Algunos saben que tienen caries dentales porque sienten dolor, otros por la sensibilidad dental y algunos “afortunados” nunca han sentido nada pero en su última revisión con el dentista le dieron un diagnóstico claro, ahora si estos tres grupos de personas decidieran hacer caso omiso de todos los signos y consejos ¿Qué pasaría? Entérate de todo a continuación.

Primero que nada debemos saber que la caries dental se presenta de diferente manera en cada persona y un factor determinante es la celeridad del tratamiento odontológico, que aunque suene ridículo hará toda la diferencia entre sentirte mal u olvidarte que alguna vez en tu vida sufriste de cavidades dentales.

No hay un día que pase donde nuestra cavidad oral no aloje partículas de alimentos y bacterias orales a la que se conoce como la famosa placa bacteriana, la misma genera ácidos que dan paso a la desmineralización de los tejidos orales y consigue penetrar sin ningún problema cuando no tienen atención ni tratamiento dental, si tenemos malos hábitos de higiene bucal y llevamos una alimentación repleta de azucares y almidones lo peor que pasará es perder piezas dentales.

Aunque el reconocimiento de una caries dental es algo simple porque son visibles, en muchos casos se forman entre los dientes o lugares escondidos por lo tanto generará problemas de forma silenciosa hasta que sea demasiado grande, ahí está la importancia de asistir al dentista de forma periódica (mínimo 2 veces al año) y que sea el especialista quien nos diga que estamos libres de patologías.

Con el tiempo las caries van penetrando progresivamente desde el esmalte dental hasta las capas más profundas del diente, por esa razón la atención dental temprana ahorra dinero, problemas, tiempo y dolores. Ahora ¿Qué pasa si dejamos pasar el tiempo? Esto es algo que muchos pacientes hacen decidiendo dejarlo a un lado olvidándose por completo del asunto.

En las primeras fases como mencionábamos anteriormente es difícil detectar las caries en los dientes si están en lugares escondidos y más si cursan de forma asintomática. En este sentido el odontólogo es quien tendrá la oportunidad de realizar un examen oral detallado e indicarnos que está sucediendo con nuestra salud bucal.

La siguiente fase se acompaña de ataques por parte de las caries hacia la dentina haciendo su presencia más evidente a la vista, en este momento se acompañará de dolor agudo por lo tanto el uso de analgésicos y antiinflamatorios está recomendado, pero la verdad es que estos fármacos no harán absolutamente nada contra la caries, por eso es vital acudir al odontólogo y que sea él quien determine cuál es la mejor opción de tratamiento para frenar el problema.

Si el tejido del diente es afectado también se encontrará daño en los ligamentos periodontales, el hueso y las encías ocasionando un dolor más intenso que seguramente te molestará la mayor parte del día. En las últimas fases las caries perforan las piezas dentales llegando a debilitar su estructura ya mermada donde en el peor de los casos la persona perderá el diente, ¿Cómo evitamos esto? Pues tratando las caries cuanto antes, además teniendo en cuenta que dependerá de cada paciente y el estado de la cavidad, cuál será el tratamiento o protocolo de actuación.

Las técnicas utilizadas van desde el sencillo empaste que nos hará olvidar el dolor y molestias, hasta la técnica de implantología dental en el caso que la caries haya afectado una extensión grande que termino por tirar el diente de su posición, no solo existen estos dos extremos también hay otras soluciones estéticas y funcionales intermedias, gracias a ellas es posible recuperar regiones cuspídeas de las piezas dentales.

Más allá de todas las técnicas que se facilitan para recuperar la estructura dental es importante hacer hincapié en que el método más barato, fácil y efectivo para luchar en contra de las caries es la prevención en toda su extensión.

El buen cepillado, uso del hilo dental, enjuague bucal, reducir la ingesta de dulces y bebidas que desmineralicen nuestros dientes harán que no tengamos problemas orales, y si a esto también le sumamos la visita de carácter semestral a nuestro dentista de confianza, podemos dar por sentado que las caries que aparezcan (si es que llegan a aparecer) apenas serán un pequeño susto que curaremos en una sola sesión disminuyendo dolores, problemas y consecuencias colaterales.