La sonrisa es parte esencial de nuestra imagen, por lo que influye de manera importante en nuestra autoestima. Así mismo, la autoestima depende de varios factores que no se quedan únicamente en lo físico, sino en el relacionamiento social y la salud psicológica.
Sabiendo esto, podemos afirmar que el efecto de la sonrisa sobre la autoestima no depende únicamente de que nos embellezca. También de que es uno de los mejores vehículos de interrelación social y bienestar psicológico.
Sonrisa y belleza
Gran parte de nuestra autoestima recae sobre la apariencia física. De allí, que contar con una bella sonrisa nos haga sentir mejor. Y, al contrario, una sonrisa poco agraciada disminuye nuestro afecto propio.
Afortunadamente, podemos tomar medidas para lograr esa anhelada estética dental. Pero, la apariencia de una sonrisa depende de varios factores. El primero es la forma natural. En ese aspecto, no hay mucho que podamos hacer sin una cirugía.
En segundo lugar, se encuentran factores en los que sí podemos incidir sin necesidad de entrar en un quirófano. Por ejemplo, podemos cambiar la alineación y el color de los dientes.
Aunque es cierto que la forma de los dientes tiene un factor genético, se pueden practicar técnicas para mejorar la dentadura. De hecho, un buen cuidado dental previene y disminuye las manchas en los dientes. Así, podemos cuidar nuestro aspecto estético con los hábitos.
La mejor forma de comunicarnos
Más allá de embellecer nuestro rostro, la sonrisa es el mejor vehículo de comunicación no verbal. Cuando sonreímos podemos comunicar mucho más que diciendo infinidad de palabras.
Sonreír es una reacción que se produce de manera instintiva, por lo que es capaz de revelar lo que realmente sentimos. Además, da una primera impresión de quienes somos. Eso funciona tanto con personas que conocemos como con desconocidos.
Seguramente, te ha pasado que alguien te sonríe y tu reacción inmediata es sonreír también. A la inversa, tú le sonríes a algún desconocido y él no puede evitar devolverte la sonrisa.
Cuando eso sucede, logramos una especie de conexión que aumenta la posibilidad de una buena interrelación con esa persona. A partir de ese momento, tendemos a agradarnos. Es un mecanismo de simpatía.
La autoestima y las relaciones sociales
Como mencionamos anteriormente, la autoestima depende también de nuestras relaciones sociales. En realidad, se trata de un proceso bidireccional. Mientras mejor autoestima tengamos, mejor también será nuestra interacción social.
A la vez, la interrelación con otros contribuirá a aumentar la autoestima. Como ves, es un ciclo que se retroalimenta. Lo que sucede es que, por naturaleza, los seres humanos necesitamos de la aprobación social.
Aunque a veces no nos importe mucho, siempre está presente esa necesidad de relacionarnos de manera eficiente y armónica con otros seres humanos. Bien sean familiares, amigos, conocidos y hasta desconocidos.
En este sentido, la sonrisa facilita la buena interacción social. Podemos asegurar que no solo nos ayuda en la autoestima desde el punto de vista de la apariencia, sino también por su influencia en las relaciones sociales.
La sonrisa y la psicología
Por encima de cualquier otro aspecto, el psicológico es el más determinante sobre nuestra autoestima. Una persona puede ser muy atractiva, adinerada, inteligente y tener muchas relaciones sociales, pero ello no asegura una buena apreciación de sí misma.
Si su mente le dice que no es bella, que es inferior o que no se merece las cosas buenas, tendrá el autoestima baja. En esta autoevaluación, la sonrisa juega un papel importante.
De acuerdo con múltiples estudios en materia neurológica, la simple acción de sonreír genera una serie de impulsos nerviosos. Estos estimulan la activación de zonas del cerebro relacionadas con las sensaciones agradables y la confianza.
Dejar de sonreír
Todo lo que te hemos dicho reafirma lo importante que es sonreír para nuestra autoestima. Sin embargo, cuando una persona no se siente a gusto con su sonrisa, evita sonreír porque le causa vergüenza.
Como sonreír es un acto instintivo, aprenden a sonreír de una manera antinatural. Algunas personas, por ejemplo, se acostumbran a ver hacia otros lados para que no los vean sonreír. Otras agachan la cara, se tapan la boca con las manos o sonríen solo con los labios.
Todo para no mostrar la dentadura. Muchas veces, el deterioro de apariencia de la sonrisa deriva de la presencia de caries causadas a partir de unos inadecuados hábitos de limpieza dental.
También intentan ocultar la sonrisa por tener dientes torcidos o con espacios en medio por la falta de alguna pieza dental. Dientes rotos o manchados son otras causas comunes que afectan la estética dental.
Cómo conseguir una bonita sonrisa
Para evitar estos problemas, te aconsejamos que cuides tu sonrisa responsablemente. Además, te sugerimos la medida oportuna que debes considerar de acuerdo con tu problema:
El color: lo primero es practicar una buena higiene bucal y evitar los alimentos que manchan tus dientes.
Dentadura torcida o con espacios y dientes rotos: tu odontólogo debe determinar la mejor solución para ti. Esta puede ir desde la colocación de ortodoncia hasta la aplicación de carillas.
Dientes faltantes: la mejor solución es la instalación de prótesis dentales.
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