¡Se forman a partir de la sexta semana de embarazo!
Así que si bien empiezan a aparecer entre los 6 y 8 meses de vida del bebé, su formación viene desde el vientre materno. Por cierto, si te dijeron que el calcio que tu bebé necesita durante la gestación proviene de tus dientes, ¡TE MINTIERON! Todo el calcio que tu hijo necesita proviene de tu alimentación.
NO PROVOCAN DIARREA, FIEBRE NI OTROS MALESTARES AL SALIR
En efecto, el único malestar relacionado con la salida de los dientes de leche es el exceso de salivación, dolor y mal humor, a los cuales se puede asociar pérdida de apetito. Si el bebé presenta fiebre, diarrea o cualquier otro síntoma de enfermedad, es necesario que lo lleves a consultar al médico.
Son cada vez más los médicos y especialistas que encuentran que la fiebre durante la etapa de dentición está relacionada a otras causas y no en sí a la salida de los dientes.
Asimismo, la diarrea que aparece durante esta etapa, puede estar relacionada a la introducción de nuevos alimentos o bien a que el bebé introduce a su boca cualquier cosa que encuentra y NO NECESARIAMENTE lo hace con el fin de aliviar las molestias que los dientes que van saliendo le ocasionan. Obviamente estos objetos en muchas ocasiones están llenos de gérmenes y bacterias que pueden provocar toda clase de enfermedades.
Es por ello que en la etapa de dentición los padres de familia y cuidadores deben poner mucha atención en el aseo de las manos, mantener las uñas cortas y cuidar que los objetos que tome en sus manos estén limpios, pues invariablemente irán a parar a su boca.
¡Deben ser lavados a diario, al menos DOS veces al día!
Es un error muy común que los padres de familia no prestan atención al correcto lavado de la dentadura de leche de sus hijos, muchas veces por ignorancia y por asumir que debido a que estos dientes se mudarán, “no importa si se pican”. La realidad es que SÍ IMPORTA. Un diente de leche afectado por caries puede afectar al diente que está por venir, además de que si se llega a requerir una extracción de diente de leche, el espacio que queda puede ocasionar que la dentadura definitiva se desvíe. Así que una gasa limpia o una pasta dental sin flúor son ideales para que la primera dentadura sea totalmente sana.
Deben ser revisados por un especialista cada seis meses al igual que la dentadura definitiva de los adultos.
Así es, la primera visita al dentista puede hacerse alrededor del primer año de vida y a partir de entonces cada seis meses, como en el caso de los adultos. Sin excusas, es más económico el tratamiento preventivo que corregir problemas derivados de descuidos y falta de atención oportuna.
Si se tardan en salir, es que hay algún problema de salud
Aunque la mayoría de los bebés llegan al año de edad con 8 piezas dentales, el crecimiento es un proceso individual que varía en cada niño y antes de dar por hecho que un niño tiene un problema de desarrollo es necesario consultar a un especialista. Generalmente en un niño que tiene un cuadro de salud bueno, no debería ser un mal síntoma el que los dientes tarden un poco en salir, pero eso, debe ser evaluado por el pediatra y en su caso, por el odontopediatra de tu bebé.
Si se caen antes de tiempo, la dentadura permanente vendrá torcida
Los dientes de leche dirigen la mordida y la masticación y mantienen el espacio necesario entre los dientes para que la dentadura definitiva se coloque de manera adecuada. Además influye en el correcto desarrollo de la musculatura y los huesos maxilares. Al faltar una o más piezas, se pierde ese balance óptimo y es indispensable consultar al odontólogo para evaluar la posible reposición de la pieza o las posibles consecuencias de su ausencia para la dentadura definitiva.
Se pican (Caries) más fácilmente por leche, pan, papas fritas o frutas que por el azúcar contenida en los caramelos y chocolates
¡Aunque no lo creas! Dejar a tu bebé toda la noche con el biberón en la boca o dar a tus hijos pan blanco, papas fritas o frutas en exceso combinado con una mala higiene bucal, los hace más propensos a las caries que comer chocolates o caramelos ocasionalmente. Vamos, todo exceso es malo, pero una mala higiene bucal (es decir al menos dos veces al día y especialmente antes de dormir) es especialmente nociva para la salud dental. Así es que no importa si tus hijos cenaron solamente un “inocente” plato de frutas, éstas se pegan a los dientes y por lo tanto PUEDEN OCASIONAR CARIES. Por lo que sin excusas, ANTES DE DORMIR, BEBÉS Y NIÑOS DEBEN LAVARSE BIEN LOS DIENTES.
¡AH! Y recuerda, no olvides la consulta de rutina cada 6 meses a partir del primer año de edad!
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