Seguramente has pensado que tener dientes blancos quiere decir que están sanos, o has visto a alguien más con los dientes de color papel y aseguras que su salud bucal es óptima.
Sin embargo, no debes juzgar un libro por su portada. Esto puede ser una mala percepción a simple vista. La culpa de esta mala percepción la tiene la publicidad actual sobre la higiene, porque vende la idea de que dientes blancos son dientes sanos.
Hay quienes pueden blanquear sus dientes con químicos y colorantes, y esto no significa que su higiene bucal sea buena y saludable. Aunque los dientes blancos lucen muy bien en nuestras sonrisas, lo que debe importarnos es que luzcan bien y estén saludables.
Dientes manchados
El tono de los dientes de cada persona dependerá de su color característico obtenido por la edad, la genética, si fuma, qué come o bebe.
Mientras envejecemos, los dientes suelen tomar un tono amarillento, gracias al desgaste del esmalte a través de los años.
Asimismo, estas manchas pueden atribuírseles a que ingieras alimentos o bebidas como el café o las salsas a base de tomate. Este tipo de alimentos contienen cromógenos en su coloración, además de bacterias que pudieran producir manchas verdes.
Aunque las manchas más comunes que vemos en nuestros dientes son las de color amarillo, también existe una mancha negra.
Es aquella línea que bordea los dientes al ras de la encía. Algunos especialistas la han definido como una barrera protectora de nuestros dientes. Es decir, un tipo de placa que contiene calcio y algo de hierro o cobre, que es la causa de ese oscuro color.
Algunos estudios han demostrado que los niños con esta mancha negra son menos propensos a sufrir de caries, pues esta podría actuar como un tipo de protección para los dientes.
La higiene bucal es lo más importante
Aunque a todos nos gusta lucir unos dientes blancos y atractivos, esto no es lo más importante.
Parte de lo que importa en tu personalidad es aquello que tienes en el interior y no a simple vista. Como es bien sabido no es bueno dejarse llevar por apariencias, eso aplica también para la higiene bucal.
Si desconoces cómo debería ser el proceso para cuidar tus dientes y tener una buena higiene bucal, acude con tu dentista. Nadie mejor que un especialista para explicarte por qué está mal, qué hacer para mejorar y cómo evitar recaer en malos hábitos.
Debes entender que primero es la salud y, luego, la apariencia. Es mejor tener dientes sanos y algo manchados, que dientes blancos y un montón de enfermedades en ellos, caries, por ejemplo.
¿Cómo puedo blanquear mis dientes independientemente de mi salud?
Si tienes algunas de las manchas antes mencionadas, pero tu prioridad es lucir blancura en tus dientes, entonces, deberás acudir a un dentista y empezar con las técnicas para blanquearlos.
Para lograr tener unos dientes blancos, siempre podrás acudir a:
- Pastas dentales
- Tiras
- Geles
Todos estos productos contienen sustancias especiales para desaparecer las manchas. Algunos especialistas recomiendan usar remedios caseros para blanquear los dientes.
Sin embargo, estos remedios caseros no siempre son efectivos para el resultado que buscas. Debes tomar en cuenta que el blanqueamiento podría traer como consecuencia sensibilidad en tus dientes y encías.
Además, no olvides que el blanqueamiento que te practiques solo será permanente mientras evites los alimentos o las razones por las que, inicialmente, eran manchados antes.
Consecuencias del blanqueamiento de los dientes
Tratar de tener tus dientes blancos a base de productos caseros puede eliminar el esmalte dental y exponerlos a grandes peligros. Por ejemplo:
- Quemaduras en el tejido gingival
- Si tienes sensibilidad en las encías, no sigas este tratamiento. Podrías sufrir efectos más graves
- Las manchas provocadas por fumar y beber café no se eliminarán fácilmente
- Si te has restaurado los dientes, los químicos para blanquearlos no blanquearán estos materiales, así que tendrás una sonrisa dispareja en tonalidad
- Alteraciones en la mucosa
- Sensibilidad dental
Blanqueamiento y salud
Aunque el proceso de blanqueamiento no dura más de unos 45 minutos, puede traer consigo grandes riesgos y no asegura, para nada, que tus dientes estarán más saludables.
Si aparecen algunas de las consecuencias anteriormente mencionadas, mientras te estás aplicando el tratamiento de blanqueamiento, lo más recomendable es interrumpir ese proceso.
Asimismo, deberás acudir, inmediatamente, a tu dentista para que evalúe qué es lo que te produjo alguno de esos efectos y cómo tratarlos a partir de ese momento.
Si tu especialista te evalúa y, al final, puedes volver a retomar el tratamiento de blanqueamiento y quieres hacerlo, es bajo tu responsabilidad. Es tu decisión si le das más importancia a la blancura que al bienestar bucal.
Ahora sabes que tener dientes blancos no significa que estén completamente sanos. Lo importante no es lucir bien a primera impresión, también es necesario estar completamente saludable.
Repasar cuáles son tus prioridades es tu mejor alternativa, a fin de cuentas, tener enfermedades en los dientes podría traer problemas que van más allá de afectar la salud de tu boca. Poseer dientes muy blancos no resulta una garantía, se trata solo de un factor asociado con la belleza.
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