El sólo hecho de pensar que podemos llegar a perder la vista es algo que puede causarnos una gran preocupación, como lo sería llegar a perder cualquier otro de nuestros cinco sentidos.
Equivocadamente se ha difundido la creencia de que leer puede ser algo que ocasione graves daños a nuestros ojos. Pero si te gusta leer te tenemos una buena noticia, y es que ¡leer no daña la vista!
Desde hace mucho tiempo se ha pensado que el leer mucho es dañino debido a que la vista se cansa o se “desgasta” por el esfuerzo que se hace al tratar de enfocar las letras.
Se dice también que quienes abusan de la lectura acaban por necesitar anteojos además de sufrir molestias como lagrimeo, ardor de ojos, dolores de cabeza, nuca, cuello, hombros o espalda.
Estas molestias ciertamente se presentan pero no son indicadores de que se está perdiendo la vista sino de la llamada fatiga visual. La verdad es que la vista falla por motivos muy diferentes a leer, coser o realizar actividades donde se requiere una buena visión.
Fatiga visual
Seguramente, después de que acabas de leer te preguntas por qué entonces hay tantas personas que leen o que permanecen durante muchas horas frente a la computadora, que usan anteojos. La respuesta a esta interrogante es simple. Estas personas no necesitan anteojos porque leen o porque el monitor les haga daño. Mejor dicho, al necesitar enfocar la vista para poder leer lo que tienen frente a sus ojos han notado que no ven bien. Pero seguramente el problema se originó antes y no lo habían notado.
Es muy frecuente que cuando no vemos bien, sin darnos cuenta hacemos esfuerzos con determinados músculos del rostro, o colocamos la cabeza de determinada manera para que nuestros ojos puedan enfocar un poco mejor. Esto causa fatiga en los músculos de hombros cuello y espalda, y en el rostro da lugar a líneas de expresión y arrugas prematuras.
Cuando se tienen problemas de visión podemos presentar fatiga visual, que es algo generalmente temporal y que podemos evitar con las medidas adecuadas de lo que se conoce como higiene visual.
Entre los principales síntomas de la fatiga visual destacan:
- Los ojos con lagrimeo y ardor
- Angustia
- Ansiedad
- Dolor de cabeza
- Molestia con la luz intensa
- Incomodidad al leer, sueño o fatiga
- Enrojecimiento de los ojos
Cómo evitar la fatiga visual
Hoy en día con el incremento de dispositivos electrónicos que nos permiten tener acceso a material de lectura y por otro lado las campañas para fomentar el hábito de leer, que día a día cobran fuerza, resurge el interés por la lectura. Por otro lado, así se trate de leer libros, revistas, publicaciones digitales, diarios en versión impresa o digital, artículos diversos, instructivos o manuales, estudios, correos electrónicos, mensajes por redes sociales, y muchos otros motivos, cada vez tenemos la necesidad de leer más. Y no podemos olvidar que la lectura es un excelente ejercicio cerebral.
Como podemos ver no es necesario renunciar a la lectura para preservar la salud de nuestros ojos sino tomar las medidas adecuadas de higiene visual como por ejemplo:
- Leer con una iluminación adecuada.
- Colocarse en una posición cómoda, con el libro o el monitor situado a una altura e inclinación adecuada para que los ojos no pierdan humedad. Se considera que debe estar por debajo del nivel de los ojos (horizonte visual), ya que si se encuentra a la misma altura, los párpados deben permanecer más abiertos, lo que provoca una mayor resequedad a causa de la falta de parpadeo.
- Leer evitando las corrientes de aire directamente en los ojos, esto también con la finalidad de evitar la resequedad ocular.
El tema de la resequedad ocular es muy interesante y es algo en lo que difícilmente nos ponemos a pensar. Una de las principales funciones del parpadeo es lubricar la superficie del ojo. Regularmente la frecuencia con la que parpadeamos es de entre 15 y 22 veces por minuto dependiendo de diferentes características personales. Pero esta frecuencia se reduce a entre 12 y 15 veces cuando leemos ejemplares impresos; y se reduce más aún cuando nuestra vista está fija en un monitor, a tan solo 5 veces por minuto.
Sin notarlo reducimos el parpadeo cuando necesitamos gafas y no las usamos o no son las adecuadas. Esto sucede tanto por el esfuerzo para enfocar como por el temor inconsciente de confundirnos entre las líneas y perder el hilo de la lectura.
Los lectores electrónicos, ¿ayudan o perjudican?
Ya ha quedado establecido que leer no daña la vista, pero necesitamos estar seguros de que lo hacemos con la graduación adecuada y las condiciones de iluminación y comodidad recomendables. Pero la incógnita sobre si los dispositivos electrónicos para leer ayudan o perjudican es algo muy común en nuestros días.
La ventaja del lector electrónico sobre otros dispositivos es que causa menos fatiga visual debido a diferentes factores como :
- La luz, ya sea que el lector la tenga integrada o el usuario utilice luz ambiental, no se dirige a los ojos sino directamente a la pantalla.
- Se eliminan mejor los reflejos que en otro tipo de dispositivos cuando se lee en el exterior.
- Permite ajustes en el tamaño y tipo de letra.
- Debido a su tamaño y a la distribución de las líneas el parpadeo puede ser más frecuente que en un monitor de PC.
- El usuario puede adoptar posturas más cómodas.
Dicho esto, y en cuanto acudas con el oftalmólogo, ¡a disfrutar de todos los libros que quieras!
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