Diariamente y desde hace muchísimo tiempo existen campañas para concientizar a las personas sobre los efectos nocivos del tabaco. En espacios públicos se toman medidas para evitar que las personas fumen y día a día son más restringidas las áreas para fumadores. Casi es posible decir que no hay personas adultas que no estén enteradas de que el tabaco es dañino, aunque no siempre saben exactamente los tipos de daño que ocasiona.
La mayoría de las personas que fuman lo hacen sabiendo perfectamente que además del daño económico representa una amenaza para su salud y la quienes están a su alrededor. Sin embargo el número de fumadores no se reduce.
Si salimos a la calle y preguntamos a los transeúntes si conocen la manera en que el tabaco hace daño la gran mayoría tal vez responda que daña los pulmones, las vías respiratorias, y tal vez algunos respondan que es perjudicial para el corazón, pero muy pocos saben que el fumar perjudica de manera muy importante la salud bucal entre otras cosas.
Así pues está más que comprobado que el tabaco perjudica la salud en muchos aspectos, y uno muy importante y que se descuida mucho es el bucodental.
El tabaco es un gran enemigo de la salud bucodental y desafortunadamente no se le da la importancia debida.
El hábito del cigarro no solamente altera el aliento sino también el sentido del gusto, el olfato, el color de los dientes, daña las encías causando enfermedades periodontales que pueden llegar a ser muy serias. En el caso de personas con implantes dentales, el tabaco puede comprometer la durabilidad de los implantes, aún en el caso de los implantes de titanio, ya que al ser el tabaco una causa de enfermedad periodontal el riesgo de perder los dientes es muchísimo más alto entre los fumadores que entre quienes no fuman.
Quienes piensan que masticar tabaco, fumar pipa o habano son alternativas menos perjudiciales están en un error ya que por ejemplo el masticar tabaco se cuenta entre las principales causas de cáncer en la línea de los labios, en las encías, en la cara interna de las mejillas, etc. Por otro lado la combinación del tabaco con la saliva, aunque el tabaco no se queme produce una mezcla altamente abrasiva que acaba con el esmalte de los dientes dejándolos vulnerables a la caries. Esto es muy importante ya que no se trata solamente de que los dientes cambien de color por pigmentación sino que en realidad sí se deterioran.
Cualquier persona puede estar expuesta a sufrir lesiones y/o infecciones bucales por diferentes causas, pero cuando las sufre una persona que consume tabaco, ya sea fumando o masticándolo la curación y/o cicatrización de las heridas o lesiones se retrasa de manera importante. Esto no solamente implica sufrir las molestias durante más tiempo sino que pueden surgir complicaciones que agraven el caso.
Vemos entonces que la única manera de que el riesgo de sufrir todos estos problemas disminuya es dejar el tabaco, lo cual puede ser sumamente difícil ya que la nicotina es altamente adictiva. Lo ideal sería no comenzar a consumirlo.
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