultarán demasiado pequeños para su cuerpo más grande. ¡No olvides lo que los chicos disfrutan sabiendo que están creciendo!
Es importante que le hagas notar que los dientes permanentes son los únicos que tendrá por el resto de su vida, y concientizarlo para que los mantenga sanos desde un principio pues una vez dañados, aunque se restauren ya no vuelven a ser iguales.
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