El mal aliento tanto en el ser humano como en los animales puede ser un síntoma de algún problema de salud. Si en casa hay un perro que se entristece cuando te vas pero que también es quien te da la más efusiva de las bienvenidas cuando llegas seguramente comprendes a qué nos referimos.
Para muchos de nosotros el perro no es “la mascota” sino otro miembro de la familia y ocupa un lugar privilegiado, sobre todo en aquellos hogares donde aún no hay niños o que ya hace tiempo que crecieron. Y es que en la actualidad hay una mayor tendencia a tener mascotas, principalmente perros y gatos. Sabemos que en el ser humano siempre ha habido una gran predilección por estos animales lo cual resulta comprensible ya que se trata de una relación atávica cuyos orígenes se remontan hasta la prehistoria Ciertamente también es cierto que hay personas que prefieren que los animales estén lo más lejos posible de sus vidas.
El creciente interés por tener una mascota en casa se debe a diferentes motivos entre los que destaca la cuestión de moda o de status. Seguramente te has dado cuenta de que en muchas partes del mundo hay campañas intensivas para la adopción de estos animales domésticos. El resultado de estas campañas es sorprendente, y si a esto le añadimos el hecho de que los psicólogos recomiendan como parte de las terapias el tener mascotas, tanto a niños como a adultos, y especialmente a los adultos mayores, sobre todo a aquellos quienes viven solos, entonces entendemos perfectamente la razón.
Todos sabemos que debemos cepillar nuestros dientes al menos dos veces al día, y si ahora lo repetimos incluso te puede parecer algo repetitivo y tan fastidioso que causará que al leerlo más de cuatro hagan expresión de aburrición y de “¡sí mamá, ya lo sé!”, pero ¿cada cuándo cepillas o aseas la boca de tu perro? ¡Ah! porque a ellos también se les forma placa bacteriana y sarro en donde proliferan cantidad de gérmenes que pueden originar infecciones en el ser humano.
Y ¿qué causa el “Mal Aliento?”
La acumulación de placa y sarro da origen al mal aliento tanto en las personas como en los perros. En el ser humano hay diferentes formas de tratar el mal aliento, comenzando con las limpiezas profesionales que retiran el sarro acumulado tanto en la cara externa de los dientes como en la superficie que queda dentro de la línea de las encías. Sin este tipo de limpieza es difícil que los enjuagues bucales hagan efecto ya que sólo servirán para enmascarar el mal olor. Una o dos limpiezas profesionales al año, y un correcto cepillado diario generalmente son suficientes para acabar con el mal aliento. De no ser así, entonces el mismo dentista puede indicar algún otro tratamiento a seguir, ya sea periodontal, es decir para las encías, o bien algún otro tratamiento médico especializado, ya sea de vías respiratorias, gastrointestinal u otros
Y en cuanto al mal aliento en los animales seguramente te preguntarás cómo le hacen en su medio natural si allí no hay quien les cepille los dientes. ¡Cierto! No hay quien lo haga pero en su ambiente salvaje no comen croquetas ni otros alimentos procesados que favorezcan la acumulación e incrustaciones de sarro. El alimento natural de los animales silvestres los hace morder y masticar mucho y al mismo tiempo salivar, lo que de alguna manera enjuaga los dientes.
Soluciones
Los perros también tienen la tendencia a mordisquear algunas hierbas y ramas que ayudan en cierta forma a que sus dientes estén más limpios. En casa para evitar que tu mascota acabe con tus zapatos favoritos, los tapetes, el control remoto o las patas de los muebles hay que dejar siempre a su alcance juguetes y objetos especiales que puedan morder durante un largo rato para que sus dientes se limpien. Tu veterinario puede indicarte de acuerdo al tamaño y características de tu perro la mejor forma de mantener sus dientes limpios. Por si no lo sabías hay clínicas y estéticas caninas que ofrecen servicio de limpieza dental, que se efectúa periódicamente, con algunos meses de intervalo en los que tú mismo puedes cepillar sus dientes. Esto al principio tal vez le resulte algo desagradable o extraño a tu perro, pero poco a poco lo asociará con algo placentero entre tú y él.
Los juguetes especiales para contribuir a la limpieza dental de tu perro vienen en diferentes formas como por ejemplo las tiras de carnaza o cuero que vienen anudadas en forma de hueso, las cuerdas formadas por multitud de hilos y con nudos en los extremos, etc. Todos estos objetos contienen sustancias de olor y sabor atractivo para tu perro, que además contribuyen a su aseo dental, por lo que los preferirán a cualquier otro objeto doméstico que encuentren a su paso. Pero busca algo recomendado por tu veterinario ya que existen en el mercado algunos “juguetes” para perro que están fabricados por componentes químicos que a corto o largo plazo pueden causar problemas de salud, ya sean de hígado, de riñón o del aparato reproductivo de los animales.
Y ¿los “besos de perro” son riesgosos para la familia?
La respuesta que te demos posiblemente no cambie tu actitud hacia tu querida mascota, pero hay algunas cosas que debes tomar en consideración. Definitivamente la respuesta es que sí hay algunas enfermedades e infecciones que tu perro por sano que se encuentre puede transmitirte a ti o a tu familia.
Recuerda que la caries es una infección por bacterias y por lo tanto es contagiosa. Lo mismo sucede con la gingivitis y la periodontitis, que son las principales enfermedades de las encías. Aunque las bacterias existentes en la boca de los humanos son diferentes a las encontradas en los perros, también se ha demostrado que algunas de ellas pueden contagiarse de unos a otros. Lo mismo sucede también con algunos parásitos intestinales. Por ello no basta con cuidar la salud bucal de tu perro sino su estado general de salud y por supuesto el tuyo y el de tu familia.
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