Si tu hijo necesita lentes y no sabes cómo escogerlos ni cómo deben ser, esta información te será muy útil.
Es normal que surjan muchas dudas cuando el oftalmólogo te confirma que tu pequeño debe utilizar gafas para corregir alguna anomalía o defecto en su visión.
Cuando te sumerges en el mundo de la óptica, notas que existe una innumerable variedad de lentes, con diferentes monturas y todo tipo de cristales con características muy particulares. A veces, esto dificulta tomar la decisión correcta.
Además, a algunos niños no les agrada mucho la idea de usar lentes de manera permanente.
Por ello, es importante que, al momento de comprarlos, tu hijo se sienta realmente cómodo con ellos. Pues, pasarán a formar parte de su apariencia física.
Aquí te presentaremos algunos consejos que te ayudarán a elegir los mejores lentes para tu pequeño. Recuerda que se trata de una decisión muy importante, donde deben encontrarse de forma equilibrada el aspecto visual y estético.
Respeta sus gustos
Si el niño tiene la edad necesaria para decidir, es importante que le demuestres que participa en la elección de sus lentes. Pues, será él quien los lleve todos los días.
Cuando hayas escogido varios modelos que se adapten a las necesidades de tu hijo, deja que sea él quien tome la decisión final.
De esta manera, los dos quedarán satisfechos. Él porque su opinión fue tomada en cuenta y tú porque hizo su elección en base a los modelos que ya habías seleccionado previamente.
Cuando los niños deben utilizar lentes por primera vez, a veces se les dificulta mucho aceptarlo. Por eso, es relevante comprar los que más les guste. Así será más fácil acostumbrarse a ellos de manera permanente.
¿Cuál es la mejor montura?
Usualmente, si tu hijo es muy pequeño, es recomendable que la montura que elijas sea de silicona. Pues este material se caracteriza por:
- Ser mucho más flexible.
- Ajustarse mejor a las facciones de su cara.
- Disminuir las posibilidades de que los lentes sufran alguna rasgadura o torcedura.
Mientas que para aquellos niños mayores de cinco años te aconsejamos que se utilicen monturas fabricadas con acetato. Este material destaca por brindar ciertos beneficios:
- Es de alta calidad, así que garantizarás la durabilidad de los lentes.
- Por ser liviano, no le causará molestias a tu hijo cuando use sus gafas.
- Estas cualidades ayudan a disimular mucho más el espesor de los cristales.
Además, tienden a ser más difíciles de partirse que las monturas elaboradas con materiales metálicos o de plástico inyectado. Pues, estos no cuentan con la misma calidad, durabilidad ni maleabilidad.
¿Y si mi hijo es más grande?
Si tu hijo es preadolescente o está entre los nueve y trece años, la opción ideal para ellos son monturas a base de titanio.
Los lentes oftálmicos hechos con este material son sumamente sólidos, ultraligeros y flexibles, pues pesan un 50% menos que el acero.
Así mismo, son hipoalergénicos. Y, por tanto, excelentes para aquellos niños que padecen alguna clase de alergia a los metales como el níquel.
También son resistentes a la corrosión, lo que representa la alternativa perfecta para los niños que sudan frecuentemente. Así como para los que tienen una piel muy sensible.
Además de todo esto, las monturas fabricadas a partir del titanio resisten completamente las condiciones atmosféricas. Esto ya que se adecúan a cualquier tipo de ambiente, tales como la montaña o la playa.
La comodidad es indispensable
Al momento de elegir las mejores gafas para el niño, es indispensable que entiendas que, ante todo, está la comodidad.
En tal sentido, escoge unos lentes oftálmicos que se adapten correctamente a la anatomía de su rostro. Las varillas y las terminales de las gafas que se sitúan sobre las orejas tienen que ser ajustables y flexibles.
Además, se recomienda que las varillas tengan bisagra con muelle para que no se rompan cuando tu hijo se los ponga y quite.
Del mismo modo, es importante que las gafas no se les muevan cuando gire su cabeza o mire hacia abajo. Por eso, deben estar bien ajustadas detrás de sus orejas, pero sin presionarlas demasiado.
En este sentido, tampoco deben ocasionar marcas o molestias. Para ello, se aconseja utilizar “stoppers” en las varillas que ayudarán a mantener los lentes en su lugar.
¿Tu hijo practica algún deporte?
En estos casos, es importante que los lentes sean adecuados y seguros para que tu niño pueda realizar movimientos rápidos sin ninguna clase de dificultad o riesgo.
Sin embargo, es necesario que valores el uso que le dará los lentes, la graduación que requiere el pequeño y si realmente vale la pena invertir en este tipo de lentes oftálmicos.
Sin presiones
El bienestar visual de tu hijo es un tema muy importante. Así que debes tomarte el tiempo necesario para tomar la decisión correcta.
Si tu pequeño no se siente cómodo con los lentes, no querrá usarlos. Así que unas gafas que no se adapten a sus necesidades pueden empeorar la situación. Por ello, te recomendamos:
- Tener paciencia.
- Solicitar ayuda a un oftalmólogo.
- Tomar el tiempo necesario para comparar precios.
- Dejar que tu hijo participe en la elección de sus lentes.
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