Cuando vas al dentista con algún tipo de problema dental o simplemente a que te realicen una limpieza o un reconocimiento de rutina puede ser que el médico te indique que requieres algún tratamiento de alguna caries incipiente, alguna infección leve, etc. Tal vez alguna vez te haya canalizado con el endodoncista en caso de alguna fractura dental o una caries profunda, para poder después restaurar el diente.
Así como la endodoncia, que es una especialidad odontológica, existen muchas otras especialidades entre las que se cuenta la periodoncia. Esta especialidad trata del estudio y tratamiento de los tejidos que dan soporte a nuestros dientes, incluyendo el tejido óseo, encías, ligamentos, etc.
Cuando tu dentista detecta que padeces de gingivitis o de enfermedad periodontal es común que te remita al periodoncista, que es el nombre que se da al especialista en periodoncia. Las enfermedades periodontales generalmente son causadas por bacterias, es decir, son infecciones bacterianas.
Las bacterias en la cavidad bucal no solamente causan caries sino que pueden atacar a las encías. Si las bacterias se alojan en el espacio que queda entre dientes y encías, la infección destruye los tejidos, principalmente las fibras llamadas de adhesión y si no es tratada a tiempo puede atacar también los huesos alveolares, que son los que junto con otros tejidos dan soporte a las piezas dentales.
Entonces tenemos claro que la principal causa de enfermedades periodontales es la tan mencionada placa dentobacteriana. Por ello es muy importante una higiene bucal muy meticulosa así como las limpiezas profesionales periódicas. Otros factores pueden influir también para favorecer los padecimientos periodontales como son los problemas de oclusión o mordida ya que esto favorece la acumulación de placa al obstaculizar el aseo.
Entre los procedimientos de periodoncia más frecuentes destacan los siguientes:
La limpieza profesional elimina las incrustaciones de sarro y deja la superficie dental más lisa, lo que previene la futura acumulación de placa dentobacteriana.
Cuando la enfermedad periodontal está más avanzada comienzan a formarse “bolsas” entre dientes y encías donde se acumula gran cantidad de placa. Esto ocasiona sangrado de las encías y otras molestias como mal aliento, comezón, dolor, dientes sensibles, etc. Entonces el especialista se ve en la necesidad de realizar algo más que una limpieza.
Tiene que realizar un raspado radicular, esto significa que el raspado se hace en la parte de los dientes que normalmente queda cubierta por la encía. Para ello se requieren instrumentos, materiales y técnicas especializadas.
Si el problema todavía es más avanzado que en el punto anterior y ya las bolsas han crecido provocando que los dientes se aflojen o se muevan entonces se requiere del procedimiento que se conoce como curetaje abierto. Este tratamiento es ya un procedimiento quirúrgico consistente en abrir la encía y remover el tejido infectado junto con el sarro que pueda haberse acumulado.
Generalmente después del tratamiento y con un seguimiento adecuado de higiene y cuidados los dientes recuperan su firmeza , las encías dejan de sangrar y desaparece la halitosis.
Muchos planes de seguro dental ofrecen cobertura en caso de requerir atención por un especialista en periodoncia.
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