Una de las enfermedades o padecimientos que representa mayores problemas de salud pública es la diabetes ya que si no es atendida puede ser causa de muchas otras complicaciones, como enfermedades del sistema cardiovascular y pérdida de la visión.
Durante mucho tiempo se pensaba que la diabetes se presentaba únicamente con la edad por lo que se consideraba una enfermedad propia de las personas mayores. Pero debido a diferentes circunstancias en la vida actual como el sedentarismo, la creciente costumbre de las comidas rápidas y alimentos semipreparados, la carga de estrés y algunos otros factores, cada vez hay más niños y personas jóvenes que son diabéticos.
A pesar de las constantes campañas que realizan las instituciones públicas de salud, las cifras continúan en aumento, por lo que la búsqueda de métodos de prevención y tratamiento de la diabetes también se realiza a marchas forzadas.
Está más que demostrado que la diabetes, entre otros daños y alteraciones que produce, es un trastorno terriblemente dañino para los vasos sanguíneos, sobre todo cuando no se trata oportunamente. Esto conduce casi inevitablemente a diferentes daños como es el renal, el cardiovascular y el ocular.
Se sabe que las personas diabéticas tienen un muy alto porcentaje de probabilidades de sufrir daños oculares irreversibles.
Cuando una persona ha tenido trastornos visuales y está recién diagnosticada como diabética, al iniciar un tratamiento adecuado notará que dichos trastornos desaparecen. Pero el problema continúa latente, y si los niveles de azúcar no se mantienen controlados, entonces con el tiempo los vasos sanguíneos del ojo, y en especial los de la retina y la parte posterior del ojo, al sufrir daños severos pueden conducir a la ceguera. A este padecimiento se le conoce como retinopatía, y como ya hemos dicho, mientras mayor sea el tiempo en que los niveles de glucosa están descontrolados, las probabilidades de desarrollarlo de la enfermedad son mucho mayores.
Pero la retinopatía no es la única complicación ocular que puede ser causada por la diabetes. Existen otros problemas oftálmicos que también derivan de los altos niveles de glucosa en la sangre, como son las llamadas cataratas, el desprendimiento de retina. el glaucoma, y el mal funcionamiento de los músculos del ojo.
Con las cataratas, (opacidad del cristalino) sucede lo mismo que con la diabetes, que se piensa o se pensaba que era un padecimiento propio de las personas de edad avanzada. De alguna manera esto es cierto, pero las personas diabéticas, independientemente de su edad pueden también presentarlas a edades tempranas.
En el caso del desprendimiento de retina puede haber sangrado interno del ojo, que origina visión borrosa o falta total de visión. Esto se puede corregir con cirugía, pero en el caso de la diabetes pueden presentarse otras complicaciones.
El glaucoma consiste en un aumento de la presión en el ojo y también puede conducir a la ceguera.
Cuando la diabetes afecta los músculos del ojo entonces hay una alteración en la percepción de las imágenes por lo que la persona puede percibir una doble imagen.
Vemos entonces que cuando se padece diabetes no solamente es necesario sentirse bien sino que hay que llevar un control médico adecuado además de una dieta sana, un adecuado programa de ejercicio, y hábitos saludables para además de tener buena salud podamos conservar el inapreciable sentido de la vista.
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