Muchas veces no le damos suficiente atención a la visión, pues simplemente porque solo importa no chocar con objetos. Sin embargo, la visión va mucho más allá, sobre todo si se trata de la visión en la escuela.
La visión es uno de los sentidos del ser vivo, es la base para captar información, para aprender, conocer, comprender y más; sin embargo, más que en temas de conocimientos, la visión es una herramienta para gran parte de las actividades diarias.
El desarrollo visual se consolida entre los 6 y los 8 años de edad, con excepciones, ya que la visión depende de la adecuada alimentación y algunas condiciones ambientales que puedan mantener seguro el ojo. Sin embargo, la visión en la escuela tiene deficiencias, sobre todo porque hay problemas visuales que repercuten en el aprendizaje.
El desempeño de actividades académicas y recreativas suele demandar la visión de cerca. Los jóvenes suelen acudir a la tecnología para poder realizar cualquier actividad, incluyendo leer, escribir e investigar. Situación que genera problemas en niños, cuyo desarrollo visual no se ha completado.
Esto último aumenta el riesgo de problemas visuales, ya que muchas veces, por temas de adaptación fisiológica a las reacciones del esfuerzo visual, se generan pequeños desajustes, como la miopía, que posteriormente obligan al niño a utilizar lentes para ver mejor de lejos. Debido a lo complejo que es el sistema visual, los problemas de visión se dividen en dos grupos: errores refractivos y no refractivos.
Los errores refractivos son trastornos oculares en los que la forma del ojo no absorbe de manera adecuada el ingreso de luz, por lo que se ve borroso. Mientras los no refractivos se relacionan con enfermedades oculares. Para mencionar ejemplos de errores refractivos está la miopía, astigmatismo, hipermetropía, ambliopía o estrabismo; y de errores no refractivos están el glaucoma, retinoblastoma, cataratas, leucoria, estrabismo, y más.
Si la visión falla, ¡las notas académicas también!
Los síntomas más comunes de los problemas visuales suelen ser cansancio ocular, enrojecimiento de ojos, dolores de cabeza, falta de concentración, e incluso el frotarse constantemente los ojos. Si no se le atiende a tiempo, podrá causar problemas que se irán agravando por hábitos inadecuados como el uso de artefactos electrónicos a menos de 15 cm de distancia de los ojos, por ejemplo, o podrá ser base de infecciones oculares.
El bajo rendimiento escolar puede ser un síntoma de problemas oculares, sin embargo, no se le atribuye la atención necesaria como otros síntomas, situación poco favorecedora para atender el problema de raíz. Además de eso, se debe incluir la fatiga visual y visión borrosa, cuestión que es más común al momento de leer por digital o manual (libros, revistas, publicaciones, etc.), e incluso la falta de concentración y compresión lectoras, lo cual genera severas dificultades para el buen desenvolvimiento en las actividades escolares.
Todo esto es el cúmulo de problemas que se generan por no darle atención médica a desarrollo visual del niño. Por ello, si se ve la visión como herramienta, se debe seguir algunos consejos para preservar la visión y aumentar el rendimiento escolar.
Se debe proveer un espacio con iluminación óptima, preferiblemente de luz blanca o colores cálidos, y evitando focos transparentes. También se debe mantener una buena postura para evitar problemas cervicales. No está demás mencionar que limitar el tiempo a pantallas digitales es un buen método de preservación de la calidad visual, así mismo incentivando la humedad ocular con constantes pestañeos o lágrimas artificiales.
Un seguro médico que funcione para todos
Para todo lo que respecta a la visión en la escuela, se requiere de la intervención de un especialista. En el ámbito de la visión existen dos tipos de profesionales: los oftalmólogos que son médicos especialista en patologías y anomalías de los ojos y la visión, y los optometristas que son profesionistas, quien determina la ausencia o presencia de anomalías y el uso de auxiliares de visión como los anteojos. Sin embargo, ambos tienen más objetos de estudios para trabajar todo lo que existe en el sistema ocular.
Sabiendo esto, un seguro médico funcional podrá servirle a quien necesite este tipo de especialistas, y más que eso, no solo cuando se necesite, sino también para realizar chequeos anuales. La salud no es un juego, y eso lo saben estas empresas que trabajan como seguros médicos.
Los mejores profesionales de la salud suelen trabajar para seguros médicos, pues para muchas personas es mejor tener todos los contactos en un solo servicio. Por ello, adquirir un seguro médico funcional no es un gasto, sino una inversión.
Cuando observe que su hijo necesita atención médica, podrá acudir inmediatamente al seguro médico y atender la situación, por más mínima que sea. Sobre todo porque un seguro médico puede ser adquirido y pagado por cuotas, cuestión que permite que la póliza se ajuste a las necesidades financieras del cliente.
Nunca está de más tener un seguro médico, no solo para una persona, sino para una familia completa. Por tal motivo, no dude en comunicarse con la empresa aseguradora de mayor confianza; es decir, indague con amigos y busque la trayectoria de estas empresas, así estará seguro de que su salud y la de sus amigos será bien atendida.
Fuente:
www.tuoptometrista.com
www.clarin.com
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