El telecanto es una anormalidad palpebral poco común que produce un aumento en la distancia del canto medial.
Es producido por lo general por una anormalidad en la longitud que poseen los tendones en el canto medio y puede presentarse debido a una serie de malformaciones congénitas, aunque en algunos casos, puede también ocasionarse debido a un traumatismo que produce lesiones faciales que dañan el tendón principalmente luego de una fractura nasoorbitoermoidal.
Generalmente, cuando se da un trauma facial por accidente las consecuencias suelen ser bastante graves afectando la función ocular, respiratoria y masticatoria, además de la parte estética.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza principalmente por medio de radiología que puede ser simple como en el caso de las radiografías de cráneo que pueden mostrar daños en la estructura del seno etmoidal, así como los desplazamientos óseos.
La tomografía axial computarizada es otro procedimiento por medio del cual se puede realizar el diagnóstico y es el procedimiento de elección.
Tipos de traumatismos
La telecantosis traumática se genera por la ruptura del ligamento cantal, esta lesión puede llegar a ser bilateral o unilateral y por esta razón las mediciones y comparaciones que se realizan desde la parte medial hasta el dorso nasal es de suma importancia.
La condición puede además ocasionar lesiones en el sistema naso lagrimal, obstrucciones y daños en los músculos de los ojos.
Tratamiento
El tratamiento del telecanto traumático se hace para lograr obtener resultados estéticamente superiores y estables y para devolver la capacidad de movimiento en el área del paciente.
El principal mecanismo utilizado para brindar tratamiento es la cirugía cuyo objetivo principal es brindar protección a las órbitas y a los contenidos intracraneales, prevenir complicaciones tempranas y futuras como la ceguera y restaurar el contorno facial estético que incluye la distancia intercantárea normal y el volumen de las órbitas.
El tratamiento quirúrgico principalmente se enfoca en el tipo de lesión que presente el paciente, de manera tal que el mismo se puede dividir en:
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Lesiones tipo I
Se producen cuando el tendón cantal medio está conectado a una gran parte del fragmento poseo y se consideran como las lesionas más sencillas de tratar con estabilización en tres puntos diferentes por medio de la fijación interna rígida con una sutura naso frontal, borde infraorbitario y piriforme.
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Lesiones tipo II y III
En ellas el ligamento cantal aún se encuentra conectado a un pequeño fragmento óseo.
Se realiza la fijación de los fragmentos óseos por medio de una combinación de microplacas para los segmentos óseos de mayor tamaño. Cuando se localiza el tendón, un alambre de cero es pasado a través del fragmento óseo.
En el caso de fragmentos de hueso pequeños, el alambre puede ser un poco difícil de pasar por lo que entonces se procede a realizar una sutura permanente a través del tendón.
Posteriormente el tendón se suspende posterior y superiormente para que pueda volver a su posición original y de esta manera lograr corregir la distancia intercantal que ha sido malformada debido al accidente.
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Fuentes:
pdfs.semanticscholar.org
www.rbcp.org.br
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