Seguramente todos en el planeta sabemos que hay gastos que, si somos previsores, podemos programar, pero también sabemos de sobra que hay muchos otros que nos toman por sorpresa. Contar con un seguro para la visión puede ayudarnos de alguna manera a organizar nuestro presupuesto un poco mejor.
Para nadie es desconocido que en estos tiempos ya nos da miedo atender las llamadas telefónicas donde nos ofrecen todo tipo de planes de seguro, protección, previsión y muchos otros “productos”, por supuestamente mínimos desembolsos, pero que no todos necesitamos. La larga lista de supuestos beneficios nos la dicen tan rápidamente como si fuera el menú de la hamburguesería o de la pizzería más popular, por lo que mejor optamos por un simple no gracias, o en algunos casos aceptamos, “al fin que el cargo mensual a la tarjeta de crédito es mínimo”. Pero no nos queda una idea bien clara de lo que estamos comprando, a qué tenemos derecho o cómo debemos proceder cuando hay que utilizarlo.
En cuestión de salud nos conformamos con contar con un seguro de gastos médicos para al menos tener una adecuada atención médica en caso que sea necesario, no se diga en caso de gastos médicos mayores. Pero este tipo de seguros muy rara vez cubre los servicios de atención dental, y menos aun lo que a la vista se refiere. Incluso existen todavía muchísimas personas que ignoran que pueden contar con un seguro para la visión además de un seguro de atención dental. En el mejor de los casos estos dos tipos de seguro se ofrecen como un adicional a los seguros de gastos médicos.
Cómo puede ayudar a ahorrar un seguro para la visión
Contar con un seguro para la visión es una excelente forma de organizar nuestro presupuesto y tener de alguna manera cubierta la salud y buen estado de nuestros ojos y los de nuestra familia. Para muchas personas, sobre todo jóvenes, no resulta atractiva la posibilidad de contar con un seguro de este tipo. Seguramente piensan que por su edad están muy lejos de presentar problemas de visión, pero hay que tener presente que para los problemas de la vista, la edad no es ninguna garantía ya que pueden presentarse o detectarse a cualquier edad. Si bien es cierto que la vista cansada es algo que aparece conforme la edad avanza, hay otros padecimientos como la miopía, el astigmatismo y algunos otros que se detectan a muy diferentes edades, incluso en personas que creen “ver bien”. Y es frecuente que padres e hijos presenten el mismo tipo de problema.
Un seguro para la visión de todos los miembros de la familia
En el caso de una familia con niños también puede ser un alivio el contar con un seguro familiar para la visión ya que la supervisión de la vista de los niños durante todo su desarrollo es algo que no debe descuidarse. Este es un punto neurálgico del tema pues cuántas veces no escuchamos a los padres preguntar a sus hijos si “ven bien”. Obviamente para un niño no es fácil establecer una diferencia entre ver bien o no, sobre todo si tiene algún problema desde el nacimiento. Simplemente se acostumbra a ver mal, y para el pequeño, ¡eso es lo normal!
En el caso de algunos adultos mayores, sobre todo cuando no son totalmente independientes en el aspecto económico, simplemente dejan de leer o de ver televisión o de hacer aquello que aunque les guste, no pueden realizar debido a que su vista ya no es la misma. Y no hablan porque les incomoda “dar molestias o preocupaciones” a quienes los apoyan económicamente.
Y para las personas que trabajan, algunos seguros para la vista también ofrecen cobertura en lentes de protección y lentes de policarbonato.
Un seguro para la visión facilita enormemente llevar un control sobre la evolución de la vista de toda la familia si se tiene la disciplina de acudir al menos una vez al año a un chequeo de rutina. Esto es muy pero muy importante ya que durante estas consultas es posible detectar la aparición de algunos otros problemas de salud, que detectados a tiempo pueden solucionarse sin mayor problema. Recordemos que tanto la boca como los ojos son partes del cuerpo donde se muestran los primeros síntomas de algunos padecimientos como es el caso de la hipertensión, la diabetes y algunos otros.
El seguro para la visión cubre gastos como la consulta de diagnóstico, elaboración y/o reposición de lentes con una determinada frecuencia, así se trate de gafas o de lentes de contacto. ¡No hay que hacer enormes desembolsos! Simplemente se acude a la clínica que la aseguradora pone a nuestra disposición para que los especialistas realicen un minucioso examen de nuestros ojos, y determinen la mejor forma de tratar los problemas en el caso de que existan. Y en caso de que no ¡no tiene precio la tranquilidad que nos brinda la seguridad de estar bien!
Los diferentes tipos de seguros para la vista ofrecen variados beneficios, dependiendo del tipo de seguro y la prima que se pague por la póliza. En algunos casos cubren el costo total de lentes o pupilentes de ciertos tipos o categorías, y en caso de que el usuario prefiera algo de categoría superior el contar con un seguro lo hace acreedor a un muy atractivo descuento.
Bien dicen que “la salud es lo primero”, y para poder tener cubiertas las necesidades de toda la familia, contar con un seguro para la visión es muy importante.
Deja un comentario