Un implante dental es un poste de titanio que reemplaza la raíz de un diente. Se coloca de forma quirúrgica debajo de la línea de las encías en el hueso del maxilar o de la mandíbula, lo cual le permite al dentista colocar dientes artificiales o un puente en el área.
Ahora bien, un implante no se suelta. No se parece en nada a una dentadura postiza. Este método quirúrgico beneficia considerablemente la salud dental del paciente ya que no cumple la función de puente, no se ancla.
Para considerar la aplicación de implantes debes tener encías saludables y los huesos adecuados para soportarlos.
En este sentido, si el hueso es blando o muy delgado no se podrá sostener el implante. Ante esto, necesitarás un injerto o una elevación del seno maxilar, en caso de que no haya suficiente desarrollo óseo en la mandíbula superior.
También es necesario si los senos paranasales se encuentran cerca de la mandíbula.
¿Cómo funcionan los implantes?
Los implantes se fusionan al hueso del maxilar o de la mandíbula, proporcionando un soporte estable para los dientes artificiales. Las dentaduras y los puentes artificiales no se moverán en la boca. Por eso no tendrás nada de qué preocuparte cuando comas o hables.
Este ajuste te hará sentir mejor. Se sienten más naturales en la cavidad bucal que los incómodos puentes o dentaduras tradicionales.
Así mismo, para colocarlos no es necesario preparar dientes adyacentes.
Eso sí: el paciente debe comprometerse a mantener esta estructura sana mediante la higiene oral y las visitas regulares al médico, todo con el fin de proporcionar durabilidad a los implantes.
Son una solución dental confiable, que reemplaza con efectividad los dientes perdidos por cualquier razón. Las personas que se atreven a probar este método lo hacen porque funciona.
En los últimos cuarenta años la aplicación de esta técnica dental se ha considerado como uno de los progresos más significativos de la odontología.
Tiempo de duración
Duran mucho. Un paciente puede tener más de 20 años usando el implante. En la odontología han existido casos en los que un paciente conserva un implante durante 50 años. Cuando se trata de reemplazar dientes o la dentadura entera, esta es una buena opción para ti, sin duda alguna.
Por otro lado, la Asociación Dental Americana sugiere dos tipos de implantes seguros.
Uno de ellos son los implantes endosteales, los cuales se colocan tras una cirugía de forma directa en el hueso del maxilar o de la mandíbula. Luego de la sanación del tejido alrededor de las encías, se realiza otra operación, con el fin de conectar la pieza con el implante original. Por último, el diente o los dientes se unen al poste individualmente.
Por otro lado, los implantes subperiósticos son un marco de metal que se inserta en el hueso del maxilar o de la mandíbula, debajo del tejido de la encía, para ser exactos. Este implante también se coloca en los postes.
¿Cuáles son las ventajas de los implantes?
Una vez insertado el implante, podrás disfrutar de todas las ventajas que trae esta eficiente técnica odontológica. La sensación de naturalidad es inmediata y la dentadura recibe salud como resultado.
Igualmente, la estética tiene cambios positivos. Ya no hay que preocuparse por sonreír y verse mal. La imagen del individuo mejora y puede liberar carcajadas sin necesidad de controlar los labios.
Tampoco se siente el implante. La inserción es tan sencilla y práctica que se refleja una sonrisa agradable sin notarse lo artificial. De hecho, el paciente mejora considerablemente al comer, porque puede masticar sin problemas.
Deja de existir el dolor y es como si tuvieras dientes nuevos y renovados.
¿Pueden presentarse problemas con los implantes dentales?
Sí. No se pueden descartar. Pueden manifestarse antes, durante o después de realizar el proceso quirúrgico.
Lamentablemente, con el pasar de los años el desgaste de los dientes afecta a los huesos de la cavidad bucal. Empiezan a reducirse. Si este es tu caso, debes saber que se necesita un hueso adecuado para que la inserción sea apropiada y el proceso pueda completarse con éxito.
Afortunadamente sí hay solución para este problema: se puede recurrir a un injerto óseo. Existen diferentes técnicas y materiales en este proceso que pueden promover el desarrollo adecuado del hueso. Sea cual fuere el caso, lo más rápido es la realización del injerto.
¿Qué puede ocurrir en la etapa de implantación?
Ya no deberían surgir problemas, porque el especialista tuvo que haber realizado un diagnóstico previo de tu dentadura, encías y huesos. Según expertos de la odontología, la probabilidad de que ocurra algún un incidente es de un 2 por ciento.
Después de la operación
Si se descuida la higiene y no se acude a ningún tratamiento recurrente, como consecuencia el implante se va deteriorando, convirtiéndose en un riesgo latente para tu salud.
Incluso se puede producir una infección. Nadie está exento. La falta de higiene es el principal factor generador de bacterias, causantes de dolor, enrojecimiento de las encías y posteriormente sangrado.
Se recomienda que se trate a tiempo la infección para evitar daño de gravedad en la cavidad bucal.
¿Cómo se pueden dañar los implantes?
Con el uso frecuente del tabaco, el paso de los años tras la educción del hueso o una reacción negativa al titanio.
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