La salud bucal es tarea de todos, pero no cabe duda de que un punto fundamental pasa por tomar los hábitos correctos en los primeros pasos de la vida. Cuando los primeros dientes comienzan a asomarse, es obligatorio darles el debido mantenimiento y cuidados.
Cuando se está en etapa de adolescencia y adultez, el buen cuidado se refleja en una dentadura saludable y resplandeciente.
Aunque existan otros aspectos y criterios a evaluar, una parte importante de nuestro desempeño social pasa por el buen aspecto, y la dentadura tiene un peso importante en esto.
Como verás, se trata de una zona a atender de inicio a fin, por lo que se trata de una labor en la que todos los miembros de la casa deben intervenir. Por eso, te recomendamos sigas estos pasos para que todos disfruten a una higiene oral envidiable.
Claves para una salud bucal óptima
1.- Educa a los niños. Porque todo tiene un inicio y, tal vez, cuando de este tema se trata, es el paso más importante. Contar con un hábito positivo en la limpieza de la boca influye mucho en los resultados que se obtengan años después.
Habla con los más pequeños sobre el tema y hazles ver lo que acarrea no cuidarse. Cepillarse juntos es de alto valor mientras forman el hábito, pero una vez que veas que cuentan con las herramientas para hacerlo por sí mismos, déjalos lograrlo con total independencia.
2.- Usa sellador dental. El sellador dental es un elemento clave, aunque quizás no cuenta con una alta popularidad. No por eso lo evites, pues es más que recomendado por los especialistas. Esta barrera impide que las bacterias que se encargan de producir caries se instalen en los dientes, con una efectividad bastante alta.
A pesar de que cada diente es propenso a sufrir caries, se deben conocer con mayor profundidad cuáles son los más susceptibles y que, incluso, ya hayan sido afectados para darles prioridad en el uso.
3.- Usa dentríficos ricos en flúor. Es el elemento que tiene mayor peso al momento de combatir las caries y el mal aliento. Las cremas dentales que contienen este componente limitan la producción de bacterias, alejando la placa y sus incidencias sobre las piezas.
En los niños se recomienda la cantidad de una gota, y una porción del tamaño de un chícharo para el cepillado de los adultos.
4.- Dos complementos importantes. Cepillo e hilo dental. Es la práctica fundamental para la limpieza de los dientes. Debes cumplir con rutinas muy marcadas, pero que favorecerán a tu boca. Cepíllate al despertar y antes de dormir. También después de cada comida.
El hilo dental te ayudará a dar con esos restos de alimentos que se esconden en zonas en las que el cepillo no alcanza, se trata de un excelente aliado en el proceso de limpieza.
5.- Enjuaga la boca después de comer. El final perfecto. Esta solución suele acabar con lo que queda, no solo residuos sino que ataca la placa bacteriana. Además, los productos industriales vienen en sabores frescos para eliminar el mal aliento.
Si quieres hacer tu propio enjuague en casa, haz gárgaras de agua tibia con sal.
6.- Usa protector bucal. Esto es obligatorio para las personas que practican deportes de contacto, no solo aquellas que tengan que ver con el boxeo o las artes marciales, también es aconsejable para los que juegan baloncesto.
A veces no podrás evitar un impacto en determinados lugares, pero sí puedes tomar previsiones. Así como algunas disciplinas obligan al uso del casco, por ejemplo, con el protector bucal mantendrás cada pieza dental en su lugar.
7.- No fumes. Por el bien de todo tu organismo. El tabaquismo es una fuente muy común de cáncer, entre otra serie de enfermedades, así que tu cuerpo agradecerá que elimines este vicio, si es que lo practicas.
En la boca tiene incidencia directa sobre el esmalte dental y la lengua. Mal aliento, desgaste dental y el ya mencionado cáncer son algunas de sus muchas consecuencias.
8.- Cuidado con lo que comes. Por naturaleza, nuestros dientes deben ser fuertes, pero existen alimentos que, sin darnos cuenta, los lastiman. El hielo es uno de ellos. Recuerda que su propósito es el de enfriar bebidas, así que no debes morderlo, ya que esto atenta contra la estructura del diente. Lo mismo sucede con otros alimentos de fuerte composición.
9.- Evita el exceso de azúcar. Por tu sangre y por tu boca. No la elimines del todo, pero sí puedes limitarte. En el caso de las golosinas, las que mayor cantidad contienen, lo mejor es saber controlarse e ingerirlas en pequeñas cantidades o solo en ocasiones especiales.
Cepíllate luego de hacerlo para evitar que se formen las bacterias.
10.- Visitas al Odontólogo. Pase lo que pase, debes acudir con el Odontólogo o Dentista por lo menos dos veces al año. Si padeces alguna enfermedad en la boca, él te dirá qué hacer y a cuál tratamiento someterte.
Pero si no sufres de nada, algo de lo que pocos realmente pueden presumir, de igual forma debes visitarlo, pues son muchos los padecimientos, sobre todo la caries, que no se manifiestan sino cuando ya se encuentran desarrolladas.
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