El dolor de los dientes no siempre tiene que ver con la caries. En ocasiones, las molestias pasan por otra serie de situaciones, y una de ellas es la sensibilidad dental que se presenta cuando se desgasta el esmalte que protege a la dentina en cuyo interior se aloja el nervio dental; así que la pieza se hace más vulnerable.
Esto se puede deber a una técnica de cepillado inadecuada o por el inevitable paso de los años y su impacto sobre los dientes.
¿Qué es lo que causa la sensibilidad dental?
Diversos factores y motivos intervienen para que se presente la sensibilidad dental, y estos son los principales:
- Mal hábito en el cepillado dental. La acción de retirar las bacterias es algo que algunos interpretan de forma exagerada. Si te cepillas los dientes con demasiada fuerza o con cepillo de cerdas duras no lograrás eliminar más placa dental, sino que desgastarás el esmalte dental y con ello la protección de la dentina, que como dijimos antes es e tejido que recubre a los nervios, así que si esa protección habrá dolor frecuente.
- Cepillo dental viejo. Un cepillo que no tenga las cerdas parejas dañará el esmalte, así que debes cambiar el cepillo cada tres meses o antes si observas que está dañado.
- Uso de dentífricos con bajos niveles de flúor, uno de los elementos responsables del cuidado de las piezas.
- Retracción de las encías, causada una mala técnica de cepillado que daña las encías en vez de limpiarlas; también puede deberse al paso del tiempo.
- Alto consumo de alimentos ricos en azúcar o elementos ácidos. Los refrescos, golosinas y bebidas energéticas suelen conformar este coctel que poco ayuda a la estructura.
- Hábitos negativos. Si eres de esas personas que casi de manera involuntaria incurre en situaciones en las que rechina los dientes o los aprieta constantemente, te darás cuenta que no son tan fuertes como antes. Otros lo repiten incluso cuando duermen, por lo que se recomienda el uso de un protector bucal.
- Caries, esos enemigos de los que pocos salen librados. Esto atenta contra el esmalte, entre otra serie de defectos que conlleva la falta de mantenimiento sobre los dientes.
- Tratamientos antiguos. Los tratamientos dentales requieren supervisión y cuidados constantes, naturalmente con el paso del tiempo pueden requerir ajustes o hasta su cambio, por eso recomendamos visitar al Dentista dos veces al año, incluye una cita para tratar el tema.
- El blanqueamiento dental causa sensibilidad, pero no por mucho tiempo. No temas si esto sucede, pero si se mantiene con el pasar del tiempo, acude al especialista.
Todo tiene solución
Frente a esta larga lista de casos lo mejor es cuidarse. La moderación en necesaria para obtener resultados óptimos, así como lo es ceñirse a las mejores rutinas y hábitos en pro de una dentadura fuerte y saludable.
Recuerda de entrada que hoy por hoy existen cremas dentales que son específicamente fabricadas para aquellas personas que padecen la dolencia. Inténtalo en primera instancia antes de pasar a las siguientes consideraciones:
- El primer paso es detectar el origen del problema. En los ítems ya presentados tendrás una serie de hechos en los que podría existir una o varias coincidencias según tu caso, lo que permitirá que plantees una estrategia para combatirla.
- Cambia de forma periódica tu cepillo dental. Hazlo cada tres meses, pues esta herramienta está destinada a tener un desgaste avanzado por su constante uso.
- Cuida tu mecánica para evitar accidentes, intenta llegar a cada zona y usa antes el hilo dental para remover bacterias de aquellas regiones difíciles de alcanzar.
- Modera tu dieta, esto te permitirá ayudar a tu organismo a regular varios aspectos, y en tus dientes no se verá reflejado el impacto de aquellos que gozan de altas cantidades de componentes que hacen mal al área.
- Si el caso va más allá y decides ir con el dentista, este aplicará un esmalte especial capaz de crear una película protectora. Este, generalmente con alta carga de flúor, fortalece las piezas de manera inmediata.
Hecho en casa
Algunos elementos de nuestra cocina pueden hacer frente al padecimiento, esto siempre y cuando no se trate de casos extremos, donde la única opción es acudir al odontólogo.
Si lo tuyo no es tan complicado, presta atención a los siguientes consejos:
Diluye una cucharada de bicarbonato de sodio en agua para crear un enjuague. Sus propiedades son capaces de que la mezcla fortalezca la dentadura. Lo propio puede suceder con la sal, la cual va removiendo poco a poco la cantidad de bacterias encontradas. Puedes hacer gárgaras con la solución al despertar y antes de dormir.
El jengibre es uno de los principales aliados para esta región. Sus elementos pueden combatir padecimientos que afectan la garganta, y también es de mucha ayuda para nuestros dientes. Puedes rallarlo y colocarlo en las piezas afectadas.
El aceite de mostaza es recomendado. Si lo frotas con tus dedos sobre la zona verás resultados a mediano plazo. Lo mismo con el de canela.
La pimienta de cayena es importante por ser considerada antioxidante. Su uso es prácticamente infinito para distintas dolencias en nuestro cuerpo, lo que también le permite ser de interés para este tipo de casos. Haz gárgaras con la mezcla del producto con agua. Hazlo dos veces al día.
Sin embargo, antes de aplicar cualquier de estos remedios sencillos recuerda consultarlo con tu odontólogo de confianza.
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