Vivimos tratando de ser felices cumpliendo propósitos, metas y sueños, pero a veces la felicidad no llega de este modo. Siempre estamos en búsqueda de una cosa: una vida plena, tranquila y armoniosa.
Detrás de cada logro y cada pensamiento hay una meta, obtener la ansiada felicidad. Sin embargo, alcanzar ciertos propósitos no nos otorga la paz que queremos.
Pero, ¿qué es exactamente la felicidad y por qué es tan importante? El término está relacionado con aquella emoción o satisfacción obtenida al cumplir algún propósito deseado.
Es un reflejo de la condición interna de satisfacción o alegría. Si bien existen ciertos grados de felicidad, se estima que esta se toma en medidas subjetivas de acuerdo a las actitudes y comportamiento de los individuos.
Las personas que están felices presentan cuadros positivos de la vida, al mismo tiempo que se sienten capacitados y motivados para cumplir nuevas metas.
Por su parte, el enfoque de las personas que no están alegres es negativo y pesimista. Suelen sentirse frustradas con sentimientos de culpa. Esto les impide el desarrollo sano de sus vidas y de sus planes.
En el ámbito psicológico la felicidad está relacionada con las actitudes, personalidad y tolerancia de la persona. Esto determinará la frecuencia y medida de dicho sentimiento.
Cómo hago para ser feliz
Para alcanzar la tan anhelada felicidad solo debe dominarse un factor clave, saber quiénes somos. Sin ello, nutrirnos de tan necesario sentimiento se hará más complicado.
Conocer la verdad de nuestro ser, saber qué nos gusta y qué no, nos encaminará a ese camino en el cual lograremos experimentar la bendición de la vida y el gozo de la misma.
Recuerda, la felicidad no estará en el lugar dónde la busques. Este sentimiento magnifico está en ti, en tu personalidad, en tu bondad y grandeza. Está en todo aquello que te hace ser quien eres y que conforma tu existencia.
¿La felicidad llega por otros?
Nos hemos acostumbrados a querer encontrar este sentimiento en otros, como si de ellos dependiera. Sin embargo, el poder de ser feliz está en nuestro interior más no en las cualidades de otras personas.
Es un error creer que encontraremos la felicidad o la tendremos en compañía de otro individuo. Por ejemplo, en la familia, en amigos o en parejas. Esto termina condicionando nuestra alegría.
La felicidad es propia de cada ser y se obtiene creyendo, conociéndose y aceptándose a sí mismos. Son las vivencias y las experiencias positivas que alimentan ese brillo necesario en nosotros.
De qué depende
Ese brillo nace y deslumbra dependiendo de nuestra personalidad o del tipo de persona que somos. Ayuda la autoestima, genera autoconfianza y nos hace capaces de lograr lo que nos propongamos.
Las capacidades y limitaciones que se tengan no deben influir negativamente en esta condición emocional. Todos somos únicos y tenemos un propósito, vivimos a nuestro ritmo, a nuestro tiempo y en función de todas nuestras habilidades.
No se tiene que satisfacer ideas o sugerencias de percepción impuestas por otros. Impresionar siendo otra persona es un engaño a la moral que al final termina generando facturas (vacíos existenciales o inconformidad).
Entonces, la felicidad es un sentimiento o una emoción que nos da paz y satisfacción. No depende de terceros, ni de hechizos o fármacos, solo de nosotros. Si quieres saber cómo encontrarla llegaste al lugar indicado.
Claves para ser felices
- Comienza aceptando quién eres. Somos personas completas, con las cualidades y condiciones necesarias para ser feliz y tener la mejor autoestima. Se debe creer en uno mismo.
Aceptar qué y quiénes somos nos ayudará a dejar de juzgarnos o tener una mala percepción de nosotros mismos. En pocas palabras debemos aceptar y aprobar con amor nuestras destrezas mentales, físicas y psicológicas.
Si bien hay situaciones ajenas a nosotros que nos afectan, como la pérdida de algún ser querido o una enfermedad, solo tenemos una opción para seguir adelante aceptar.
Así aprendes de las circunstancias, obtienes experiencia, paz interior y aprendes a encontrar la felicidad de otra forma. Por otro lado, si rechazas caes en un hueco de angustia, ansiedad, tristeza e inconformidad.
- Ámate sin condición. Acepta las cualidades y condiciones que te hacen ser quien eres. Valóralas y quiérelas con sinceridad. No te limites, cree en ti. Cuanto más nos neguemos o queramos cambiarnos más infelices seremos.
Actuar queriendo ser alguien más es un clásico error. Si otros se quieren así mismo, hazlo tú también. Defectos tenemos todos, aceptarlos y ver el lado positivo nos ayudará a conseguir adelante.
- Respeta quién eres. Se trata de mantener actitudes positivas hacia nuestra persona, sin juzgarnos, señalarnos o criticarnos. Respetarse a sí mismos es sentirse merecedor de todas las cosas maravillosas que llegan a nuestra vida para poder disfrutar de ellas.
- Límites necesarios. Son todas aquellas cláusulas que permitirán respetarnos y valorarnos. Se trata de establecer límites que te permitan estar feliz contigo mismo.
- Asumir responsabilidades. Ser felices también tiene responsabilidades. En la búsqueda de ese sentimiento no debemos hacer cosas que dañen o perjudiquen a otros. Se basa en determinar lo que está bien o mal antes de hacerlo.
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