Las prácticas de la salud no solo implican aquellas en las que intervienen los buenos hábitos en el hogar. Eso sí, son las más importantes. Una rutina de higiene en la que se vea involucrada cada parte del cuerpo es una obligación diaria en la que deben participar todos los miembros de la familia.
Si se crea esta costumbre, se contará con un trecho amplio sobre ese largo camino de evitar enfermedades o padecimientos. Cuidar el cuerpo es una tarea a cumplir desde el primer día, siempre y cuando se cuente con la educación debida.
Pero más allá de esta serie de actos que siempre serán de ayuda, se debe acudir periódicamente a un especialista, sea cual fuere el área de revisar.
Es responsabilidad de todos
Visitar al médico con fines de realizarse chequeos es algo natural y obligatorio, pero en el caso del dentista hay momentos, sobre todo cuando somos niños, en los que evitamos esto a toda costa.
No es que se trate de una persona mala, no lo veamos así, sino que a temprana edad solemos evitar este tipo de circunstancias. Si lo analizamos bien, realmente nada es complicado, pues estamos dejando en buenas manos nuestra salud.
¿Por qué hacerlo?
La respuesta más sencilla es porque se trata de nuestro bien. Así no sintamos alguna molestia en los dientes, o en la boca en líneas generales, es una responsabilidad que debemos asumir, al menos, dos veces al año.
Pero esto va más allá, así que te presentamos las razones para asistir con regularidad al dentista:
1.- Porque los males se esconden. Algunas enfermedades suelen manifestarse una vez desarrolladas o, como en algunos casos, podemos ser personas que no sientan sino hasta cierto punto los síntomas de alguna complicación.
En el caso de los dientes, las caries suelen hacer de las suyas en instancias prematuras sin dar señales de vida. Una vez que alguna dolencia se hace presente, no es que esté naciendo; todo lo contrario, ya se encuentra establecida en nuestros dientes.
Las visitas periódicas al odontólogo se encargarán de determinar si hay presencia de infección, y es que no existe otra persona como él para detectarla.
2.- Por la limpieza. De forma semestral es cuando el odontólogo se debe encargar de realizar una limpieza adecuada a cada pieza dental. Esto no indica que en casa no cumplas con los adecuados hábitos de higiene, así que, si estás haciendo bien las cosas, no cambies tu rutina.
Cuando acudes al dentista, su trabajo será el de eliminar el sarro y la placa bacteriana, males que se instalan en el esmalte dental y en la frontera con nuestras encías y que, poco a poco, deterioran la calidad de nuestros dientes.
3.- Para atacar algún padecimiento. Esta razón es bastante lógica para aquellos que ya se encuentran atravesando algún hecho lamentable. Si debes someterte a un tratamiento de conductos o debes extraerte un diente, entonces asiste pronto a una consulta con el dentista.
No hacerlo implica complicaciones que, en medidas extremas, son capaces de tener un impacto directo contra tu vida. Te invitamos a revisar todos los males que genera el descuido cuando de caries se trata y lo que trae como consecuencia.
4.- Para dientes más blancos. Bebidas como el café o el vino, además de hábitos como fumar, tienen una serie influencia sobre los dientes. Manchándolos y eliminando gradualmente ese blanco de sus inicios, por un aspecto más cercano al amarillo e incluso marrón.
Más allá de la mencionada anteriormente, en esta se trata de una manera más detallada cada pieza, involucrando un número mayor de visitas, pero evitando a la vez el uso de tratamientos con componentes artificiales.
5.- Para que lo agradezca el bolsillo. Si vas constantemente con tu dentista siempre tomarás la ventaja sobre los principales males que afectan la boca y eso es algo que tu economía sentirá de la mejor manera posible.
Hacerlo evitará pagar tratamientos para extinguir los padecimientos sufridos, algo de lo que te darás cuenta a largo plazo.
6.- Porque alguien debe dar el ejemplo. Así como lo escribimos en el punto de partida, son los más pequeños los que suelen sufrir la visita al odontólogo. No obstante, los adultos, como reflejo de lo que es bueno para ellos, debemos servir para enseñar y demostrar que no hay por qué temer.
Haz que te acompañen cuando cumplas con tu control habitual y deja que vean cómo trabaja el especialista sobre tu dentadura. Eso los hará sentirse más seguros y les dará ese empujón que falta para poder ir a su propia consulta.
Atención al otro extremo
Si lo que escribimos sobre los niños y sus visitas al dentista es bastante particular, vale la pena señalar también lo que es capaz de ocurrir con la tercera edad. Sí, el paso del tiempo genera un desgaste natural en cada parte de nuestro cuerpo y los dientes no son excepción.
A pesar de que llega una edad en la que la prótesis dental pasa a ser un acompañante casi obligatorio para ellos, es necesario que pase por su respectivo chequeo para poner cada cosa en orden.
Jorge dice
Enhorabuena por el post, creo que habría que inculcar en la sociedad la importancia a la que os referís. Para mí es vital y muy necesario que se empiece desde niños