Seguramente, ignorabas que sumergirse debajo del agua cuando estás utilizando tus lentes de contacto podría traer grandes riesgos para tu salud. Ya sea nadando en el mar, la piscina, un río o un lago. Incluso lavándote la cara.
Si estás pensando en usar lentes de contacto para mejorar estéticamente o sentirte más cómodo, deberías conocer por qué no es recomendable que estén en contacto con el agua mientras los tienes puestos.
Para ello, partiremos de las recomendaciones de los expertos de la Asociación Americana de Optometría (AOA, por sus siglas en inglés) y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).
Riesgos en el agua
El agua que se encuentra en los lugares mencionados contiene múltiples amenazas invisibles para nuestra vista. Pero, sobre todo, tiene un microorganismo conocido como Acanthamoeba.
Si este lograra llegar hasta tus ojos, podría ocasionar una grave infección que, además de causarte mucho dolor, elevaría tus probabilidades de quedarte ciego.
Por qué nadar con lentes de contacto es un peligro
Aunque todos tenemos el riesgo de contaminarnos por Acanthamoeba, los portadores de lentes de contacto tienen más probabilidades de contraerlo que el resto de las demás personas.
Esto se debe a que las lentillas son una atracción especial para este microorganismo.
Infecciones por parásitos
Los lentes de contacto tienden a causar arañazos microscópicos en la superficie de la córnea del globo ocular. Estos pueden causar queratitis, una inflamación que afecta a la parte frontal y transparente del ojo que envuelve la pupila y el iris.
Esta lesión puede generar una infección en tu córnea. No ocurre en todos los casos. Ello dependerá de la gravedad de la infección, pues puede hacerte vulnerable a sufrir ataques de bacterias, hongos, parásitos y microorganismos.
Sobre todo, cuando el agua entra en contacto directo con la lesión generada por las lentillas. Este líquido es una fuente idónea para la gestación del parásito Acanthamoeba.
Así que, cuando nades con los lentes de contacto puestos, debes tomar las medidas preventivas necesarias para disminuir las posibilidades de sufrir queratitis por Acanthamoeba.
Síntomas
La Asociación Americana de Optometría asegura que los signos más comunes que presentan las personas infectadas de queratitis por Acanthamoeba son:
- Enrojecimiento del ojo.
- Dolor en los ojos.
- Visión borrosa.
- Exceso de lágrimas.
- Sensibilidad a la luz (fotofobia).
- Ojos rojos e irritados de manera prolongada. La irritación no desaparece cuando se remueven los lentes de contacto.
- Hinchazón alrededor de los ojos.
- Sensación de picazón y ardor en la zona ocular.
- Molestias en los ojos.
Si reconoces alguno de estos síntomas o señales de la queratitis, es imprescindible que recurras de manera inmediata a tu especialista en optometría.
Debes saber que, aunque se logre detectar esta infección antes de que cause algún daño irreversible, su tratamiento es extenso y podría acarrear serias complicaciones, que incluyen la ceguera.
Toma precauciones
Por consecuente, es necesario que utilices agua normal para lavar y guardar las lentillas. Los expertos recomiendan usar productos estériles específicos para mantener la debida limpieza y desinfección de los lentes de contacto.
Cada vez que te quites tus lentes de contacto, debes limpiarlos antes de volvértelos a poner. De esta manera, eliminarás los organismos microscópicos ubicuos y ayudarás a mantener tus ojos saludables.
Así mismo, también existe la opción de utilizar lentillas que se desechan diariamente para disminuir las probabilidades de contraer infecciones oculares.
Estas te librarán de llevar a cabo las rutinas de limpiezas cotidianas que muchas veces resultan difíciles de realizar por cuestiones de tiempo. Así, garantizarás unas lentillas nuevas y limpias todos los días.
Sin embargo, es necesario que entiendas que este método no elimina en su totalidad el riesgo de sufrir estas afecciones.
Recomendaciones de higiene
Te aconsejamos seguir al pie de la letra cada una de las indicaciones señaladas por tu especialista en relación a la utilización e higiene de los lentes de contacto.
No trates de ahorrarte dinero llenando recipientes de solución viejos con otros contenidos. Otra de las recomendaciones que realiza la AOA es que debes cambiar el envase portalentes en un tiempo estimado de tres a seis meses.
Además, trata de tenerlo lejos de los cuartos de baños y, entre cada limpieza, mantén el estuche abierto para que se seque.
Alternativas
Si no cuentas con una buena visión y te ves obligado a usar lentes correctivos mientras nadas, no te preocupes.
Existe una alternativa que consiste en que ciertas gafas de natación cuentan con la posibilidad de poder modificarse con lentes correctores que te permitirán disfrutar de una visión 20/20.
Además de que no expones a tus ojos al riesgo, dichas gafas también te ayudarán a resguardar estos órganos del cloro, bacterias, hongos, parásitos y microorganismos que están presentes en el agua.
En este sentido, no creas que puedes usar tus gafas de natación sobre tus lentes de contacto. Aunque parezcas estar protegido, es muy probable que el agua entre e igualmente tenga contacto con tus ojos.
La mayoría de estos implementos se resbalan y no te aseguran una protección infalible para tu vista. Es decir, esta situación también es un riesgo para tu salud ocular.
Deja un comentario