En nuestro organismo muchas cosas se desarrollan sin la necesidad absoluta de florecer. Explicándolo de otra manera, no necesariamente deben aparecer expuestas en la superficie para que actúen dentro de nuestro sistema.
Esto es algo muy común de las enfermedades, cuyo ataque suele darse en lo más interno de nuestro cuerpo, de acuerdo a la estructura de cada una de ellas. Pueden permanecer ocultas durante mucho tiempo, sin ocasionar ningún malestar. Por eso siempre es útil saber qué ocurre internamente debajo de la piel.
La odontología no es la excepción. En ese sentido, las radiografías permiten que los especialistas obtengan una visión completa sobre el área bucal de sus pacientes. Así hallarán algún tipo de padecimiento, en caso de que exista.
Radiografías odontológicas
Existen enfermedades que azotan a nuestra boca y que, como ya señalamos, no tienden a notarse claramente en la superficie. Es por eso que el dentista está obligado a utilizar esta herramienta para determinar con exactitud la situación por la que atraviesa el paciente.
Otro de sus usos, y tal vez el menos esperado, es mostrar cuando una enfermedad se ha expandido y alcanza a zonas poco comunes. Por ejemplo, la caries tiene una serie de fases en las que se puede expandir hasta afectar el nervio del diente..
De igual manera, este estudio puede verificar el desarrollo de nuestros dientes y determinar si las piezas crecen en la dirección correcta.
A nivel maxilar, esta es capaz de revelar lesiones causadas por impactos, desperfectos óseos o tumores en la región. De ahí su importancia como elemento previo a un tratamiento agresivo, incluso a una intervención quirúrgica.
¿Cuándo se usan las radiografías odontológicas?
El dentista es el único encargado de determinar si es necesaria una radiografía odontológica o no. Esto lo decidirá dependiendo de la circunstancia en la que se encuentre cada paciente. Algunos dentistas lo manejan en un plano más común y lo toman como un aliado perfecto cuando realizan la revisión anual o semestral a la persona en cuestión.
Dada su rapidez para arrojar resultados, permite salir con facilidad del chequeo, detectando si se sufre o no de alguna molestia, dependiendo del tipo de estudio.
Tipos de radiografías odontológicas
Este examen cuenta con varias versiones y en cada una de ellas tiene un propósito en específico. Es poco probable que disminuyan los beneficios de las radiografías, así que la lista de seguro sumará nuevos ítems con el pasar de los años.
A continuación, los tipos de radiografías:
- Radiografía interproximal. Esta tiene como finalidad revelar la parte superior e inferior de la corona de cada diente. Para ello, el paciente es obligado a morder una muestra pequeña de papel.
- Radiografía periapical. Se utiliza para mostrar toda la estructura dental, de inicio a fin.
- Radiografía oclusal. También conocida como palatina, es capaz de lograr una toma amplia de cada una de las piezas dentales. A diferencia de la anterior, no muestra tantos detalles.
- Radiografía panorámica. La de mayor alcance y también la más conocida. Esta logra tomar con exactitud un área mayor. Puede enseñar desde problemas en la mandíbula hasta lesiones en las piezas, no se recomienda para detectar caries en fases iniciales.
- Teleradiografía. Con un fin más óseo, se encarga de analizar los huesos del cráneo que tengan relación con la estructura dental, previo a la realización de un tratamiento.
Tecnología como plus
Los avances tecnológicos no dejan de sorprender y gracias a ellos somos capaces de adelantarnos a situaciones que antes eran detectadas muy tarde. Por eso, los odontólogos cuentan con una radiografía que va más allá de las descritas en los párrafos anteriores: la TAC dental.
Más que una radiografía, es un escáner que toma diferentes imágenes desde distintos ángulos del lugar para ser procesadas por un ordenador. Luego, la máquina muestra un resultado en tres dimensiones. Se le considera la más segura de todas por su poca cantidad de radiación, y se utiliza cada vez más.
Beneficios de las radiografías
De entrada, las recomendamos pues su uso es más que seguro, por eso sus beneficios siempre serán más que sus contras. Sin embargo, recuerda que la última palabra es de tu dentista de confianza.
Es bueno saber que estos procesos no causan dolor, pues no involucran utensilios que tengan impacto directo sobre la estructura de tu boca o cualquier otra área. Para los tratamientos dentales, esta herramienta pasa a ser una de las más efectivas del momento. Es muy rápida, por lo que se utiliza para hallar padecimientos y soluciones con rapidez. Va acorde con la velocidad con que se maneja la sociedad moderna.
Riesgos de la radiografía odontológica
Mínimos, pero no imposibles. Los riesgos que conlleva someterse a una radiografía dental se encuentran relacionados con personas sin preparación y menor responsabilidad profesional. Sin embargo, si tu médico es de confianza, puedes tener la seguridad plena de que el proceso será eficiente.
La exposición a la radiación es mínima, por lo que este aspecto no resulta problemático, incluso en el caso de las mujeres embarazadas que pueden hacerse esta radiografías con total seguridad para ellas y para sus hijos teniendo las precauciones básicas y sencillas, eso sí, siempre bajo la supervisión de un Dentista
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