Todos sabemos que la sonrisa es una de nuestras principales cartas de presentación
Sí, también los ojos o el cabello son puntos para recordar fácilmente en el rostro de alguien, pero la boca tiene algo que va más allá: tiene la capacidad de permitirnos ser recordados en buena o mala manera.
Si eres de las personas que cuenta con buenos hábitos de limpieza, seguro podrás presumir de ser de esos con una salud oral envidiable.
De lo contrario, sufrirás graves consecuencias que, si en principio pueden detectarse y posteriormente eliminarse, no hacerlo llega incluso a atentar contra nuestra vida.
Principales enfermedades bucales
Debes tener algo muy claro: esto no se limita solamente a nuestros dientes. El hecho es que existen enfermedades que pueden poner en riesgo la existencia de quien las padece. Así que lo mejor es que conozcas a los principales padecimientos y sus síntomas, para que acudas a un especialista en caso de verte comprometido:
Caries. Un clásico que padece más del 96% de la población mundial. Esto se genera por el desgaste del tejido dental a causa de los ácidos que producen las bacterias que habitan normalmente en nuestra boca y que si no es detectada a tiempo provoca perforación del esmalte que llega a la dentina y hasta la pulpa o nervio dental, produciendo os terribles dolores de muelas.
Gingivitis. Las bacterias también pueden afectar las encías y se además se combinan con el sarro o cálculo dental provocarán inflamación e infección de las encías, que podrían sangran cuando te laves los dientes.
Periodontitis. El tercer paso y uno en el que las alarmas suenan con mayor fuerza. En este momento, los microbios invaden más allá y toman presencia en lugares muy peligrosos, especialmente en el hueso que sostiene cada diente. Las encías sangran y es muy probable que el diente afectado se mueva y puede llegar a desprenderse.
Cáncer. El consumo de tabaco ya sea fumado o masticado, los irritantes como el alcohol y el picante, la irritación por prótesis mal ajustadas o dientes fracturados puede provocar cáncer bucal.
Halitosis. Conocido popularmente como mal aliento, es el resultado de hábitos alimenticios e higiénicos. El desequilibrio entre uno y otro brinda mayor vida y espacio a las bacterias, las cuales, junto a la comida descompuesta en la boca, crean un olor repulsivo.
Cómo acabar con estos padecimientos
Para poder mantener a raya cada aspecto de los que hemos presentado anteriormente, se debe cumplir con una tarea que requiere de mucha disciplina.
Mantener buenas rutinas de limpieza bucal es responsabilidad de todos y es obligatorio tener conciencia de esto en casa.
1.- Atención a los niños y tercera edad. En las etapas muy tempranas de la vida deben crearse los hábitos. En años muy avanzados se deben hacer los ajustes pertinentes. En los mayores de casa se debe cuidar con atención la boca, pues el desgaste natural hace más vulnerable esta región, mientras que en los niños se debe estar al tanto de la limpieza y la aparición de las primeras piezas.
2.- Evita los refrescos. La composición de este tipo de bebidas atenta fuertemente contra el esmalte dental, haciéndolos propensos a padecer de sensibilidad dental. Lo que se aconseja es no eliminarlas sino controlar su ingesta, pues también tiene un peso importante sobre otros órganos.
3.- No consumas azúcar en exceso. Una sugerencia similar a la del punto anterior, y es que los alimentos ricos en azúcar, sobre todo las golosinas, son los causantes principales de las caries. Ya sabemos en lo que esto puede desembocar, sobre todo en problemas de tu sistema sanguíneo. Hazlo con control y limpia tus dientes tras comerlos.
4.- No fumes. Por tu bien y en todo sentido. El problema que el tabaquismo puede tener sobre tu cuerpo no conoce de límites, pero en la boca cuenta con una enorme responsabilidad. Este vicio es muy costoso (económicamente hablando), así que cuídate en todo aspecto. Su consumo, como es conocido, es uno de los principales elementos a cuidar en pacientes con cáncer.
5.- El mejor aliado. el cepillo. La herramienta maestra para el cuidado de tu boca. Compra uno que tenga cerdas suaves y cámbialo cada tres meses, pues su uso frecuente acorta su tiempo de vida útil.
6.- No te cepilles con fuerza. La mecánica determina muchas cosas, pero la fuerza no lo hace. Que te cepilles con agresividad no eliminará lo que ya está instalado. Todo lo contrario, puedes causar un accidente y maltratar tus encías. Tómate el tiempo suficiente para limpiar cada pieza.
7.- Usa hilo dental y enjuague. Aliados que combaten los principales males orales. El primero se encarga de remover los residuos de alimentos que se ubican en zonas difíciles de alcanzar para el cepillo y que, después de un tiempo, se descomponen. Por su parte, el segundo sirve como una solución para eliminar la placa dental y combatir el mal aliento.
8.- Visita al especialista. Para bien o para mal, el dentista siempre debe revisarte. Si pasas por una enfermedad en la zona, este será el indicado para recomendar los correctivos a utilizar y así eliminar la afección. Pero si presumes de una salud bucal óptima, también debes hacerlo. Hazlo una o dos veces al año.
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