¿Tu oftalmólogo te mandó usar lentes y aún no te decides por cuál? Tranquilo, tus dudas son más comunes de lo que imaginas. Por eso hoy hemos preparado este interesante artículo para ti.
¿Lentes de contacto o monturas? Seguramente las dudas hacen rondas en tu cabeza y no te dejan elegir con claridad. Entonces, ¿te interesa saber que traemos para ti?
Como sabemos que se te ha recomendado el uso de lentes, hoy te explicaremos un poco sus virtudes indiferentemente de sus tipos. Así es, hoy lograrás decidir qué tipo de lente se adapta mejor a tus necesidades.
Y aunque existan muchas diferencias entre los lentes de montura y de contacto, su objetivo principal siempre será el mismo.
¿Ya sabes cuál? Así es, ambos te garantizan una visión óptima.
Lentes de contacto y monturas
Lo primero que debemos asegurarnos es que conozcas qué son en realidad los lentes de contacto. En pocas palabras, podemos decir que es un material fino, curvo y ligero colocado sobre la película lagrimal que cuida y protege la superficie del ojo.
Usualmente son transparentes, aunque también llegan a tener algún color específico. Estas son duras o blandas según la recomendación del oftalmólogo y tu percepción ante ellos.
Por otro lado, los lentes o monturas son cristales sujetos a un marco que se apoya en tu nariz con gomas suaves y en tus orejas. El tamaño y grosor del cristal dependerá del daño o condición en tu capacidad visual.
Vienen en variados diseños e incluso personalizados. Son conocidos como lentes tradicionales y su eficacia es muy buena para corregir algunos problemas asociados con la visión.
Dicho esto, pasemos entonces a lo que hemos venido: ¿lentes de contacto o de montura?
En breve esta sabrás decidir cuál de ellos se adaptará mejor a tus necesidades.
Mitos y realidad de los lentes de contacto
Hablemos un poco sobre los mitos y realidades más comunes y osadas que quizás has escuchado.
- Mito 1: Los lentes de contacto suelen saltar de tu ojo, caer al suelo y perderse para siempre.
Esto es falso. La realidad es que si el lente fue puesto correctamente, tal como es indicado, esto no sucederá. Están diseñados para permanecer en tu ojo, incluso pueden estarlo permanente (aunque esto no debe hacerse).
Si por alguna razón el lente se ha desplazado dentro del ojo o se ha levantado un poco, con el parpadeo volverán a su lugar. De lo contrario, revisa y ajusta manualmente.
- Mito 2: ¡Las infecciones devoran tu ojo! Esto es más sacado de una película de ciencia ficción y terror que de la realidad y ya verás por qué.
Aunque se le atribuyen algunas infecciones oftalmológicas, estas son consecuencia de malos cuidados y hábitos higiénicos relacionados con los lentes.
Si mantienes una rutina de limpieza del lente (tal como es recomendado por el oftalmólogo) o según las indicaciones del fabricante, no tienes por qué padecer algún problema ocular extra asociado a tu lente de contacto.
- Mito 3: si sufres de astigmatismo no puedes usar lentes de contactos. Esto es totalmente falso, las personas con este problema también pueden disfrutar de los lentes de contacto.
- Mito 4: Los lentes de contacto son molestos y también incómodos. Con el avance oftalmológico, existen en el mercado, lentillas blandas que son bastante cómodas e imperceptibles, y en pocos minutos te habrás adaptado a ellas.
Ventajas del uso de ambos tipos de lentes
Con el uso de ambos lentes lo principal es corregir el problema visual, ¿correcto?
Entonces hablemos de sus ventajas y los beneficios que ofrecen en conjunto. ¡Acompáñanos!
A pesar de su diseño distinto, a la hora de usarlos ambos modelos logran corregir el molesto astigmatismo, enfermedad visual capaz de causar distorsión en la visión.
Ambos deben ser limpiados con regularidad y en los dos casos el proceso es bastante sencillo. Para las gafas la limpieza debe hacerse varias veces al día según el grado de contaminación en ellas.
Debes rociarlas y limpiarlas con agua o algún limpiador de cristal recomendado. En el caso de los lentes de contacto, higieniza la lentilla al menos una vez al día.
Esto lo harás en su estuche de limpieza con la solución recomendada por tu oftalmólogo. Recuerda asear bien tus manos con jabón y agua abundante antes de manipularlos.
Las gafas y los lentes de contacto se pueden adquirir a precios muy variados. Si tomamos en cuenta el tiempo que los vas a utilizar durante su vida útil, podemos afirmar que son asequibles. Y lo más importante: te permitirán ver con normalidad.
Otras ventajas y razones
Tanto los anteojos como los lentes de contacto ofrecen soluciones para mejorar tu visión. Dependiendo de tu condición ocular, pueden ser bifocales o multifocales, lo cual te ofrece una visión amplia y precisa de tu entorno.
Ambas se adaptan mejor a tu estilo de vida según la ocasión. Después de todo, si se te ha sugerido el uso de lentes correctivos y tienes la posibilidad adquiere ambos.
Recuerda, la libertad de ambos lentes dependerá de tus exigencias. Por ejemplo, si haces deportes o alguna actividad física los lentes de contacto serán una opción más recomendable.
Si decidiste pasar el día en casa, las gafas convencionales será la opción más práctica y cómoda para ti.
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