La ambliopía se caracteriza como una afección en uno de los ojos que no se haya desarrollado correctamente. Durante la niñez puede darse un mal desarrollo ocular, lo que ocasiona una mala visión en el futuro. A este tipo de defecto en el ojo se le conoce también como “ojo perezoso”.
De modo que cuando un ojo desarrolla una perfecta visión y el otro no, a este último se le conoce como ojo ambliópico. Generalmente, la ambliopía afecta a uno solo de nuestros ojos. En caso de que los afecte a los dos, esta condición sería reconocida como ambliopía bilateral.
Este tipo de condición que afecta a nuestros ojos es muy común, 3 de cada 100 personas sufren la enfermedad. En este sentido, la mejor forma para corregir la ambliopía es durante la niñez.
Ambliopía en los niños
De manera natural los bebes desarrollan capacidades para mejorar la visión. De modo que cada vez que hacen uso de la visión, esta mejora obligatoriamente. Existen diferentes cambios a los que está habituado el ojo de un bebé y que le permite desarrollarse. Por ello, para tener una visión ideal más adelante, es importante que el desarrollo sea equitativo. Es decir, cada ojo debe evolucionar a la par del otro.
Cuando un pequeño tiene una visión afectada por la ambliopía es posible que el desarrollo de su vista no sea el adecuado. Inclusive podría perder la visión del ojo en cuestión, dada la formación inadecuada.
Por lo general la visión se desarrolla durante los primeros años de vida. De igual manera, es posible que no exista ningún cambio significativo en sus capacidades más adelante.
Si la ambliopía no es tratada a tiempo puede generar diversos problemas visuales. Esto puede afectar la transición normal de la vista desde la infancia a la adultez, y algunos problemas de carácter permanente. Se pierde la percepción de profundidad visual, ya que se trabaja con un solo ojo. De hecho, un ojo enfermo puede afectar incluso el correcto funcionamiento del otro.
Ambliopía en la adultez
Cuando el paciente no trata a tiempo la ambliopía durante la niñez, los efectos negativos durante la etapa adulta serán graves. Ante la necesidad de forzar la vista para poder ver mejor, el ojo bueno puede deteriorarse. Incluso puede llegar a perderse por completo la visión del ojo bueno a causa del sobrecargo al que está expuesto, que en circunstancias normales sería compartido con el otro ojo.
En este sentido, es importante que la revisión se realice edad temprana. Es sencillo darse cuenta cuando un ojo se encuentra afectado. La misma persona, e incluso sus familiares, pueden percatarse de que un ojo está fallando. Existen gestos significativos que sirven para detectar la ambliopía.
Lo importante es visitar un oftalmólogo para que evalúe su vista mediante un examen de rutina.
La ambliopía refractiva
Cuando la refracción afecta el ojo, los rayos de luz no se enfocan adecuadamente sobre la retina. Un enfoque adecuado de luz sobre la retina permite que nuestro ojo pueda asimilar una imagen. De modo que la refracción implica que nuestros ojos tengan una visión borrosa.
La ambliopía refractiva, entonces, estaría compuesta de dos enfermedades al mismo tiempo. Esta composición ocasiona que cada ojo tendrá un error refractario diferente al otro. Esta enfermedad provoca que el cerebro haga uso del ojo que se encuentra en mejor condición, lo que ocasiona a su vez que el otro ojo deje de funcionar.
En principio, esta enfermedad se puede corregir con el uso de anteojos durante la niñez, lo que ayuda a mejorar el error de refracción en cada uno de los ojos. Posteriormente, se aplicarán los tratamientos necesarios en cada caso. Y si es necesario, se ejecutará una cirugía correctiva que permita mejorar la visión en ambos glóbulos oculares.
Los síntomas de la ambliopía
En algunos no es tan fácil reconocer la ambliopía en la niños, especialmente si no se tiene conocimiento del tema. Asimismo, un niño puede ser incapaz de reconocer que padece la enfermedad, a menos que exista una condición visible que permita detectarla, por ejemplo, un ojo mal alineado. En términos generales podría no existir forma de darse cuenta que esta condición afecta el ojo.
Sin embargo, se pueden considerar algunos síntomas, aunque siempre será definitiva la evaluación de un especialista. Debes estar atento ante los siguientes:
- Que cierres los ojos casi por completo para tratar de ver una imagen.
- La forma en que inclines o coloques la cabeza intentando hallar un ángulo adecuado.
- Tener un ojo desviado en cualquier dirección que no sea normal.
Igualmente, puede suceder que tengas dolores de cabeza de forma muy seguida. Esto tal vez se deba a la forma en que forzamos la vista. Por ello, es importante tener en cuenta estos síntomas. Conocer cómo puede afectarnos la enfermedad hasta el punto de perder la visión. Si piensas que padeces de esta condición, lo mejor es que recurras tan pronto como sea posible con un especialista.
La corrección de la ambliopía debe realizarse de forma temprana, es decir en la niñez. Todo debido a que en la adultez puede que el problema esté muy avanzado, lo que dificultará las correcciones posibles.
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