Aunque entre los seres humanos existen muy diversas preferencias en cuanto a los sabores, el dulce es uno de los preferidos, a tal grado que cuando comemos dulce nos resulta casi imposible dejar de comer.
Un consumo moderado de azúcar en nuestra dieta no es dañino. El problema es por una parte el exceso y por otro lado el tipo de azúcares que se consumen.
Un consumo desmedido de azúcar, sobre todo cuando se trata de azúcares refinados puede acarrearnos problemas de salud, no solamente la caries y la diabetes sino muchos otros como por ejemplo:
- Caries y otras enfermedades bucales como gingivitis y enfermedad periodontal.
- Desarrollo de diabetes.
- Deficiencias de minerales como cobre y cromo, que aunque el organismo los requiere en muy poca cantidad son indispensables en el metabolismo.
- Baja de defensas contra muy diferentes enfermedades infecciosas
- Dificulta la absorción del calcio y de otros minerales.
- Genera o agrava problemas en la piel como el acné, rosáceo y otros.
- Origina celulitis y obesidad.
- Acelera el proceso general de envejecimiento.
- Favorece la aparición de arrugas y la flacidez de los tejidos debido a que disminuye la producción de colágeno.
- A causa del azúcar surgen o se agravan algunos problemas digestivos como el estreñimiento, la acidez, el reflujo, gases, mal aliento y algunos otros.
- Los procesos neurológicos se ven alterados debido al daño que causa el azúcar a las neuronas.
- Se producen estados de estrés, ansiedad e hiperactividad.
Ocurren desbalances hormonales.
Al decirte que tengas cuidado debido a los daños que pueden causarte los excesos de azúcar no solamente nos referimos a las cucharadas que le pones al café o a los caramelos que tomas cuando tienes antojo de algo dulce o sientes mal sabor de boca. Recuerda que hay diferentes tipos de azúcares contenidos en muchos alimentos aunque su sabor no sea precisamente dulce.
Algunos alimentos con altos contenidos de azúcar son por supuesto las bebidas embotelladas, los helados, chocolates, postres, pasteles, panes, galletas, mayonesas, cátsup, pizzas, salsas para pasta, y la lista puede continuar.
Esto no quiere decir que de ahora en adelante no vas a poder comer ninguno de estos alimentos. Recuerda que todos los extremos son malos. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, una alimentación balanceada puede incluir hasta 50 gramos de azúcar, esto, repartido en las comidas del día, comer de preferencia harinas y cereales integrales, frutas y verduras al natural e incluir alguna rutina de actividad o ejercicio es suficiente para mantenerte fuera de los grupos de riesgo por altos consumos de azúcares.
Cuantas veces puedas evita las bebidas embotelladas, los alimentos industrializados y sobre todo no olvides cepillar meticulosamente tu boca aunque entre los alimentos que hayas comido no veas cosas dulces. Recuerda que la digestión comienza en la masticación, y ya en la boca, junto con la saliva hay sustancias que se transforman en azúcares y pueden dañar tus dientes.
Recuerda que en cuestiones de salud lo mejor es prevenir. Una consulta de rutina con tu dentista y con tu médico pueden ser tus mejores aliados para mantenerte en las mejores condiciones físicas.
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