Ante muchos problemas de la vista y enfermedades oculares, las gafas o anteojos suelen ser el tratamiento más sencillo y común en estos pacientes, ya que permiten de manera más rápida corregir los errores de la vista e incluso prevenir su desarrollo en aumento.
En ciertos casos el uso de las gafas se precisa para todo el día y en todas las actividades que desarrolla el paciente, ya que estas permiten su correcta visión. Es por esa misma razón que se encuentran expuestas a diversos daños.
Y aunque no se pueden evitar accidentes, como el quiebre de los cristales, o que las gafas se estropeen por completo, la buena noticia es que hay muchos consejos que se pueden aplicar para su cuidado, a fin de que puedan mantenerse en buen estado durante más tiempo.
Limpiar las gafas de forma correcta
Este es el principal hábito que se debe adoptar para el mantenimiento de las gafas. Por lo general los cristales se pueden ensuciar con polvo y otros elementos que van nublando la vista.
Debido al desconocimiento que se tiene sobre el correcto uso de las gafas, comúnmente se tiende a limpiar los cristales con cualquier material, algún trozo de tela que cuelga de la vestimenta, pero hay que saber que esto es incorrecto.
Si procedemos a la limpieza de los cristales con un pañuelo que no tenga la textura adecuada, es muy posible que este acto promueva la suciedad en lugar de quitarla, y sean mayores las posibilidades del que el cristal se ralle con algún elemento.
La forma correcta de limpiar las gafas te la presentamos en tres sencillos pasos:
- Enjuagar la zona afectada por la sociedad con agua tibia.
- Agregar sólo una gota de algún producto de limpieza. Por ejemplo, líquido de lavar platos. De preferencia que no sea cítrico.
- Luego del enjuague, limpiar los cristales con un paño de microfibra, y agregar la solución indicada para limpiar los lentes.
Cuando no los utilices, guárdalos siempre en su protector
Aunque está parezca ser una alternativa un poco tediosa, es la mejor forma de prevenir daños a las gafas cuando no las estás usando.
Como costumbre las personas tienden a colocarlas sobre alguna mesita de noche al momento de dormir, pero son muchos los accidentes que se pueden evitar si las gafas se encuentran en su protector.
De esta forma se previene que se puedan dañar al caer, que algún objeto sólido las aplaste, o cualquier accidente que tome por sorpresa a las vulnerables gafas sin protector.
Incluso, el protector resulta útil para guardar las gafas en el equipaje al viajar, en el bolso de las damas, y en cualquier otro lugar donde puedan estar en contacto con otros objetos.
Tomar precauciones al momento de hacer actividades físicas
Con frecuencia, el uso de las gafas también resulta necesario Incluso en las prácticas de deporte, sobre todo en los pacientes que tienen alguna enfermedad ocular o error de refracción más pronunciado. Pero para esto es indispensable que tome las precauciones para evitar daños en sus gafas.
La mejor alternativa es contar con una correa deportiva, que incluso ante los movimientos bruscos podría mantener sostenidas las gafas y evitar que caigan al suelo.
Otro consejo útil es utilizar algunos lentes de repuesto, de modo que si sufren algún daño el paciente no se quede totalmente sin el uso de su instrumento corrector.
También podría ser útil invertir en gafas con un diseño para uso deportivo, las cuales cuentan con características muy específicas para un mejor rendimiento y adaptación a este tipo de actividades. Suelen ser útiles sobre todo para las personas que frecuentan los deportes o las actividades extremas.
Otras consideraciones para el cuidado de las gafas
- No colocar las gafas en posición que los cristales toquen la superficie.
- Evitar excesivo calor o exposición al sol
- Chequear las varillas para ajustar de ser necesario y prevenir el daño de la montura.
No olvides contar un seguro médico en oftalmología
El uso de las gafas ayuda a mejorar la calidad de vida de pacientes que por enfermedades oculares o errores refracción no disfrutan de una visión plena.
Tomar previsiones para el cuidado de las gafas resulta entonces una responsabilidad que se debe atender de muchas formas.
Si bien es cierto que se pueden evitar consecuencias como el desgaste de los cristales por medio del cuidado correcto de las gafas, hay que tener en cuenta que estas siguen expuestas a otros daños que las puedan estropear por completo.
Considerando su relevancia en la calidad de vida del paciente destaca entonces contar con un seguro médico en oftalmología que le permita a la persona sustituir con rapidez y facilidad las gafas que por alguna razón se hayan dañado.
Por lo general, adquirir nuevas gafas requiere de importante inversión de dinero. El paciente debe visitar el oftalmólogo de confianza para proceder a un chequeo, determinar la fórmula de los cristales y luego pagar por su elaboración y el costo de la montura que ha seleccionado.
El seguro visual representa la mejor alternativa para contar con un respaldo ante este imprevisto, y que le permita al paciente pasar el menor tiempo posible sin sus lentes. Después de todo, este elemento garantiza mejorar su visión y mejora su calidad de vida.
Fuentes:
visionsource.com
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