La adolescencia es una etapa de la vida que puede resultar un poco difícil de manejar en lo que a salud se refiere ya que los chicos a esa edad desean tener un mejor control y autonomía en su tiempo libre.
Mientras son pequeños son los padres quienes los llevan al médico o al dentista, pero conforme van creciendo las cosas se complican ya que además que desean disponer de tiempo para sus actividades y sus amigos.Es entonces cuando se dificulta programar una cita para un chequeo de rutina, y en caso de que tengan alguna molestia prefieren tomar algo para el dolor a perder una tarde en el consultorio dental.
Los expertos han llegado a la conclusión que la mayoría de los problemas dentales que se presentan en la edad adulta tienen su origen en la adolescencia. Durante la infancia los padres pueden controlar las rutinas diarias de los niños, tanto en cuanto a higiene como a alimentación y chequeos médicos. Pero durante la adolescencia cambian muchas cosas, como por ejemplo los hábitos alimenticios y las rutinas de higiene.
Sus actividades escolares y extraescolares les impiden ir y venir a casa durante el día por lo que es muy frecuente que coman en forma desordenada y sin la precaución de asear sus dientes con la frecuencia necesaria. Además los adolescentes son muy dados a consumir excesos de azúcares, bebidas embotelladas, y sobre todo es cuando muchos de ellos se inician en el consumo de alcohol y tabaco. Por otro lado, esta es una etapa en que quieren lucir estupendamente y comienzan a preocuparse por su peso y apariencia física.
Entonces surgen los desórdenes alimenticios como la anorexia y la bulimia, que es sumamente perjudicial para los dientes. En otros casos también se presenta en los chicos la urgencia de mostrar una dentadura perfecta, blanca y de dientes uniformes por lo que es el momento de acudir al ortodoncista.
Durante la adolescencia también hay un gran interés por la práctica de algunos deportes, actividades extremas, el uso de piercings, y no es raro que presenten una actitud de “no me pasa nada”, por lo que pueden cometer muchas imprudencias. Respecto a los piercings o perforaciones lo mejor es que no se las hagan en la lengua ya que son muy susceptibles a infectarse.
Es tarea de los padres ser muy sutiles para sugerir las visitas al dentista, cuidar sus hábitos alimenticios y de higiene, y que utilicen la protección necesaria para proteger su cuerpo. Se les debe crear conciencia de que los deben lavar frecuentemente, que no deben prestarlos y que deben reemplazarlos en caso de que se dañen o dejen de ajustarles debidamente.
La adolescencia es una etapa en que muchos chicos inician tratamientos de ortodoncia por lo que es un buen motivo para acudir al dentista, ya sea para que se les realice una evaluación para determinar si requieren algún tratamiento o simplemente para que el dentista los oriente sobre puntos importantes y se inicie una relación confortable y de confianza con el especialista.
El gran interés de los chicos en las redes sociales puede ser un buen aliciente para acudir a su clínica dental para que se les realicen limpiezas profesionales, y tengan el interés de conservar sus dientes sanos por más tiempo. Es una excelente medida para prevenir la gingivitis, el mal aliento, la caries y la enfermedad periodontal, que puede comenzar a gestarse durante esta etapa con la acumulación de sarro y placa dental, que a esta edad es imperceptible pero no inexistente.
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