No cuidar de tu salud dental es no cuidar de todo tu cuerpo. Si crees que solo se trata de tener dientes blancos, te equivocas. Recuerda que nuestra boca tiene una importante conexión con otros órganos del organismo, incluido el corazón.
Cuando crecemos, pasamos por una etapa clave en la que los dientes permanentes se instalan. Es ahí cuando debemos tomar cartas en el asunto para dar pasos importantes en su estructura. No los descuides y deja que tu sonrisa sea siempre recordada de manera positiva por todos.
Si haces todo al pie de la letra y acudiendo a un especialista, podrás evitar las enfermedades comunes que padecen los dientes:
- Caries: grietas presentadas en las piezas por el desarrollo de la placa dental.
- Gingivitis: malos hábitos (tabaquismo y consumo de alcohol incluido) que inflaman las encías.
- Periodontitis: infección de las encías que llega hasta el hueso que sostiene el diente. Conlleva también sangrado de la zona.
- Halitosis: Mal aliento. Consumo de alimentos sin la debida limpieza, así como de bebidas y productos que poco ayudan a tener una higiene adecuada.
Llévalo con cuidado
Para contar con dientes saludables no solo se necesitan buenos hábitos de limpieza. Por eso, debes evitar el consumo excesivo de ciertos alimentos y bebidas que a continuación te presentamos:
- Cítricos. Jugo que tienen un efecto positivo en varias áreas de nuestro organismo, sobre todo para mantener altas nuestras defensas, pero que a nuestros dientes suelen impactar. Sus ácidos son los que mayor daño hacen, causando caries y generando sensibilidad dental; pero no te pedimos que dejes de consumirlos, una opción es hacerlo con pitillo o enjuagarte la boca inmediatamente después de beberlo.
- Azúcar. Un enemigo común. Intenta reducir su ingesta, pues te anotarás en un ganar-ganar al ver sus resultados en tu cuerpo. En el caso de los dientes, son de los alimentos que más daño hacen, siendo sinónimo de caries. Las golosinas traen consigo una gran cantidad de azúcar, instalándose en la superficie y originando la placa bacteriana.
- Hielo. Prohibido masticarlo. Al tratarse de agua en estado sólido, el impacto que genera atenta contra la estructura, agrietándola y produciendo sensibilidad en las piezas.
- Bebidas energéticas. Al igual que con los cítricos, se aconseja una pajita para consumirlas, pues suelen influir de forma negativa sobre la superficie, atentando contra el esmalte dental.
- Frío o caliente. Aplica para alimentos y bebidas. Su impacto es en el interior del diente por la inflamación que genera en los vasos sanguíneos del mismo. Esto deriva en alta sensibilidad, algo que causa mucho dolor en el paciente.
- Vino. Específicamente el tinto. Por su conformación, esta bebida es capaz de manchar el esmalte dental, pero solo de manera excesiva. De hecho, tomarlo de forma moderada es beneficioso para nuestro organismo.
- Ajo y cebolla. Elementos relacionados con el mal aliento. Si bien son de uso común en la cocina, no se debe hacer de manera indiscriminada, pues los residuos que quedan en la boca se descomponen y crean un olor nada agradable. Si puedes sustituirlos al cocinar, ten en cuenta opciones como el perejil y la albahaca.
- Café. Un clásico para cualquier momento del día, sobre todo en las mañanas. Este famoso acompañante para mantenernos activos interfiere contra el esmalte, manchando la zona si no se limpia a tiempo. Ponle límite a su consumo y también le harás un favor a tu sistema nervioso.
- Frutos secos. Son muchas las personas que lo toman como una merienda, pero, a pesar de ser positiva para nuestro organismo, debemos cuidar su ingesta, pues, como en el caso del hielo, su estructura daña las piezas.
- Almidones. Para verlo de una manera más clara: pasta, arroz y papas. Esta serie de alimentos se metabolizan en azúcar, uno de los más grandes enemigos ya mencionados para nuestros dientes.
- Ya explicamos lo que puede hacer el vino, pero con otras bebidas alcohólicas hay efectos distintos. Consumirlas en exceso produce deshidratación, lo que se traduce en una boca seca. A falta de salivación, los dientes no quedan protegidos, siendo más propenso a sufrir caries.
- Alimentos pegajosos. Algunas golosinas tienen una composición viscosa y que se adhieren con facilidad a nuestros dientes. Este es un mal directo a la pieza, instalándose y trasfiriendo sus elementos al diente. Si te cepillas después de consumirlos, podrás cuidarlos de mejor manera.
Los hábitos
Para evitar este tipo de situaciones generados por los puntos expuestos, lo más sensato es cumplir con una dieta balanceada, lo que hará bien a tu organismo, no solamente a tus dientes. Evitar el exceso es la clave para una vida larga y saludable.
Recuerda que eres lo que comes, pero también lo que no. Tu nutrición es un tema que no debes dejar a un lado, así que mantén orden en la cocina para que puedas disfrutar de los alimentos con responsabilidad.
Tampoco olvides los buenos hábitos de limpieza. Limpiar los dientes no solo es tarea del cepillo, también debes integrar el uso de hilo dental y enjuague además de visitar al menos dos veces al año al dentista.
Deja un comentario